martes, 19 de febrero de 2013

Ubre Blanca.




Aunque los cubanos hemos dado muestras de ser un pueblo de pésima memoria, les traigo una reseña extraída de la Enciclopedia Digital Cubana Ecured, sobre una vaquita en la que se pusieron todas las esperanzas de llegar a producir más leche que los Países Bajos.
Y esta es la historia: “Producto de un cruce de dos razas, la Holstein –de alta producción lechera-  y la Cebú –muy resistente al calor-, Ubre Blanca es lo que se conoce en el quehacer genético ganadero como una F 2, con un 75% de sangre Holstein y un 25 de Cebú. A finales de mayo de 1980, Ubre Blanca comenzó a llamar la atención, pues a partir de su tercer parto fue capaz de aportar 63 litros de leche en un día.
A partir de ese momento, se decidió mejorar la dieta y el manejo del animal, se le brindó mayor bienestar y se creó un grupo multidisciplinario de atención técnica, liderado por la Doctora Rosa Elena Simeón, quien en aquellos momentos laboraba en el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria.
También se hicieron habituales las visitas del Comandante en Jefe Fidel Castro, de delegaciones gubernamentales de otros países, y también representantes de la prensa internacional que validaron ante el mundo la superioridad productiva de Ubre Blanca, la que destronó a la estadounidense Arlinda, que había merecido el lauro en 1975, Ubre Blanca logró producir más de cien litros de leche en un día, y hasta 41 en un ordeño, cuando para un animal de su tipo alcanzar 30 litros en una jornada ya constituye una hazaña.
Pero obtener el éxito mundial, con récords que no han sido igualados 30 años después, también implicó un necesario riesgo para la salud de Ubre Blanca, pues llevarla a tal nivel de producción podía implicar la proliferación excesiva de tejido glandular de la ubre en el parto siguiente, con su consiguiente descuelgue. A los siete días de nacido su descendiente, Camaraco Tropical, la ubre de la vaca recordista alcanzó un perímetro de  dos metros, casi su longitud corporal, y paulatinamente se descolgó.
Con 14 años de edad, y ya con tres partos, los especialistas decidieron intentar que lograra batir las marcas productivas existentes, pues debían aprovechar ese momento, ya que en el próximo alumbramiento los resultados no serían tan buenos. Ubre Blanca fue trasladada al Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), donde fue sometida a un tratamiento hormonal para obtener óvulos que serían utilizados en estudios futuros.
Ese proceso exacerbó y enraizó una tumoración que la vaca tenía en la piel, en la parte izquierda de la grupa, como consecuencia de la exposición a los rayos solares, dolencia, además, típica en la raza Holstein, por lo que a los 13 años de edad se decidió sacrificarla.”
La nota podrá estar mal redactada, tediosa, cursi y con errores en la edad del animalito que según parece fue sometido a un tratamiento hormonal post mortem, pero los avatares del Presidente de Venezuela, salvando las diferencias, me han recordado a Ubre Blanca; famosa, utilizada, enferma y sacrificada a una utopía, pero siempre recordada con agradecimiento por los miles de litros de petróleo, perdón, de leche aportados.

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