martes, 20 de septiembre de 2011

Cachita versus Kung Fu



El título del presente trabajo parece una incongruencia, ¿qué tiene que ver?, nada, o mucho. La última procesión dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre en Centro Habana, sirvió para que los jóvenes de la Escuela Cubana de Wu Shu, bajo la supervisión de su maestro Roberto Vargas Lee, amenazaran, golpearan y ofendieran a participantes pacíficos en dicha celebración religiosa.

Los principios morales que rigen la práctica de las artes marciales, como tantos otros principios, en Cuba se han prostituido. De arte para la defensa y cultivo de la mente, el cuerpo y el espíritu, Vargas Lee y comparsa lo han convertido en actividad carnavalesca de sicarios inconscientes.

Estos jóvenes utilizados como herramientas de la dictadura, tienen padres que son responsables de la deformación que sufren sus hijos dejados en las manos de un oportunista.

¿Qué pasaría si uno de estos artistas marciales hiere gravemente o mata, a una persona que de manera pacífica participa con sus ruegos y cantos en la adoración pública de la Santa Patrona de Cuba?

¿Será considerado un héroe o un delincuente juvenil? ¿Estarían justificadas las campañas mediáticas que tanto disgustan a nuestros gobernantes o el pueblo cubano y el mundo deben aprobar la degradación que estos actos implican?

Utilizar jovencitos como esbirros es un recurso que en su tiempo usó Adolfo Hitler en la Alemania nazi, pero ni con eso se salvó del juicio de la historia. Los coletazos que en su agonía lanza el régimen, están cargados de indignidad, y en su desesperación, apela a todo lo más ruin y cobarde de que es capaz.



hildebrando.chaviano@yahoo.com

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