martes, 8 de febrero de 2011

PARA PENSAR

En el año 2003 fueron fusilados tres jóvenes negros por intentar secuestrar una embarcación para dirigirse hacia los Estados Unidos. En el hecho no hubo derramamiento de sangre y ni siquiera peligró la vida de las personas que se encontraban a bordo.
El proceso judicial fue sumarísimo y los inculpados fueron juzgados y ejecutados en sólo 72 horas. Sus compañeros de causa fueron favorecidos con penas más benignas, veinte años a cadena perpetua.
Con esto el gobernante dio ejemplo de lo que podría ocurrirle al cubano que se atreviera a secuestrar una embarcación, al igual que antes lo había hecho con cualquier aeronave de Hermanos al Rescate que se pusiera al alcance de los Migs cubanos, aunque fuera en el espacio aéreo internacional.
En este 2011, después de un juicio dilatado por más de un año, se dicta sentencia contra algunos de los responsables por el genocidio de 26 enfermos mentales en el Hospital Psiquiátrico de Mazorra. La sanción más alta impuesta, 15 años, conmueve por su levedad. El Ministro de Salud quedó fuera del proceso.
Al menos, no quedaron impunes como los que hundieron el remolcador “13 de Marzo”, y eso ya es algo, digo yo, la justicia cubana no necesita vendarse los ojos, es ciega, y a veces tuerta, o se hace.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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