martes, 15 de abril de 2014

Desarrollo y Leyes.



Publicado en  PD

El gobierno cubano tiene prisa, se le acaba el tiempo a Raúl Castro por viejo y pasado de moda y puja por salir del estancamiento, ahora le tocó el turno a la Ley de Inversión Extranjera. Es significativo que esta ley se refiere específicamente a los derechos de los inversores extranjeros en Cuba, los nacionales siguen sin derecho a participar en cualquier tipo de inversión a no ser restaurantes, cafeterías y quincallas.
La contraparte será, como hasta ahora, el Estado cubano. El monopolio estatal está sentado a la puerta  del desarrollo y no lo deja entrar, este es uno de los principales problemas del sistema económico llamado socialismo, más bien una especie de capitalismo monopolista de estado, que no permite la participación libre de los ciudadanos en los procesos de inversión, producción y comercialización, con la excusa cada vez menos creíble  de que el Estado es el único capaz de garantizar la distribución justa de las riquezas.
Lo que se logra a fin de cuentas es que en la transacción el ciudadano cede todos sus  derechos y, lejos de mejorar, se hace cada vez más pobre, mientras el Estado se encarga de repartir la miseria generada por su ineficiencia y corrupción. América Latina es ejemplo cercano de que donde los gobiernos se inmiscuyen menos en los asuntos del mercado, se genera más desarrollo y disminuye el  nivel de pobreza.
Tenemos un buen ejemplo: entre los años 1989 y el 2012, el producto interno bruto (PIB)  del Perú, creció de 20,577 millones de dólares, a 199,382 millones de dólares, 9,7 veces; el PIB per cápita creció de 969 dólares, a 6,635 dólares, 6,8 veces;  mientras la pobreza se redujo en 56%, fundamentalmente por el crecimiento económico, más que por los programas sociales; la desnutrición infantil se redujo en 55%; la inflación es 430 veces menor; las reservas alcanzan los 63,886 millones de dólares y la tasa de crecimiento de la inversión bruta es del 19,5%; de 2001 al 2010, la productividad creció a un ritmo del 3% anual.
Es debido a las cifras anteriores que el izquierdista Oyanta Humala, Presidente de esa nación, prefiere mantener un perfil bajo, más bien rosado que rojo, lo cual deja a los socialistas del siglo XXI sin argumentos frente a una economía liberal exitosa.

Ahora tomemos el caso de Cuba, al cierre del 2013 se dio a conocer que el crecimiento del Producto Interno Bruto fue de 2,7%, inferior al 3,6 planificado. En esa disminución influyeron los incumplimientos de la industria manufacturera, las construcciones, el turismo, la minería, la agricultura y el transporte.
Para empeorar la situación, se calcula una desaceleración para el actual 2014, con un crecimiento del PIB de tan solo el 2,2%. Esto, a pesar de la exportación masiva de servicios médicos; por otra parte, es significativo que en un país donde el salario medio mensual ronda los 20 USD, no se informa el índice de pobreza, aunque quizás sea por no declarar lo obvio, que el ingreso per cápita de los cubanos está muy por debajo de 1 USD diario.
Es duro saber que Cuba depende de la productividad de los exiliados y no de las propias fuerzas. La Ley para la Inversión Extranjera solo será una más entre las tantas que han sido dictadas a lo largo de 54 años. Los peruanos, sin tantos discursos ni leyes rimbombantes, viven mejor que los cubanos.


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