El Presidente del Ecuador, Rafael Correa,
llamó el día 18 de junio a su organización a fortalecer el proyecto del
llamado socialismo del siglo XXI. Para ello, indicó que en estos momentos una
izquierda inteligente no se enfrenta tajantemente a la propiedad privada ni al
mercado, sino que debe ser capaz de poner a esas dos instancias a favor del
hombre y de los objetivos sociales.
¿Dónde quedan entonces las enseñanzas de
Fidel Castro, los discursos anti capitalistas, las arengas chavistas y la
firmeza reaccionaria de Raúl Castro? Al parecer no es el capitalismo lo que
está a punto de desaparecer, sino el socialismo trasnochado al que ningún traje
le queda bien, ni el real, ni el bolivariano. La izquierda tuerce el rumbo y ya
no parecen tan zurdos, más bien se ven como ambidextros.
En este mundo en constante desarrollo todos
aprenden y evolucionan; los políticos de derecha se percataron de sus errores
que los llevaron a retroceder en la preferencia de los electores y la izquierda
inteligente como la ha llamado Correa, parece haber dejado de lado la soberbia
mesiánica que destrozó la economía cubana y está arruinando a Venezuela. Sin
una economía fuerte de dónde van a sacar los gobernantes el dinero para llevar
adelante los planes sociales.
Ya la mayor parte de los políticos
latinoamericanos se dio cuenta que la economía estatal planificada es una
locura, que dejar los medios de producción en manos de un grupo de burócratas
es fomentar la corrupción y generalizar la miseria, pero también se dieron
cuenta que hay necesidades de los pueblos que no pueden soslayarse por
favorecer intereses egoístas de grupos de poder sean de derecha o de izquierda.
Es función de la empresa privada la
creación de puestos de trabajo y producir bienes y servicios, es tarea del
Estado garantizar las condiciones legales para que la actividad de los
emprendedores se desarrolle en un marco propicio de libertad e igualdad, así
como disponer un sistema tributario justo que fomente el aumento del nivel de
bienestar de los desvalidos y la creación de infraestructuras necesarias para
el desarrollo.
También Correa se refirió a la prensa como
“medios de comunicación hegemónicos”. Por algún lado se deja ver la oreja
peluda del lobo totalitario aunque se vista de democracia y economía de
mercado; los izquierdistas pretenden eliminar o al menos controlar la prensa.
Donde quiera que se hable de desarrollo y democracia, pero se ataque a la
libertad de prensa, es de sospechar ocultos intereses oscuros que no conviene
que salgan a la luz. Sin prensa libre siempre van a correr peligro el resto de
las instituciones democráticas.
No obstante, la expresión agresiva contra
la prensa podría no ser más que un gesto defensivo tradicional de los amantes
del totalitarismo, de hecho, el reconocimiento de la importancia de la
propiedad privada y la economía de mercado por parte de este líder, el más
calificado continuador del chavismo, es una señal del desprestigio evidente del
socialismo del siglo XXI que va en retroceso.
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