martes, 5 de agosto de 2014

Maniobra de la Izquierda Inteligente


El Presidente del Ecuador, Rafael Correa, llamó el día 18 de junio a su organización a fortalecer el proyecto del llamado socialismo del siglo XXI. Para ello, indicó que en estos momentos una izquierda inteligente no se enfrenta tajantemente a la propiedad privada ni al mercado, sino que debe ser capaz de poner a esas dos instancias a favor del hombre y de los objetivos sociales.
¿Dónde quedan entonces las enseñanzas de Fidel Castro, los discursos anti capitalistas, las arengas chavistas y la firmeza reaccionaria de Raúl Castro? Al parecer no es el capitalismo lo que está a punto de desaparecer, sino el socialismo trasnochado al que ningún traje le queda bien, ni el real, ni el bolivariano. La izquierda tuerce el rumbo y ya no parecen tan zurdos, más bien se ven como ambidextros.
En este mundo en constante desarrollo todos aprenden y evolucionan; los políticos de derecha se percataron de sus errores que los llevaron a retroceder en la preferencia de los electores y la izquierda inteligente como la ha llamado Correa, parece haber dejado de lado la soberbia mesiánica que destrozó la economía cubana y está arruinando a Venezuela. Sin una economía fuerte de dónde van a sacar los gobernantes el dinero para llevar adelante los planes sociales.
Ya la mayor parte de los políticos latinoamericanos se dio cuenta que la economía estatal planificada es una locura, que dejar los medios de producción en manos de un grupo de burócratas es fomentar la corrupción y generalizar la miseria, pero también se dieron cuenta que hay necesidades de los pueblos que no pueden soslayarse por favorecer intereses egoístas de grupos de poder sean de derecha o de izquierda.
Es función de la empresa privada la creación de puestos de trabajo y producir bienes y servicios, es tarea del Estado garantizar las condiciones legales para que la actividad de los emprendedores se desarrolle en un marco propicio de libertad e igualdad, así como disponer un sistema tributario justo que fomente el aumento del nivel de bienestar de los desvalidos y la creación de infraestructuras necesarias para el desarrollo.
También Correa se refirió a la prensa como “medios de comunicación hegemónicos”. Por algún lado se deja ver la oreja peluda del lobo totalitario aunque se vista de democracia y economía de mercado; los izquierdistas pretenden eliminar o al menos controlar la prensa. Donde quiera que se hable de desarrollo y democracia, pero se ataque a la libertad de prensa, es de sospechar ocultos intereses oscuros que no conviene que salgan a la luz. Sin prensa libre siempre van a correr peligro el resto de las instituciones democráticas.
No obstante, la expresión agresiva contra la prensa podría no ser más que un gesto defensivo tradicional de los amantes del totalitarismo, de hecho, el reconocimiento de la importancia de la propiedad privada y la economía de mercado por parte de este líder, el más calificado continuador del chavismo, es una señal del desprestigio evidente del socialismo del siglo XXI que va en retroceso.


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