martes, 24 de abril de 2012

El Derecho al Revés.





Tengo ante mí la Sentencia de Casación número 30 del Tribunal Militar Territorial Oriental, de fecha 29 de agosto de 2008 por el delito de Lesiones, donde la víctima, Alberto Lairot Castro, demanda al capitán de la Policía Nacional Revolucionaria Héctor Luis Pérez Osorio, y al sub teniente de ese propio cuerpo Frank Ochoa Angulo.

Lairot Castro quedó parapléjico debido a la brutal golpiza a que fue sometido por los acusados. En realidad este hecho no es noticia si nos atenemos a que las golpizas a detenidos son algo común en las unidades de la P.N.R. Tampoco constituye noticia si tomamos en cuenta que el doloroso, sobre todo para Alberto, incidente, ocurrió hace más de tres años. La noticia está en el primer párrafo del Resultando Séptimo de la susodicha sentencia:

“RESULTANDO: Que el defensor Máster Carlos Manuel Pérez Leyva, en la vista presente, expresó que en cuanto a la contradicción señalada por el fiscal entre el dictamen y lo que declararon los peritos médicos que comparecieron a la vista, estos no fueron los que hicieron el dictamen, ratificaron el dictamen que en su momento hicieron otros colegas y dieron su apreciación y concluyeron que la lesión no la provocó la fuerza ejercida, sino el actuar irrespetuoso de la víctima, el tribunal valoró las pruebas y por eso arribó a esa conclusión, narrado así en la sentencia…” (El subrayado es mío).

Apaga y vámonos, al hombre le hacen talco la columna con refinadas técnicas de artes marciales, aplicadas con fuerza excesiva por varios agentes que actuaban de conjunto, y el tribunal acepta como argumento válido que la lesión fue provocada por “el actuar irrespetuoso de la víctima”.

El dictamen médico y la sentencia a él asociada, son una falta de respeto al derecho, a la profesión médica y a cualquier persona con dos dedos de frente, pero no podemos esperar más en un país donde un ciudadano golpeado en el abdomen con una tonfa policial, es declarado fallecido por causas naturales (pancreatitis fulminante).

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El Partido y la Constitución.





Constitución de la República de Cuba.

“Artículo 5. El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.”

Con estas pocas líneas se refrenda a sí misma la dictadura. Se mezclan en una misma receta dos concepciones políticas y filosóficas contrapuestas; una, la de dos pensadores europeos que proveyeron de basamento ideológico lo mismo a Lenin y Stalin, que a Hitler y Mussolini, y del otro lado, la de un José Martí de pensamiento preclaro cuando manifestó: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras; el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados.”

La autoproclamación de vanguardia de la nación, a la vez que fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, convierte a un grupo político minoritario controlado por un ególatra, en un súper poder aislado de la realidad siempre cambiante de la sociedad.

El empecinamiento en construir un modelo económico-social que sólo tiene cabida en una mente obcecada seguida por no-mentes borrachas de consignas y dogmas, tiene como resultado que los encargados de organizar y orientar los esfuerzos comunes, han derrochado las riquezas de la nación en programas absurdos y populistas, viajes de placer, banquetes, guerras, desfiles con tanques y banderitas, represión y propaganda.

Al cabo de más de medio siglo, los altos fines de la construcción del socialismo están tan altos, que todo el mundo se ha dado cuenta que no hay quien los alcance, al menos por esta vía, que chinos y vietnamitas han descrito como la más corta para llegar a la miseria y la más larga y penosa para llegar al capitalismo.

Decía Martí: “Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas.”

Si bien el artículo 3 de la Constitución Socialista Cubana, es la garantía de perdurabilidad que necesita la casta gobernante, el artículo 5 es su justificación ideológica; aunque al final su objetivo no sea construir la imposible sociedad comunista, sino mantenerse en el poder hasta que la isla se hunda en el mar con ellos encima.

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martes, 17 de abril de 2012

The Pope Comes. The Pope Arrived. The Pope went away.



This so announced and promoted visit, criticized by ones and praised by others, it has been useful for discovering some curiosities of the present-day Cuban society; The first thing, the demonstration of force of the Cuban government, that made many things to handicap that the opponents that declare the Catholic faith get to the Plaza, while they dedicated the communist centers like in his better times, to mobilize the crowds communist or no, in order to attend a St. Mass that for the majority of the convoked would not have significance.

As to the Holy Father, he did his role, he said what he was having to say with moderation, without falling in political extremisms, but he demonstrated with his presence in one of the last few bastions of communism, that this political system failed from the moment that he could not eradicate the religiousness of Cubans in spite of efforts accomplished in that way. Some ask for more from Benedict XVI, why?

Cubans, they must stop looking out to resolve the national problems; The government accuses of all its illnesses to the imperialism, to the European Union and to whichever in the world that not applaud them, while hope that the solidary help allow them to take out the head from the water. Others, we, we waited ingenuous that our freedom be brought by Vicar of Christ, or the President on duty at United States, or the Spanish Partido Popular, or the Cuban community out-of-doors.

We will rid of communism when we lose fear to changes and to repression. The development of the nation depends exclusively on our own efforts at a democratic country, but first must win us freedom and for it one can begin not to go to the Plaza when dictatorship convokes him. Each one must decide what kind of country wants and what he can make to achieve it.









Artículo 9 de la Constitución de la República.



El Estado, en cualquier sociedad sana, tiene como funciones principales proteger y servir a los ciudadanos, regular, sin inmiscuirse demasiado, las relaciones entre personas jurídicas, sean estas públicas o privadas, y la defensa de las fronteras nacionales.

En el caso del Estado cubano, todo está de cabeza, al quedar el ciudadano en la obligación de defender al Estado, trabajar para el Estado y vivir cada día en función de los intereses del Estado.

Esta confusión de atribuciones e intereses, se da desde el momento en que los conceptos de nación, estado, socialismo, gobierno, revolución y sociedad, se convierten en una y la misma cosa, todas ellas subsumidas a los designios de un partido que a su vez obedece, más que a una ideología, a los delirios de un solo hombre.

Cuando la Constitución cubana, de forma machacona repite una y otra vez que todo es en función de la construcción de la sociedad socialista, es como decir que todo está en función de una utopía de la que solo se beneficia la cúpula dirigente, servida y protegida por la ciudadanía.

Los supuestos beneficios otorgados por la revolución que triunfó en 1959, no son tales si tomamos en consideración que la salud pública, la educación y la seguridad social, provienen en realidad del salario esquilmado de los trabajadores y no de la magnanimidad del gobernante que a fin de cuentas, no produce nada y era un muerto de hambre sin empleo cuando se le ocurrió asaltar el país a mano armada.

El Artículo 9 de nuestra Carta Magna encabezado enigmáticamente como “El Estado:”, transita entre las obligaciones naturales inherentes a cualquier gobierno, las promesas incumplidas y el atropello a derechos elementales de los ciudadanos.

a) realiza la voluntad del pueblo trabajador y

-encausa los esfuerzos de la nación en la construcción del socialismo;

-mantiene y defiende la integridad y la soberanía de la patria;

-garantiza la libertad y la dignidad plena del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad;

-afianza la ideología y las normas de convivencia y de conducta propias de la sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre;

-protege el trabajo creador del pueblo y la propiedad y la riqueza de la nación socialista;

-dirige planificadamente la economía nacional;

-asegura el avance educacional, científico, técnico y cultural del país;

b) como poder del pueblo, en servicio del propio pueblo, garantiza

-que no haya hombre o mujer, en condiciones de trabajar, que no tenga oportunidad de obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus propias necesidades;

-que no haya persona incapacitada para el trabajo que no tenga medios decorosos de subsistencia;

-que no haya enfermo que no tenga atención médica;

-que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido;

-que no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar;

-que no haya persona que no tenga acceso al estudio, la cultura y el deporte;



c) trabaja por lograr que no haya familia que no tenga una vivienda confortable.



La creación de un Estado paternalista que se atribuye poderes absolutos sobre la sociedad a la vez que supuesto benefactor, solo ha logrado una sociedad enferma incapaz de valerse por sí misma.

Cuba, como nación, necesita una Ley Suprema desideologizada, donde el pueblo sea hacedor de su destino como protagonista principal y no ente dócil en las manos de gobernantes oportunistas.



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martes, 3 de abril de 2012

Viene el Papa. Llegó el Papa. Se fue el Papa.



Esta visita tan anunciada y promovida, criticada por unos y alabada por otros, ha servido para descubrir algunas curiosidades de la sociedad cubana actual; lo primero, es la demostración de fuerza del gobierno cubano, que hizo de todo para impedir que los opositores que profesan la fe católica llegaran a la Plaza, mientras los núcleos del Partido Comunista se dedicaban como en sus mejores tiempos, a movilizar a las masas comunistas o no, para asistir a una Santa Misa que para la mayoría de los convocados no tendría significado.

En cuanto al Santo Padre, hizo su papel, dijo lo que tenía que decir con mesura, sin caer en extremismos políticos, pero demostró con su presencia en uno de los últimos baluartes del comunismo, que este sistema político fracasó desde el momento en que no pudo erradicar la religiosidad de los cubanos, a pesar de los esfuerzos realizados en ese sentido. Algunos pedían más de Benedicto XVI, ¿por qué?

Los cubanos, deben dejar de mirar hacia afuera para resolver los problemas nacionales; el gobierno culpa de todos sus males al imperialismo, a la Unión Europea y a cualquiera que en el mundo no los aplauda, mientras espera la ayuda solidaria que les permita sacar la cabeza del agua. Los otros, nosotros, esperamos ingenuos que nuestra libertad la traiga el Papa, o el Presidente de turno en los Estados Unidos, o el Partido Popular español, o la Comunidad Cubana en el exterior.

El comunismo nos lo sacaremos de encima cuando perdamos el miedo a los cambios y a la represión. El desarrollo de la nación depende exclusivamente de nuestros propios esfuerzos en un país democrático, pero primero debemos ganarnos la libertad y para ello se puede empezar por no ir a la Plaza cuando la dictadura lo convoque. Cada cual debe decidir qué país quiere y qué puede hacer para lograrlo.

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