martes, 11 de marzo de 2014

Se Formó la Pelotera.

 Publicado en PD

Hay violencia en Cuba, recién ahora se dan cuenta los dirigentes de las organizaciones políticas y de masas. ¡Es un escándalo!, dicen, haciendo coro a Tejedor y Luis, aquel magnífico dúo de boleristas que junto a otros, hicieron suyas las victrolas de La Habana cantándole al amor y no a la guerra.
En un país donde desde que nacemos se nos enseña que hay que seguir el ejemplo del “Che”, guerrillero argentino, ¿médico?, que en su primer combate prefirió cargar una caja de balas a una de medicamentos; donde los deportistas no son tales, sino aguerridos combatientes por la Patria y la Revolución, que deben regresar “con el escudo o sobre el escudo”, al estilo de los soldados espartanos, y donde una victoria sobre un equipo de adolescentes peloteros norteamericanos, era nada más  y nada menos que una derrota del imperialismo.
Hace muchos años que los niños cubanos dejaron la costumbre de resolver sus diferencias con unos simples puñetazos o una bronca a “lo abracao”, ahora prefieren usar  palos, piedras o machetes, vaya, que a la hora de crear “dos, tres, muchos Vietnam” es mejor practicar desde temprano.
Más de medio siglo de discursos belicistas, de mítines de repudio y actos de reafirmación revolucionaria, de groserías y obscenidades, de amenazas a los americanos y a los disidentes internos, de fusilamientos televisados y brigadas de respuesta rápida, han traído estos resultados; los peloteros no sabrán dar un buen espectáculo jugando a la pelota, pero saben dar uno bien feo ante miles de aficionados que no pagaron la entrada para verlos darse golpes.
Cuando un atleta dio una patada a un árbitro para mostrar su desacuerdo con una decisión, fue justificado y casi glorificado. Cuando  los niños y jóvenes participan en primera fila en los actos de repudio a las Damas de Blanco, para que griten todas las palabras obscenas que conozcan, y presencien como la policía golpea y arrastra mujeres,  se les está educando en el culto a la violencia y no se puede esperar más que desenlaces  infelices y hasta trágicos en ocasiones. Da lo mismo que el hecho se produzca en la calle, en un terreno deportivo, o en la intimidad del hogar.
Esto es otro logro de la Revolución que empezó con asaltos a  cuarteles, continuó con una guerra de guerrillas en la Sierra Maestra y reventando bombas en parques y cines.  Después del triunfo, abundantes fusilamientos y creación de movimientos guerrilleros narco terroristas, tropas cubanas en África y en el Medio Oriente y un eterno zafarrancho de combate volcado hacia adentro. La violencia engendra violencia y Cuba la sufre.


No hay comentarios: