martes, 11 de mayo de 2010

CANTAR POR CANTAR

En la letra del himno de los comunistas, La Internacional, hay una estrofa que los descubre en cuerpo y alma, si la tuvieran. Dice así: “No más salvadores supremos, ni César, ni burgués, ni Dios”. Eso es todo, los comunistas se han servido de una ideología engañosa para, como diría un abogado, subrogarse en lugar y grado de todos y cada uno de los supuestos enemigos del proletariado.
Ellos se han erigido en salvadores de la humanidad al distribuir egoísta y caprichosamente las riquezas encontradas, sin ser capaces de crear nuevas riquezas, con lo cual han logrado empobrecer hasta la miseria los países donde han logrado imponer su sistema. Estos “salvadores” de pacotilla pretendieron sustituir la salvación espiritual por unas cuantas migajas materiales que al agotarse, han dejado a los pueblos vacíos de espíritu y de estómago.
Verdaderos césares que gobiernan despóticamente sin atenerse a más ley que su voluntad, dueños absolutos de las vidas y fortunas de los ciudadanos, rebajados así a la condición de siervos o mejor aún, de esclavos carentes de los derechos reconocidos en cualquier sociedad moderna. Sólo una élite cercana al centro de poder puede disfrutar de ciertas prebendas concedidas por el césar.
Esta nueva clase ha adoptado rápidamente la forma de vida de la burguesía, y ya quisieran los burgueses vivir como acostumbran estos sustitutos. Como la opulencia no les cuesta, se pegan como sanguijuelas al erario público y saquean las arcas del Estado sin dar cuenta a nadie. Todo por el bien del proletariado.
Exigen ser adorados como dioses paganos de una religión creada a su única conveniencia con sus correspondientes lugares sagrados (Moscú, La Habana), santones (Marx, Engels, Lenin, Che), sacerdotes, (Fidel, Chávez), y escrituras inspiradas escritas por profetas del odio. Sus palabras son inatacables, sus acciones quedan fuera de todo análisis por los infelices mortales y las decisiones tomadas por estos dioses son inamovibles. Para ellos mismos son perfectos y eternos.
Los padres deben ver con detenimiento la letra de las canciones aprendidas por los hijos, pueden llevar un mensaje subliminar que los incite al sometimiento a personajes ambiciosos y oportunistas sin escrúpulos.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
http://hchaviano5.blogspot.com
Twitter: @hildebrandoch

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