Una conferencia bastante aburrida (con bostezos incluidos), me permite vaticinar que el cable recién llegado a nuestras costas, le va a provocar más dolores de cabeza que alegrías a nuestros vetustos líderes y a sus jóvenes instrumentos, que para estar a tono con los tiempos podrían llamarse ciberesbirros defensores del desastre cubano.
Al régimen le ha salido otro enemigo; Internet le aterra, Facebook y Twitter lo espantan. Cualquier bit que circule por el espacio cibernético, es una amenaza contra la Revolución. El sacrosanto derecho de la dictadura a imponer su voluntad sin tener para nada en cuenta los criterios de los otros, se extiende al terreno de la información y las comunicaciones cibernéticas.
Ya no solo es peligroso para la integridad territorial de nuestro país el que las personas quieran reunirse libre y pacíficamente, agruparse de acuerdo con sus aficiones, intereses o ideas, manifestarse en público de manera ordenada y pacífica, escribir, o tener una biblioteca. Ahora es igual de peligroso viajar por Internet, participar en las redes sociales, tener un teléfono celular, o una computadora.
Para estos señores, un comentario en Twitter es un disparo del enemigo, al cual es necesario responder con una ráfaga de discursos del comandante o bien, una andanada de reflexiones del mismo calibre. Un bloguero cubano, es un terrorista que pretende dinamitar el inconmovible sistema de la “justicia total”.
Quien se atreva a buscar en Google más información que la suministrada por el “Granma”, es un mercenario al servicio del imperialismo y merece el repudio de todos y la severidad de las leyes revolucionarias. A no ser que sea un compañero autorizado y sometido a la más estricta vigilancia para que el enemigo no tenga oportunidad de confundirlo.
El discurso del gobierno cubano es el mismo de siempre: descalificación de las personas que a riesgo de su libertad, insisten en presentar sus puntos de vista independientes; acusaciones de mercenarismo, que van en contra de lo legislado al respecto en el Código Penal Cubano (Artículo 119.1. El que, con el fin de obtener el pago de un sueldo u otro tipo de retribución material, se incorpore a formaciones militares integradas total o parcialmente por individuos que no son ciudadanos del Estado en cuyo territorio se proponen actuar,…); amenazas, abiertas o encubiertas; mentiras flagrantes y expresiones desatinadas con las que provocan la risa de unos y la alarma de otros.
Oportunistas, mediocres, guatacas, cobardes, conformistas e ignorantes, componen la fauna que se alza contra el derecho de los cubanos a informarse y comunicarse libremente. Ahora sólo les queda crear el sitio sicariosenlared.cu. Me gustó la conferencia, están temblando.
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