martes, 29 de octubre de 2013

El Regreso del Deporte Rentado.


Por fin reconoce el gobierno cubano que los atletas de alto rendimiento no son otra cosa que deportistas profesionales que merecen un salario  decoroso, acorde con la labor que realizan. Se acabó aquello de la diferencia entre deporte rentado y deporte revolucionario, entre profesionalismo y amateurismo; a fin de cuenta todos son amantes del deporte que practican, y tienen las mismas necesidades como seres humanos.
Que un pelotero de la serie nacional se pase largos meses alejado de sus familiares, mal alimentado -¿recuerdan los peloteros de La Habana el picadillo de cresta de gallo en el estadio “Nelson Fernández”?-, con pésimas condiciones de alojamiento y entrenando y jugando en terrenos casi potreros o potreros, para devengar un salario de doscientos o trescientos pesos CUP mensuales como sereno o vaya usted a saber que otro cargo minúsculo en una minúscula entidad estatal, era una verdadera burla.
La burla se prolongó durante más de cincuenta años en los que hubo de todo; malos resultados competitivos, deserciones, amenazas, presiones políticas, vigilancia policial a los deportistas en competencias internacionales, despojo de los premios en metálico, sanciones por mantener relaciones con deportistas considerados desertores, engaños, y una larga lista de etcéteras.
Solo los cada vez peores resultados del deporte cubano, han obligado a la máxima dirección del país a tomar las odiadas medidas de remuneración decente y trato respetuoso a deportistas que por sobre todas las cosas, son hombres y mujeres, seres humanos que no merecen ser tratados como traidores cuando deciden romper con el que los explota, ni como mantenidos que no se ganan  el poco de arroz y frijoles que se comen.
La política errónea seguida hasta ahora, no impidió que en este momento haya más de veinte peloteros cubanos en las grandes ligas norteamericanas, ni que boxeadores nacidos aquí ostenten títulos en el boxeo profesional. Condenados al ostracismo; a no ser conocidos sus éxitos por los compatriotas, y sin poder regresar nunca más al suelo que los vio nacer, por prohibición expresa del dictador en jefe.
Los mueve el peligro de quedarse sin deportistas de calidad que vendan al mundo una imagen de poderío chovinista, o sean capaces de entretener al pueblo que, a falta de otros alicientes, se conforma con ver telenovelas y eventos deportivos.
Esta “justa decisión” debió esperar más de cincuenta años a que se produjera  una profunda crisis en todos los sectores de la sociedad cubana. Es de esperar que se produzcan más decisiones de este tipo, a tono con los tiempos de capitalismo salvaje que se avecinan después de tanto soñar con un sistema que nunca dejó de ser utópico.

Publicado en Primavera Digital

Cuba es Mulata y el Policía… mi Amigo.


Qué alegría, en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana acaban de informar que científicamente Cuba no es negra ni blanca, sino mestiza. Eso quita algunas preocupaciones, al final es que todos somos afrodescendientes por aquello de la “Eva” africana.
Ahora, gracias a la ciencia,  ya la policía nacional no detendrá más negros, ni las cárceles seguirán abarrotadas de personas de este color de piel, desaparecerán las cuarterías y los barrios insalubres donde habitan en mayoría abrumadora los hasta ahora llamados negros. Por otra parte, en los hoteles y empresas de corte capitalista del siglo XXI, tampoco serán mayoría los blancos.
Todos somos mestizos, claro, que siempre habrá unos mestizos más oscuros que otros. A los más oscuros les tocarán los peores empleos, el acoso policial y ser residentes hereditarios  de cuarterías y barrios insalubres. El acceso de estos mestizos de color pronunciado a la carrera de Relaciones Exteriores, estará vedado, y cada promoción de diplomáticos cubanos posando ante la estatua del Apóstol en la Plaza, refulgirá en su blancura, perdón, en su clarísimo mestizaje. Gerentes de hoteles y de empresas mixtas que en realidad son enteramente capitalistas, también pertenecerán al grupo de los mestizos con bajo porciento de melanina.
Está científicamente probado, a más melanina menores oportunidades, si alguien lo duda, pregúntele a Sonia Garro.



Publicado en Primavera Digital

martes, 15 de octubre de 2013

Por Celebrar Una Fecha Patria



El opositor pacífico Agustín Figueroa Galindo fue detenido en su domicilio del Reparto La Fortuna a las seis de la mañana del día 11 de octubre y retenido en el centro de reclusión de detenidos conocido por “El Vivac” hasta las diez de la noche del lunes 14.
La esposa de Agustín, Miladys Pelier Marzo, fue detenida el mismo día 11 a las diez de la mañana y estuvo en esa condición hasta las dos y media de la tarde. Junto con ella fue detenido  Gregorio Díaz Torres, el cual fue conducido posteriormente a “El Vivac”.
Miladys es amenazada por los oficiales de la policía política con retirársele la custodia de sus menores hijos de diez y doce años de edad para que no les inculque sus ideas, según ellos. Así mismo, la madre de Miladys fue advertida de que no puede visitar la casa de su hija ni recibir visitas de ella o su esposo porque podría perder el trabajo.

Réquiem por Camilo.



El oficial del Departamento de Seguridad del Estado conocido por “Camilo”, es famoso por su disposición a usar la fuerza bruta contra hombres y mujeres de la oposición pacífica cubana. Amparado en el órgano que representa, este “Camilo” que no tiene nada que ver con el legendario de la barba y el sombrero tejano, hace gala de su poca valía como hombre, al agredir  físicamente a personas indefensas que cometen el error de pensar que una Cuba mejor es posible.
Pero no basta con ello; ahora el susodicho está al frente de una banda de gamberros que se ufanan de ser el “grupo de asalto de Camilo”, denominación esta, usada por el propio esbirro durante un operativo parapolicial realizado el día 3 de octubre en el municipio Playa. Es posible que después de todo, esta sea la labor que le viene bien al  abusador, se puede ver su futuro como jefe de una tropa de asaltantes de camino.
Los torturadores del gobierno de Batista, antes de aprender ese oficio, eran jóvenes, muchos provenientes del campo, que se incorporaban a la policía o al ejército como una forma más de ganarse la vida, algunos quizás con el ideal de servir a la justicia y a la patria; pero en medio de los odios desatados por la dictadura, aquellos jóvenes descubrieron que les daba placer dar palos  a los prisioneros, que sacar uñas podía ser divertido, y que una cara machacada a golpes,  un cráneo roto de un batazo o unas costillas molidas a patadas, eran mérito suficiente para ascender hasta convertirse un día en cabecilla  de su propio grupo represor.
Va mal este Camilo y van mal sus jefes que le ordenan, autorizan o permiten  los desmanes que comete y, lo que pudo ser un ciudadano digno,  se ha convertido en uno de los personajes más tristes de la triste historia de la Revolución Cubana. Este Camilo, también se perdió.

Publicado en la Primavera Digital



Preparación Contra el Abuso.



Ciudadano cubano, no te dejes engañar, tú puedes reunirte, manifestar públicamente tu opinión sobre cualquier asunto de importancia para ti o para los demás cubanos, y asociarte con quien tú quieras para fines lícitos y de forma pacífica. Estos hechos solo son considerados delitos en los regímenes dictatoriales. No tengas miedo, el Apóstol de la independencia de Cuba decía a los niños de América: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”.
Si un agente de la autoridad te pide el carné de identidad, entrégaselo, se cortés; si te ordena  montar en un auto patrulla, obedece. Memoriza el número de identificación del agente que te detiene y el número del vehículo. Nunca discutas, porque los policías no están programados para argumentar. No uses improperios ni palabras obscenas, marca la diferencia.
Si oficiales de la Seguridad del Estado  vestidos de civil se te acercan, deben identificarse previamente. Cuando personas civiles no identificadas te agreden físicamente, evita el contacto físico con ellos, pero de ser necesario, bloquea y esquiva los golpes que te lancen y empújalos por el pecho para apartarlos de ti, no los golpees ni respondas sus agresiones verbales. Lucha pacífica es lucha sin armas, de ideas, eso no quiere decir dejarse golpear a mansalva por una turba de energúmenos.
Si eres conducido a una unidad de la Policía Nacional Revolucionaria, no estás obligado a firmar ningún documento a no ser el comprobante de los objetos personales que te hayan sido ocupados. Tienes derecho a una llamada telefónica, úsala para llamar a algún familiar o amigo del que hayas memorizado el número telefónico, esta persona a su vez, debe tener los teléfonos siguientes y cualquier otro que sirva para denunciar la detención:
Hildebrando Chaviano Montes, Asesor Legal OCCD*: 8350171 y 52634154
Juan del Pilar Goberna, Derechos Humanos: 8678631 y 52783840
Juan González Febles, Director Semanario Digital Primavera: 6988238 y 52759831
*Observatorio Ciudadano Contra la Discriminación

Delitos que con más frecuencia son imputados a los disidentes:
Estado Peligroso
Artículo 72. Se considera estado peligroso  la especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista.
Propaganda Enemiga
Artículo 103.1. Incurre en sanción de privación de libertad de uno a ocho años el que:
a)      incite contra el orden social, la solidaridad internacional o el Estado socialista, mediante la propaganda oral o escrita o en cualquier otra forma;
b)      confeccione, distribuya o posea propaganda del carácter  mencionado en el inciso anterior.
Atentado
Artículo 142.1. El que emplee violencia o intimidación contra una autoridad, un funcionario público, o sus agentes o auxiliares, para impedirles realizar un acto propio de sus funciones, o para exigirles que lo ejecuten, o por venganza o represalia por el ejercicio de estas, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años.
Resistencia
Artículo 143.1. El que oponga resistencia a una autoridad, funcionario público o sus agentes o auxiliares en el ejercicio de sus funciones, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.
Desacato
Artículo 144.1. El que amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro a una autoridad, funcionario público, o a sus agentes o auxiliares, en ejercicio de sus funciones o en ocasión o con motivo de ellas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
Desórdenes Públicos
Artículo 200.1. El que, sin causa que lo justifique, en lugares públicos, espectáculos o reuniones numerosas, de gritos de alarma, o profiera amenazas de un peligro común, incurre en sanción de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
Asociaciones, Reuniones y Manifestaciones Ilícitas
Artículo208.1. El que pertenezca como asociado o afiliado a una asociación no inscripta en el registro correspondiente, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres meses o multa hasta cien cuotas.
Artículo 209.1. El que participe en reuniones o manifestaciones celebradas con infracción de las disposiciones que regulan el ejercicio de estos derechos, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres meses o multa hasta cien cuotas.
Clandestinidad de Impresos
Artículo 210.1. El que confeccione, difunda o haga circular publicaciones sin indicar la imprenta el lugar de impresión o sin cumplir las reglas establecidas para la identificación de su autor o de su procedencia, o las reproduzca, almacene o transporte, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.
Lesiones
Artículo 272.1. El que cause lesiones corporales graves o dañe gravemente la salud a otro, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años.
2. Se considera lesiones graves las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima, o dejan deformidad, incapacidad o cualquier otra secuela anatómica, fisiológica o síquica.
3. Para adecuar la sanción, el tribunal tiene en cuenta, especialmente, el grado en que la intención del culpable coincide con la naturaleza y entidad de las lesiones causadas.
Artículo 273.1. El que ciegue, castre o inutilice para la procreación a otro, incurre en sanción de privación de libertad de cinco a doce años.
Artículo 274.1. El que cause lesiones corporales o dañe la salud a otro que, aun cuando no ponen en peligro la vida de la víctima, ni le dejan las secuelas señaladas en los artículos 272 y 273, requieren para su curación tratamiento médico, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
(Nota del Autor: En el caso de que las lesiones no requieran tratamiento médico para su curación, se consideran leves según la práctica en uso.)
Difamación
Artículo 318.1. El que, ante terceras personas, impute a otro una conducta, un hecho o una característica, contrarios al honor, que puedan dañar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida para el desempeño de su cargo, profesión o función social, es sancionado con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cotas o ambas.
Calumnia
Artículo 319.1. El que, a sabiendas, divulgue hechos falsos que redunden en descrédito de una persona, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas.
Injuria
Artículo 320.1. El que, de propósito, por escrito o de palabra, por medio de dibujos, gestos o actos, ofenda a otro en su honor, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.

Esta larga lista de delitos, es usada por el gobierno cubano para mantener maniatado y amordazado el ejercicio de derechos civiles fundamentales de la ciudadanía. De algunos habrá que cuidarse para  no cometerlos, pero vale la pena correr el riesgo y poder sentirse más digno al despertar cada día.



martes, 1 de octubre de 2013

Vivir la Pesadilla.


Este 28 de agosto se conmemoró medio siglo de la Marcha por los derechos civiles sobre Washington, medio siglo del discurso del Dr. Martin Luther King Jr. conocido en el mundo entero por la frase que aún resuena como el doblar de una campana de iglesia llamando a los fieles, “Yo tengo un sueño”.
En esta ocasión, la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, convocó a la celebración a un grupo tan heterogéneo de personas que parecía imposible que se hubiera logrado; clérigos, intelectuales, artistas, periodistas, opositores al gobierno, amigos del gobierno, mantenidos por el gobierno y agentes del gobierno, racistas y antirracistas, homosexuales, y homofóbicos, todos revueltos saludándose, tolerándose, y hasta odiándose cordialmente.
A pesar de todo, o quizás gracias a todo, reinó la armonía, aunque como en cualquier festejo, siempre hay detalles que se salen del programa, y en este caso el detalle estuvo en la respuesta a los discursos. Fueron poco aplaudidos; ni el de Luther King, ni el de Leonardo Calvo, ni el del Jefe de la sede diplomática señor John Caulfield, ni el de Barack Obama, parecieron causar demasiado entusiasmo entre los asistentes, como si el tema de la  desigualdad  racial fuera algo poco importante o demasiado penoso para ser hablado en público.
A los cubanos les queda una larga marcha para resolver sus problemas; en primer lugar, ese ajiaco de personalidades demostró que nadie es tan  importante como pueda pensar de sí mismo, ni tan insignificante como puedan creer los demás. En segundo término, el camino a la democratización de Cuba pasa necesariamente por la solución legal, moral y material del capítulo discriminación racial, mal que les pese a algunos, y no a la inversa.


(Publicado en Primavera Digital)



Realidades Cercanas. Injusticia y Racismo.



El tema de la racialidad, o por mejor decir, el tema del racismo en Cuba, es uno que nada tiene que ver con capitalismos o socialismos y mucho menos con  siniestros intereses de imaginarios enemigos del país. Este drama, que no es un simple tema, fue ignorado en la Cuba republicana con los mismos argumentos que hoy en día esgrimen el gobierno y la prensa oficial cubana; el peligro de la desintegración del cuerpo de la nación. Quiere decir esto que la lucha contra la discriminación racial en Cuba no es algo que esté de moda, como alguien  a todas luces desconocedor de la historia ha dicho, sino que data de siglos de justicia postergada.
Aunque el gobierno de turno se preste en ciertas circunstancias coyunturales a emitir un discurso conciliador y tomar medidas más bien tibias. Para nada incomoda que en la televisión nacional se vean cada vez más rostros de tez oscura, o que haya aumentado el número de representantes de la raza negra en los órganos del Poder Popular, estos se pueden considerar logros de la lucha que llevan a cabo desde hace muchos años los miembros de la sociedad civil no reconocida por el régimen, pero que así y todo existe.
Errores, carencias –sobre todo de libertad- y horrores, han plagado el camino de la solución a problemas no tanto heredados de la colonia y la etapa republicana, sino reasumidos por la nueva sociedad que ya es vieja y achacosa. Bajo la égida de un partido político excluyente que no acaba de encontrar la solución al racismo, ni a la improductividad de los campos, ni a las villas miseria, ni a la baja industrialización, ni a la grosería y la mala educación imperantes; la unidad nacional a ultranza es un atentado contra los ideales de José Antonio Aponte, Evaristo Estenoz, Pedro Ivonet y los miles de negros masacrados en 1912 en aras de la unidad y la soberanía de la nación.
Si el racismo, como alguien dijo alguna vez, “es una naturalización de la desigualdad entre las personas”, en Cuba sobran las condiciones para que este mal perdure. La sociedad igualitaria promovida por los comunistas fracasó hace mucho tiempo y mientras las personas de raza blanca continúen como los máximos beneficiarios del poder económico y político, los de raza negra seguirán en espera de que alguien se acuerde de ellos, pero sin pronunciarse, para que no los acusen de enemigos de la unidad y del socialismo.
El discurso ambivalente de los gobernantes cubanos y sus portavoces, plantea que hay que decirlo todo para poder superar lo mal hecho, pero el que lo haga debe asumir las injurias, amenazas y persecución oficialistas y aceptar que, a fin de cuentas, las cosas van a seguir así de mal porque el  socialismo como sistema es más importante para ellos que los cubanos como seres humanos y Cuba le pertenece a un grupúsculo de ancianos y advenedizos que se encargan de que nada cambie.


(Publicado en Primavera Digital)