martes, 12 de julio de 2011

Viejo Discurso


Control, disciplina y exigencia parecen ser las tres palabras mágicas a cuyo conjuro todo comenzará a salir bien; de pronto los agro mercados se abarrotan de productos, todos los niños toman leche aunque hayan cumplido siete años, regresa la carne de vacuno a la dieta de los cubanos, los estudiantes reciben clases de calidad y los padres no tienen que disponer de sus ahorros para pagar maestros particulares o el aprobado.

Al son de este revolucionario “Abracadabra”, dirigentes, periodistas, crédulos de todo tipo y oportunistas, se desgastan en un esfuerzo que no tiene nada de novedoso. Durante la etapa colonial esclavista que conoció esta isla hasta finales del siglo XIX, la política de barracón, látigo y mayoral se ajustaba muy bien a estos términos hoy de moda.

El control, la disciplina y la exigencia del régimen despótico español, no se tradujo en mayor productividad de los esclavos, tampoco los comerciantes cubanos dejaron de contrabandear sus productos. Aquel sistema llevó al país a la ruina económica, a la desmoralización de la sociedad y a la guerra como única solución para sacudirse el lastre.

Quizás, como en el 68, lo que necesite el pueblo cubano sea libertad, para expresarse, para producir, comerciar, asociarse, elegir sus gobernantes y escoger como vivir. Quizás haga falta que se cumpla la promesa siempre incumplida de que la tierra sea del campesino que la trabaja, no en préstamo por cinco o diez años, lo cual además de ridículo es contraproducente, sino en usufructo permanente y gratuito. Quizás, los obreros deberían poder asociarse en verdaderas cooperativas donde como dueños pudieran decidir qué producir y a quién y a qué precio vender.

Como quiera, la dirección del país no parece estar dispuesta a la opción libertad, lo cual es una verdadera pena porque deja como único recurso la rebelión, que aunque sea en su forma silenciosa y pacífica, igual terminará por echar abajo el andamiaje obsoleto de un adefesio que ni es socialismo ni es del siglo XXI.



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viernes, 1 de julio de 2011

librexpresión: PRUEBAS FINALES

librexpresión: PRUEBAS FINALES

PRUEBAS FINALES



Padres exigentes y funcionarios de los ministerios de Educación, Salud Pública y otras dependencias estatales están consternados en este fin del curso escolar 2010-2011. La rigurosidad de los exámenes de sexto grado, secundaria básica y preuniversitario, ha llevado al suicidio a 61 adolescentes en la capital de la República.

De ellos, al menos dos han fallecido, uno por sobredosis de medicamentos, y otro, que también intentó con las pastillas, se ahorcó al regresar a la casa después de haber sido sometido a un enjuague de estómago.

Esta es la punta del iceberg del sistema educacional cubano plagado de iniciativas absurdas (maestros emergentes, tele-clases, merienda escolar), carencia de recursos que son desviados en ayudas solidarias y multitud de deficiencias estructurales que año tras año se han agravado.

Luego de un año de malas clases con pésimos maestros, libros insuficientes, mala alimentación y aulas oscuras, se aparecen con unos súper exámenes sin nada que ver con el relajo prevaleciente en la docencia cubana de estos tiempos de cambio.

Ahora vienen las investigaciones, el pedir cuentas, la defenestración de dirigentes, y el ocultamiento a toda costa de los hechos y las causas que los motivaron. Los padres, como se ha hecho habitual entre padres revolucionarios, en su mayor parte guardarán silencio y hasta podrían culpar al bloqueo imperialista de las malas notas de sus hijos mientras dan gracias porque la educación es gratis.

Final infeliz para un curso escolar transcurrido entre la preparación para el Congreso del Partido y su celebración apoteósica, reuniones y discursos trascendentales, grandes logros en la producción y en la defensa y numerosos avances científicos que ya es hora de que merezcan un Nobel.

Los “indignados” cubanos no ocupan las plazas y calles, no gritan ni portan carteles, los de aquí se envenenan con pastillas, se ahorcan o se tiran de un edificio porque los padres les exigen buenas notas. Es la cultura del “patria o muerte” llevada a nivel de examen escolar.

hildebrando.chaviano@yahoo.com

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