lunes, 30 de marzo de 2015

A Buen Entendedor.


Publicado en Diario De Cuba

-¿Qué ha dicho esa? -¡Se oyó clarito, clarito! Podemos hablar y hablar por los siglos de los siglos, pero nuestro modelo de dictadura no es negociable, aquí se hace lo que al dictador comunista le plazca y además, al pueblo cubano parece que le gusta la esclavitud y eso a los americanos no les interesa porque a fin de cuentas es una esclavitud soberana y autóctona.
Lo anterior es una versión libre de la declaración de la funcionaria de la Cancillería cubana Josefina Vidal al término de las conversaciones entre los gobiernos de Cuba y de los Estados Unidos de América. Entre tanta jerga diplomática, insinuaciones, amenazas encubiertas, promesas y bla, bla, bla, una cosa quedó en claro, el bloqueo interno seguirá intacto.
No obstante, coincido con la posición del gobierno cubano en el tema referente a la Ley de Ajuste y la política de Pies Secos Pies Mojados, pero por diferentes razones; si la emigración hacia los Estados Unidos se resume a las más de veinte mil visas anuales por reunificación familiar, y queda proscrita la lotería mortal de los balseros, esos miles de posibles emigrantes ilegales podrían llegar a ser quizás, los protagonistas de nuevos “Maleconazos”, versión popular cubana de un plebiscito. Ambas medidas son una válvula de escape que evita la presión social sobre la dictadura al constituir un permanente, silencioso y conveniente Mariel.
Es evidente que para los Estados Unidos solo cuentan sus intereses como nación; decretaron el embargo cuando fueron expropiados sus ciudadanos y no antes cuando comenzaron los fusilamientos en la Fortaleza de La Cabaña, donde el Ché pasó noches enteras sin pegar un ojo atendiendo personalmente las ejecuciones, y lo levantan ahora cuando quieren mejorar sus relaciones con América Latina y explotar las posibilidades de Cuba como mercado. Los intereses del pueblo cubano son colaterales y accesorios, no creo que a demócratas y republicanos les cueste mucho ponerse de acuerdo sobre el levantamiento de un embargo que no les rinde dividendos.
Al parecer la única ventaja que obtendremos los cubanos de estos controvertidos acuerdos, es el prometido acceso a Internet. Eso a quien le interese, porque la mayor parte del pueblo no sabe qué es Internet, ni la Web, Facebook o Tweeter. Para enterarse si llegaron los mandados del mes a la bodega no hace falta un blog.
Aun así, la oposición cubana puede tener la oportunidad de utilizar los medios modernos de comunicación para conciliar políticas y proyectarse hacia dentro del país. Como dicen por ahí, “del lobo un pelo aunque sea de…la cola”
Con el lloriqueo y las recriminaciones a Obama no se resuelve nada, es ridículo culpar a otros de nuestras propias debilidades y carencias como líderes políticos.  El embargo de más de medio siglo no trajo una pizca de libertad al pueblo cubano, su levantamiento tampoco servirá al régimen para realizar una mejor gestión de gobierno, la situación es la misma y todo depende de nosotros los cubanos.
Lejos de constituir un abandono traicionero a la defensa de los derechos humanos en Cuba, el levantamiento del embargo podría ser el destete necesario para definir quienes buscan lo mejor para el pueblo cubano, dejando de lado odios y rencores, y quienes prefieren que sean los Estados Unidos quienes nos liberen del comunismo, nos organicen y establezcan el gobierno y nos redacten la constitución.
En la historia más o menos reciente de América, nos encontramos el ejemplo de Chile, nadie de afuera tumbó a Pinochet, fueron los propios chilenos quienes a pesar de tener que hacer de tripas corazón, se sentaron a la mesa con el dictador, conversaron, exigieron y concedieron y al final se alzaron con la democracia restituida.
Para llegar a ese punto, los políticos opositores de ese país previamente conciliaron posiciones, pusieron a un lado sus diferencias y echaron mano de toda la tradición democrática de la nación.
Los cubanos, en cambio, no tenemos tradición democrática entre otras cosas, porque llevamos 62 años ininterrumpidos de dictadura, nuestros políticos opositores, en su mayoría, carecen de una cultura del debate lo cual es herencia castrista desde luego, les repugna la sola idea de sentarse a la mesa con los actuales gobernantes en el caso de que estos accedieran a tan peregrina iniciativa y esperan en cambio que los comunistas se larguen voluntariamente del poder y hasta del país si es posible. A algunos les repugna incluso la idea de sentarse con otros opositores.
Hay bastante trabajo por hacer en la oposición, que no tiene nada que ver con Obama; ponerse de acuerdo entre sí, escapar del círculo vicioso de chismes y acusaciones que tanto divierten a la policía política, llegar al pueblo aunque sea persona a persona con proyectos sociales y económicos de interés para las comunidades, promoviendo las virtudes de la economía de mercado y del respeto a las libertades, derechos y valores universales de los seres humanos, son tareas pendientes de los opositores políticos cubanos.



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