PARA EL BIEN DE TODOS

“Cuando hay muchos hombres sin decoro,
hay siempre otros que tienen en si el de-
coro de muchos hombres”.
José Martí.
Excarcelación demorada, a regañadientes, acompañada del consabido destierro ilegal, pero se ve una luz al final del túnel. Tuvo que morir Orlando Zapata Tamayo, lanzarse a las calles las Damas de Blanco prestas a soportar golpes, amenazas y humillaciones de todo tipo, y sumarse Guillermo “El Coco” Fariñas con una prolongada huelga de hambre y sed que demostró al régimen y al mundo, que los cubanos están dispuestos a los mayores sacrificios con tal de sacudirse el yugo.
Sin estas manifestaciones de entrega a un ideal y la voluntad de resistencia cívica de la oposición pacífica en pleno, prensa independiente y blogueros incluidos, no existiría la Posición Común Europea, ni el Cardenal se habría ocupado del asunto, ni Moratinos habría dirigido el más mínimo pensamiento al pueblo cubano ni a los setenta y cinco prisioneros de conciencia víctimas de la arbitrariedad gubernamental en el año 2003.
El régimen se ha visto obligado a realizar una movida esperada en el tablero del ajedrez político cubano; su reloj avanza inexorable, no tienen posibilidad alguna de ganar esta partida. Hasta el momento no han demostrado que sepan jugar sin ayuda exterior, su pensar y actuar está limitado por una visión distorsionada de la realidad. Dogmas y consignas conforman un discurso obsoleto con el que pretenden ignorar la carencia de un verdadero proyecto social viable.
Que se atreva la alta dirigencia cubana a sostener un diálogo con la oposición pacífica interna y todas las puertas les serán abiertas como a la voz de “sésamo ábrete”. Ellos conocen a cada uno de los opositores y saben perfectamente que no son delincuentes, ni mercenarios ni nada por el estilo, podrían sentarse en igualdad de condiciones, con respeto, sin descalificaciones ni ideas preconcebidas.
Nada justifica que el pensar diferente sea un delito, eso es una barbaridad elevada al rango de ley penal, o que los cubanos no puedan salir de su país o entrar en él libremente, o asociarse, reunirse, comprar o vender en libertad. La solución de estos problemas no la va a traer Moratinos, ni Obama, ni el mismísimo Papa, tampoco está únicamente en las manos de los gobernantes cubanos, estos han comprobado durante más de medio siglo, que con miedos, represión y atrincheramientos no se va a ninguna parte. La solución corresponde a todos los cubanos sean socialistas, social cristianos, demócrata cristianos, liberales o comunistas.
Por el momento, en hora buena por los pasos dados, felicidades a los excarcelados y sus familiares, a los abnegados luchadores por la democracia que nunca han perdido la fe, a los cubanos todos y a los amigos de la libertad en todo el mundo.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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