martes, 27 de diciembre de 2011

De qué Habló el Presidente.



En su discurso del pasado 23 de diciembre ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, El Señor Presidente hizo un paseo discursivo que incluyó  el informe económico contradictorio y misterioso presentado por el Titular de Economía y Planificación; informe este lleno de por cientos y nada de números concretos sobre el saldo comercial supuestamente positivo, y donde la cifra de desempleados eufemísticamente llamada “disminución de ocupados” brilla por su ausencia.

El Presidente de la República menciona que “los servicios gratuitos a la población en materia de salud, educación, cultura y deportes, así como la seguridad social, los subsidios a la canasta familiar normada y a personas naturales con insuficiente solvencia para la adquisición de materiales de la construcción…”, serán asegurados con racionalidad.

Se olvida que cualquier bien, servicio, recurso o como quiera llamársele, que un ciudadano cubano reciba, no es por merced del Gobierno Cubano ni del Partido Comunista -ya sé que son lo mismo-. Todo el dinero, tierras, fábricas y demás recursos que constituyen el patrimonio nacional, existen por el pueblo que es quien, a fin de cuentas, los produce y hace producir. Los gobernantes y su burocracia parásita y corrupta son simples servidores, empleados que deben velar por el bienestar de la población y la correcta administración del erario público, no dilapidarlo en caprichos egocéntricos (celebración de Juegos Panamericanos), decisiones absurdas (exterminio de la industria azucarera) o guerras megalomaníacas.

Nada es gratuito para el pueblo cubano, eso constituye una mentira más entre tantas otras que conforman la mitología revolucionaria; del salario bruto del trabajador sale la jubilación, seguridad social, maternidad, educación, salud pública, y hasta la agujereada canasta familiar, al fin lo que recibe no le da ni para comprar un par de zapatos, por lo que la solución es, aunque cause vergüenza decirlo, robar de cualquier forma imaginable.

El discurso por lo demás, mantiene la misma tónica de actualizar un cadáver, mantener la unidad de la mayoría del pueblo entorno, ¿debajo?, de un Partido y una Revolución que han servido para llegar a este desastre, guiando a todos a ninguna parte. Justifica que los cubanos no tengan derecho a entrar y salir libremente del país porque eso les sirve a los americanos (¿?). Y en un alarde de incongruencia, insta a los gobiernos europeos y norteamericano –no faltaba más-, a escuchar las legítimas demandas de sus pueblos, consultar las medidas de ajuste y tomar en cuenta la opinión pública, sin la brutal represión a que con frecuencia someten a las manifestaciones. Ahí va el carterista gritando ¡Ataja!

Que doloroso para los Castro que al cabo de cincuenta y tres años de fracasos, promesas incumplidas, errores, horrores y terrores, su discurso dé la razón a los llamados aliados internos y externos de los Estados Unidos. En realidad, si estos tozudos escucharan la voz de la disidencia, se darían cuenta que los problemas que enfrenta el país se les vienen diciendo a gritos desde hace mucho tiempo. Los enemigos de Cuba son ellos y los que se sientan a su mesa.

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martes, 20 de diciembre de 2011

Trabajar Sin Cobrar, ¿Dónde Vamos a Parar?



Interesante artículo de Sheyla Delgado aparecido en el “Granma” del martes 13 de diciembre, titulado -Romper la cadena de impagos: una “cuenta” por saldar-. No hay que buscarle las cuatro patas al gato; toda la ineficiencia de un sistema económico que no admite remiendos, sumada a la manifiesta incapacidad y corruptibilidad de los dirigentes, trae estos resultados, o mejor dicho, esta falta de resultados. El socialismo no funcionó en el siglo XX y mucho menos lo va a lograr en el XXI.

A partir de la llamada segunda ofensiva revolucionaria en el año 1968, se armó oficialmente el gran despelote de los sistemas económico y jurídico del país. Cero relaciones contractuales entre personas naturales o jurídicas, nada de declaración de ingresos, se acabó la política fiscal, llegó la gozadera.

De esta forma, quedó establecido que algunos dirigentes, amigos de dirigentes y familiares de dirigentes, podían meter las manos en el saco del erario público sin tener que rendir cuentas a nadie; ya que todo era de todos. ¿Qué necesidad había de que una empresa socialista le reclamara a otra por la no entrega de un producto, o el impago de un servicio? eso eran rezagos capitalistas de los cuales por fin nos habíamos librado, gracias a la economía planificada y a las ideas descabelladas del máximo líder.

¿Qué decir entonces de los pocos y mal vistos campesinos privados, a los cuales se les sometió a una guerra no declarada durante decenas de años? Si tenían abundantes ingresos no era por productivos y eficientes, sino por alguna oscura artimaña del enemigo imperialista para demostrar que las cooperativas y empresas estatales eran absolutamente inoperantes. Si los campesinos se enriquecían en medio de tanta pobreza, bien podía el justiciero Estado Socialista dejar de pagarles de vez en cuando, y aquí no ha pasado nada.

A partir de la segunda mitad de los 70, la dirección del país, obligada por las circunstancias (léase URSS), se dio a la tarea de institucionalizar el desastre, se restableció la contratación, se instituyeron órganos de arbitraje al estilo soviético y parecía que al fin reinaría el orden, pero de nada sirvió, al final se impuso el estilo de dirección voluntarista y anarquizante.

Después de tantos años, y para que todo el mundo vea quién manda aquí, los vicios económicos, financieros y jurídicos de aquella época romántica de la Revolución verde-roja, siguen ahí, como el marabú. En el incumplimiento de los contratos con los campesinos influyen: el burocratismo socialista, el irrespeto de la dictadura a sus propias leyes y la mala fe de los que siguen sin aceptar la empresa privada, más por inercia, egoísmo y envidia, que por ideología.

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martes, 13 de diciembre de 2011

Breves Desde Cuba

Desde horas de la tarde del día 9 de diciembre, el paseo del Malecón habanero fue ocupado por fuerzas del gobierno cubano con el objetivo de impedir que algún ciudadano osara acercarse para presenciar la última agresión que se les ha ocurrido a la gente de Miami, fuegos artificiales lanzados a más de doce millas de las costas cubanas. Siempre se ha dicho que los abusadores son pendejos, y este gobierno lo acaba de demostrar, una vez más.

Indignados cubanos se lanzan al mar el 10 de diciembre sin importarles el mal tiempo, para denunciar con su escape suicida; la pobreza, las desigualdades, la degradación material y moral de la sociedad y la falta de oportunidades. Desesperanza y frustación después de más de medio siglo de socialismo, que nunca ha dejado de ser utópico, además de tiránico.

Represión brutal y masiva con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos. De acuerdo con el principio de que nada de lo que ocurra en Cuba le tiene que importar a nadie, el gobierno cubano lo celebra a su manera habitual; muchos golpes y detenciones.

Interesante artículo de Sheyla Delgado en el Granma del martes 13 de diciembre, titulado -Romper la cadena de impagos: una cuenta por saldar-. No hay que buscarle las cuatro patas al gato; toda la ineficiencia de un sistema económico que no admite remiendos, sumada a la manifiesta incapacidad y corruptibilidad de los dirigentes, trae estos resultados, o mejor dicho, esta falta de resultados. El socialismo no funcionó en el siglo XX y mucho menos lo va a lograr en el XXI. Si los productos del campo no son recogidos, y además no pagados, es poco probable que los campesinos produzcan sólo por amor a la tierra.

martes, 6 de diciembre de 2011

Unánimes e Inútiles


Al igual que no se forma un arcoíris con un solo color, ni es posible hacer una sinfonía con una sola nota musical, no es posible construir una sociedad con un único pensamiento uniforme y absolutamente controlado por un sistema policiaco.

El respeto y aceptación de la pluralidad ideológica, es consustancial al concepto de sociedad democrática, y no solo esto, un país con una ideología oficial, sea esta de carácter político o religioso, se envilece con la desidia e hipocresía de los ciudadanos; unos se imponen, otros se someten, otros simulan someterse. La excepción que lo salva todo, son los que se rebelan.

Los sistemas políticos basados en no tomar en consideración e incluso reprimir las expresiones divergentes, llevan a los países, indefectiblemente, a la postración o a la rebelión sanadora.

El sistema sociopolítico, entiéndase dictadura, instaurado en Cuba desde enero de 1959, no tiene nada que envidiarle a la Alemania hitleriana o el Chile pinochetista, salvo el desarrollo económico alcanzado en el relativamente breve periodo que duró la barbarie en esos países.

En nuestro país, sin embargo, incluso en la salud, la educación y el deporte, los renglones más cacareados como exitosos -gracias sobre todo a la abundante y prolongada “ayuda” soviética- es evidente el retroceso y franco deterioro que los jarabes y ungüentos reformistas de Raúl Castro no pueden impedir.

El atraso económico, la degradación moral de la sociedad donde turbas integradas en su mayor parte por hombres, golpean mujeres indefensas y se vanaglorian de ello, los dirigentes malversan, roban y trafican influencias, los obreros “luchan” todo lo que pueden de sus centros de trabajo y las mujeres se prostituyen hasta por arreglar un baño, según el comentario jocoso y humillante de Mariela Castro durante un encuentro no se sabe si fraternal o de trabajo con prostitutas holandesas.

Todos estos males no vienen de afuera, son de producción nacional como el marabú de nuestros campos, y tienen su origen en la falta de participación ciudadana independiente en los asuntos del Estado al ser un gobierno que se niega a escuchar la crítica ya venga de amigos o supuestos enemigos.

El partido gobernante, celebrará próximamente una conferencia que ni los propios organizadores saben a ciencia cierta para qué servirá, dada la poca trascendencia que tuvo el tan llevado y traído VI Congreso del PCC. Una vez más los mismos de siempre harán los planes de siempre, con las críticas de siempre al capitalismo, y al final enfrentar los mismos fracasos de siempre, esta vez sazonados con un desempleo galopante que ha sumido al pueblo en mayor miseria.

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El Día de la Defensa y la Delincuencia



Entre las tareas que cumplió el Día de la Defensa según el Noticiero de la Televisión Cubana, está, nada más y nada menos, que el impedir a la llamada contrarrevolución, como les gusta nombrar a los castristas a los opositores al régimen dictatorial, asaltar los centros comerciales y almacenes en actos de vandalismo que no forman parte de las ideas y la manera de actuar de la disidencia cubana.

Es de sobra conocido, que los revolucionarios, militantes del Partido Comunista de Cuba y fidelistas a toda prueba, son los que cada vez con más frecuencia, se ven enredados en hechos de malversación, robo, desfalco, soborno, tráfico de influencias, evasión fiscal, cohecho y lavado de dinero. Estos asaltantes del erario público llevan más de medio siglo medrando de lo poco o mucho que el pueblo produce, apoltronados en sus cargos de dirección donde devengan salarios que no necesitan gastar porque gozan de gratuidades que les son negadas a los trabajadores.

Si el régimen teme asaltos a centros comerciales y almacenes, no van a venir estos de la disidencia, sino de la gran masa de pueblo hambreado que en cualquier momento, sin saber nada de capitalismo, socialismo, democracia o dictadura, tomará la decisión de ajustarles cuenta a los depredadores que los obligan a vivir en la pobreza, y a robar para resolver sus más ingentes necesidades.

La delincuencia de la que hay que tener cuidado, es de la de cuello blanco; la dirigencia política, administrativa y militar del país. El resto pueden ser vándalos o delincuentes de poca monta que no tienen nada que ver con los opositores políticos, y sí mucho con el hombre nuevo forjado a la sombra del Che y de Fidel. Recordar a Carlos Lage, Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque, Luis Orlando Domínguez, Rogelio Acevedo, Juan Carlos Robinson y José Abrahantes. Todos ellos tan indignos de degustar las mieles del poder como el que se adueñó de la colmena.

Al parecer el gobierno cubano prepara a la opinión pública para dar un zarpazo a la disidencia y que el pueblo cubano y el mundo, se traguen el cuento chino de que los luchadores por la democracia son delincuentes comunes que asaltan y roban. Se repite una vez más la campaña de descrédito a que acostumbra el régimen cuando las cosas se les ponen feas. Algo así como el ladrón gritando -¡Ataja!

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Castrismo y Prostitución


Desde el mismo año 59, entre las tareas priorizadas por Fidel Castro, estuvo la erradicación de la prostitución. Pajarito, Colón, La Victoria, fueron algunas de las zonas alegres de la capital, que dejaron de serlo en fechas tempranas, así ocurriría con todas las demás zonas de tolerancia existentes en pueblos y ciudades del país. Todas aquellas mujeres fueron reubicadas en centros de trabajo en ocasiones creados para ellas y oficialmente se declaró erradicada la prostitución como más tarde le tocó el turno al analfabetismo.

Medio siglo después, la prostitución se ha extendido como pandemia, ya no son guajiritas engañadas e incultas obligadas a trabajar en cualquier tugurio de mala muerte, ahora las hay desde universitarias hasta casi niñas que aún se chupan el dedo o esposas que tienen el permiso de sus maridos y pueden ser vistas lo mismo en las principales avenidas de la ciudad, que en hoteles de cualquier cantidad de estrellas. Todas cultas y sanas, como bien diría a su favor el que otrora fuera su reivindicador en jefe.

Es de significar, que ni antes ni después del triunfo revolucionario la prostitución ha sido considerada una actividad delictiva, más bien siempre fueron consideradas víctimas de las condiciones socio-económicas imperantes y, aunque empañan la imagen de la “moral socialista”, el Código Penal no las tipifica como delincuentes. Entonces, con qué derecho estas trabajadoras del sexo son acosadas, detenidas y multadas por los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, mientras a las que no son residentes de la capital de todos los cubanos, se les expulsa hacia sus provincias de origen con un acta de advertencia discriminatoria.

Quizás dentro de poco todo cambie, y gracias a Mariela Castro y sus viajes de trabajo a prostíbulos europeos, las putas de aquí puedan hasta sindicalizarse y de paso contribuir a la economía socialista como un cuentapropista más.



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