jueves, 27 de agosto de 2009

OPONERSE ES UN DERECHO


Hildebrando Chaviano Montes
El Vedado

Que capricho de querer eternizarse en el poder como si fueran los elegidos para determinar por los siglos lo mejor para el pueblo sin tomar en consideración ninguna otra idea que no sean las predeterminadas por ellos. Gobiernan con incompetencia total y consideran enemigo a cualquiera que no las acepte sin discutir.
El gobierno totalitario considera que es su derecho experimentar con el país una y otra vez y no importa si cada nuevo experimento es un nuevo desastre, para eso están ellos ahí aunque tengan que mentir, amenazar o sencillamente reprimir a las fuerzas opositoras que están preparadas para participar junto a todo el pueblo en una verdadera gestión de gobierno.
Han tenido cincuenta años para demostrar su incapacidad y la del sistema. En estos momentos, los supuestos logros más cacareados, la salud y la educación, vemos el estado en que se encuentran: hospitales semiderruidos, sucios (con moscas y cucarachas incluidos) y con salones de operación contaminados, falta de especialistas, equipos y medicamentos, mientras que en el ¨Cira García¨ y el ¨CIMEQ¨ no falta nada y la higiene es como debería ser en cualquier hospital.
Con la educación pasa lo mismo, escuelas en mal estado, sin iluminación adecuada, programas de estudio ineficaces impuestos arbitrariamente, profesores y maestros poco estimulados, mal preparados y hasta sin vocación, seleccionados muchas veces de entre los estudiantes de más bajo rendimiento sin opciones para otras carreras. El resultado es el que podemos ver a diario, deserción escolar, egresados sin los conocimientos requeridos a su nivel, mala formación moral y cívica, etc.
¿Qué ejemplo de sociedad le vendemos al mundo?
Se hace ver que todo aquí funciona perfectamente y cuando no es así, se debe al ¨bloqueo¨, a la ¨contrarrevolución¨ de adentro y de afuera, a los vagos, a los confundidos y a los traidores, nunca se puede cuestionar que el ¨bloqueo¨ no es tal, ya que EEUU es el primer exportador de alimentos hacia Cuba y el quinto en mercadería en general, pues hasta el papel con que se hace el periódico ¨Granma¨ viene de allá y si no conceden créditos es principalmente por lo mala paga que son estos señores que les deben a las once mil vírgenes. Por otra parte, Cuba ya tiene mercado para toda su producción exportable, ¿qué podrían venderle a los norteamericanos?
En lo que se refiere a la llamada ¨contrarrevolución¨, durante cincuenta años han sido nombrados así cubanos que de una u otra forma han tratado que las cosas sean mejores para el pueblo, sin conculcar los derechos para los que se hizo la revolución, entre estos, la libertad económica, la libertad de expresión y de asociación y el derecho a cambiar pacíficamente al gobernante cuando este es incompetente.
El responsable de los fracasos en todos los órdenes sólo puede ser el que gobierna: los planes ganaderos con vacas que producirían más leche y más carne (F1, F2, etc.), cuando antes del año l959 se sacrificaban diariamente alrededor de dos mil reses sólo en la Ciudad de La Habana, los planes para convertirnos en exportadores de arroz (desecando la Ciénaga de Zapata), los planes azucareros que nos han dejado importando azúcar hasta de los propios EEUU, los planes agrícolas con las tierras en poder del Estado y llenas de marabú, la extracción de arena durante años en el litoral norte de La Habana, provocando las penetraciones del mar de las cuales se culpa ahora a la naturaleza (quizás sea a la naturaleza irresponsable de alguien), la deforestación del país por la ¨Brigada Invasora Che Guevara¨, que en una batalla singular arrancó palmas, mameyes, aguacates, mangos, algarrobos, cedros y caobas a todo lo largo de la isla, el programa hidráulico que con sus represas ha provocado la alteración y salinización de los suelos y así una relación interminable de grandes planes seguidos de enormes y sonados fracasos debido únicamente a decisiones no cuestionables de una mente que en un paroxismo de furia o de euforia, quiso que en el año 62 desapareciéramos en una guerra nuclear.
Ningún hombre es infalible y ningún sistema social es perfecto de por sí, lo único que nos protege de ambos es la posibilidad de cuestionarlos y cambiarlos de ser necesario. La situación actual de nuestro país exige cambios profundos y sin demora.
hildebrando.chaviano@yahoo.com

EL BANCO POPULAR

EL BANCO POPULAR Hildebrando Chaviano Montes

El Vedado

Cuando un gobernante llega al poder se crean expectativas sobre su futuro desempeño y siempre o casi siempre se le otorga un crédito avalado por la promesa de cambios. El disgusto de la ciudadanía o cuando menos la frustración provocada por la gestión del gobernante anterior, hace que este crédito obre a favor del mandatario entrante, que así consigue el apoyo necesario para llevar adelante sus planes económicos y sociales.
A Raúl Castro le pasó esto, una gran parte del pueblo esperaba más de él después de sus primeros discursos, breves pero prometedores de que al fin nos moveríamos hacia adelante. Pidió que los cubanos se expresaran libre y sinceramente,-que curioso-, y plantearan todo lo que tuvieran que decir. Ahí mismo fue donde se formó; la gente habló, pidió, reclamó; que si la entrega de la tierra al que la trabaja, que si libertad para los presos políticos, que la tarjeta blanca es un atropello. Pero el que no se quiere jubilar puso el grito en el cielo.
De un tirón el presidente recién estrenado consumió su tarjeta de créditos y ya no puede comprar tiempo, ni credibilidad, ni legitimidad. El país no está detenido, va en marcha atrás.

hildebrando.chaviano@yahoo.com

martes, 11 de agosto de 2009

UN NEGRO PORCIENTO

Ahora resulta que el cubano es tan blanco que hasta los negros tienen más de caucásicos que de negros. De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Nacional de Genética Médica de Cuba entre los años 2003 y 2007, quedó demostrado científicamente que ¨en la isla el color de la piel no expresa, necesariamente, la relación con una raza¨, según informó el semanario Granma Internacional del 24 de julio del 2009.

¨Según datos ofrecidos por la especialista, en 368 individuos de piel blanca estudiados la proporción de genes de origen europeo iba desde 24,4% hasta 98,7% y la de genes de origen africano desde 0,7% hasta 72,7%. Mientras que en 101 individuos de piel negra la proporción de genes de origen europeo iba desde12, 3% hasta 98,7% y la de genes de origen africano desde 0,7% hasta 86,8%.

Otro de los resultados a que se llegó fue que en la estimación de la mezcla promedio en el total de individuos estudiados, la proporción de genes de origen caucásico es de 73,8%; de genes de origen africano, de 16,8%, y de genes de origen amerindio-asiático, de 9,42%¨.

Hasta dónde puede llegar el afán de predominio de una raza sobre otra nunca se sabrá, así como tampoco será suficiente cualquier subterfugio técnico o pseudo científico para pretender blanquear nuestra población.

Si se quiere hacer un verdadero estudio científico, debe partirse del hecho cierto y evidente de que todo aquel que tenga la piel de cierto color que no sea precisamente caucásico, no tiene que demostrar de ninguna manera, al menos, su mestizaje. Si es de piel oscura sus antepasados son negros en alguna medida, y por lo tanto, es negro, o mestizo, que es otra forma de decir negro.

El citado estudio debió tomar como muestra a 600, -o tal vez 6000-, personas de piel blanca, y sólo con estos, realizar los llamados exámenes de genética molecular. Los negros no nos sentimos favorecidos porque tengamos un porciento mayor o menor de genes blancos, esto no constituye ningún mérito. Nuestra identificación racial está dada por el reconocimiento de ancestros étnico culturales comunes, de los cuales sentimos orgullo.

Los labios gruesos, el pelo lanudo y la piel oscura, van de la mano con nuestra música, nuestra poesía y nuestra capacidad de lucha. Provenimos de un continente lleno de misterios y peligros, y también de riquezas y bellezas inexploradas. Somos ricos desde nuestro origen, no constituimos una raza miserable que deba sentir pena de si. La historia del mundo está llena de personalidades de la raza negra que honran a la humanidad. Los pueblos africanos representan la dignidad del ser humano y su humillación y ultraje significan la peor de las desvergüenzas.

Durante el siglo XIX la segregación racial en el sur de los Estados Unidos establecía que un 3% de ¨sangre negra¨ era suficiente para clasificar como negra a una persona (1). Estos estudios actuales son una continuación de aquellos que pretendían establecer el porciento de ¨sangre negra¨ que tenía una persona. Si aplicáramos estos mismos principios, muchas personas de piel ¨blanca¨ hoy aquí, se habrían considerado negras en los Estados Unidos del siglo XIX o pardos o mestizos en la Cuba del propio siglo.
Que los negros o mestizos en nuestro país seamos entonces mayoría, no debe ser motivo de temor para los que no lo sean, estamos por el respeto de las minorías aunque hayan tratado de ahogar nuestra cultura y nuestras vidas, y obligado a muchos a sentir vergüenza de su origen. No somos folclor, sino hombres y mujeres con una dignidad que defender con independencia de porcientos. De cualquier manera, la sangre es roja, el cerebro gris y blanco y el espíritu no tiene color.

El racismo y la discriminación racial siguen siendo una lacra en Cuba. La población negra es abrumadoramente mayoritaria en los barrios marginales y villas miseria de todo el país, y es negra la mayor parte de nuestra inmensa población penal; sin embargo, es insignificante la presencia de negros en centros de trabajo con acceso a moneda convertible o en cargos de dirección a cualquier nivel. Si de porcientos se trata, vamos a ocuparnos de estos.
Bibliografía:
(1) Benemelis, Juan; Raza y Nación, El Determinismo racial en América y Cuba.
hildebrando.chaviano@yahoo.com

martes, 4 de agosto de 2009

MI CIUDAD

Hildebrando Chaviano Montes
El Vedado

Erase una vez que La Habana era conocida como una de las ciudades más bellas de América, al decir de alguien, era la capital desarrollada de un país subdesarrollado, hoy en día ya no es así, la Ciudad de La Habana es la capital destruida de un país en ruinas, calles surcadas de zanjas y salpicadas de huecos, edificios a punto de caer, paredes agrietadas y sin pintar, las aguas albañales corriendo libremente o estancadas formando un paisaje sucio y pestilente.
Vemos que cuando se construye una nueva tienda para vender en moneda convertible que son las únicas que se construyen y reparan, o algún hotel para extranjeros en el casco histórico, las edificaciones y aceras aledañas se mantienen intactas, surrealistamente ignoradas en un contraste desagradable y ofensivo.
Hace unos días pasé por el antiguo Mercado de Cuatro Caminos, su aspecto es desolador, en el mismo centro de la ciudad semeja un edificio en ruinas del Berlín de fines de la guerra o del Bagdad del segundo de los Bush, nada en él escapa a la destrucción, desde los techos a los pisos, pasando por los ventanales. Es verdad que cada vez hay menos productos que vender y no es fácil con el sistema económico improductivo que rige en Cuba llenar de mercancías semejante mastodonte más propio de lejanas épocas, pero al menos podría dedicarse a la realización de actividades culturales en beneficio de la comunidad, donde por encontrarse ubicado en una encrucijada de municipios habaneros, desempeñaría una muy necesaria función social principalmente para la juventud de la zona.
Aparejado a este abandono de la ciudad, está el abandono de la educación cívica ciudadana. En la historia de nuestro país abundan los ejemplos de educadores que transmitieron a varias generaciones de cubanos valores imprescindibles en las relaciones sociales como son el respeto a los mayores, a las instituciones, a los monumentos históricos, al patrimonio público y privado y sobre todo, el respeto a los demás y a uno mismo.
La Habana no sólo es hoy una ciudad fea y sucia por el estado de sus calles y edificios, también lo es por la grosería de muchos de sus habitantes, gritos obscenos en plena vía pública, jóvenes golpeando a sus novias en la calle y a la luz del día, mientras otros lo contemplan con indolencia, pies sobre los asientos de los ómnibus y así una lista interminable de faltas a la decencia y al decoro que han convertido a nuestra querida ciudad de lo que era en lo que es.
hildebrando.chaviano@yahoo.com