martes, 28 de octubre de 2014

La Disidencia y La Rendición de Cuentas.





Se aproximan las reuniones de rendición de cuentas de los delegados del Poder Popular y la mayor parte de los disidentes le vuelven la espalda al proceso, y con razón. Por lo general los candidatos que salieron electos fueron propuestos en su mayoría por el Partido Comunista y en la práctica muy poco pueden hacer a favor de sus comunidades.
Estas son dos razones que provocan el desaliento y la consiguiente falta de interés en las  asambleas, desaliento que alcanza a los vapuleados Delegados, convertidos en simples cajas de resonancia de los problemas existentes, sin ningún poder real.
Aunque todo esto es cierto, el retraimiento de los opositores los aísla de sus vecinos y sus problemas, con lo que estos se encuentran abandonados a su suerte y ven impotentes como el gobierno local no resuelve nada y la disidencia del barrio está demasiado ocupada en asuntos de connotación nacional o mundial que en medio de tanta miseria nadie entiende o no le interesa.
Mientras, las cuatro calles del barrio están llenas de huecos y los niños chapotean en las aguas albañales que corren como ríos de mierda, las esquinas son basureros donde  moscas y ratas tienen un pacto de buena vecindad y el agua potable es traída en camiones cisterna pagados por los electores.
Los opositores podrían participar en las reuniones de rendición de cuentas del Poder Popular, abogando por la solución de los problemas de ese pequeño sector del  pueblo de Cuba que convive en el barrio, come el mismo pan malo y ve a diario las mismas tiñosas sobrevolar los destruidos tejados cubiertos de tendederas y palomares. Nada se pierde con probar y se puede ganar mucho en capital político que no tiene que venir de afuera.


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