Introducción
Cuba se debate desde los años sesenta del pasado
siglo en la disyuntiva de la producción abundante de alimentos o el
mantenimiento de una agricultura centralizada, donde el Estado no sólo
determina qué se siembra, sino quién, cuánto, cómo, dónde y a qué precio se
vende. El monopolio del estado socialista sobre los medios que tienen que ver
con la producción de alimentos provoca que el abastecimiento de los mercados
agropecuarios esté sujeto a decisiones generalmente erradas por estar
divorciadas de las leyes del mercado. No obstante, la actividad económica
privada ha mostrado su eficacia en cuanto ha tenido la oportunidad.
Hasta 1968, año en que se produjo la llamada segunda
ofensiva revolucionaria contra toda manifestación burguesa (entiéndase
limpiabotas, vendedores de fritura, bodegueros, barberos, etc.), estos pequeños
comerciantes tenían un espacio, pero después de dicha campaña de socialización
fueron satanizados y declarados lacras sociales por ser una herencia del pasado.
No es casual que a cada arremetida ideológica contra
los amagos de liberar el mercado, caiga la producción, o lo que es igual, a más
socialismo, menos alimentos producidos y más altos los precios.
Desarrollo
A raíz del fiasco de la Zafra de los Diez Millones
del año 1970, se produjo una caída brusca de la producción de alimentos, en esa
ocasión no fue sino hasta 1978 que se logró alcanzar el nivel de la producción
alimentaria de 1970 y en el caso de las cosechas hubo que esperar hasta 1979
para ver su recuperación. El dedicar prácticamente todos los escasos recursos
humanos y materiales con que contaba el país a una sola actividad en detrimento
de otras producciones agrícolas o industriales, arruinó la economía.
A principios de los años ochenta hubo un período en
el que las circunstancias internas y externas obligaron al gobierno a dar un
giro coyuntural (según palabras del propio líder) a la férrea política de
centralización y entonces surgieron los llamados Mercados Libres Campesinos,
cuya versión actual son los Mercados Agropecuarios No Estatales.
Aunque por sus características organizativas este
tipo de mercado era cercano a la etapa pre-capitalista del desarrollo de la humanidad,
significó no obstante un alivio para la maltrecha economía de los campesinos, una
mejora de la oferta en la mesa de los cubanos y un surgimiento espontáneo de un
“nuevo” tipo de empleo: los comerciantes o mercaderes, llamados ahora
peyorativamente intermediarios y tan vilipendiados
como en los finales de la Edad Media.
Estos intermediarios, o revendedores como también se
dio en nombrarles, trasladaban o hacían trasladar por medios propios los
productos del agro hasta los mercados de los centros urbanos, donde los vendían
sin regulación de precios por parte del Estado. Con esto se logró que, bajo la
ley de la oferta y la demanda, se estabilizara el suministro de alimentos
provenientes del campo.
Pasada la coyuntura que les dio origen, o vaya usted
a saber si por simple odio a todo tipo de actividad privada, los órganos de
prensa oficiales se dieron a la tarea de manipular a la opinión pública
mediante un ataque feroz y bien planificado, atizado por las críticas del
propio Fidel Castro hacia los que consideraba nuevos ricos.
En algún momento, comenzó a llamárseles a los
vendedores y campesinos que acudían a estos mercados “Bandidos de Rio Frío”,
apelativo este sacado de una telenovela de la época. Al fin, en medio de gran
euforia, sobrevino su clausura definitiva. Cuando fueron reabiertos entonces como
mercados estatales, los precios se dispararon y una cabeza de ajo que antes los
supuestos “bandidos” vendían a cincuenta centavos, ahora costaba tres pesos y
la libra de carne de cerdo que valía cinco pesos, subió a cincuenta y más.
Toda
la historia de los desaciertos, fracasos, errores, horrores y disparates económico-productivos
cometidos por el régimen cubano durante más de cincuenta años de experimentos se
puede resumir en números, aunque estos no hagan mención de la “pasta de oca”,
el “picadillo de soya”, “el pan que te toca”, “el cerelac”, “el lactosoy”, la
carne de gato en el mercado negro, y demás sustitutos nauseabundos que los
cubanos se han visto obligados a ingerir para no morir de hambre.
Las
siguientes tablas tomadas del Informe del Banco Mundial se basan en datos
oficiales suministrados por el gobierno cubano entre los años 1970 y 2011,
tomando como patrón el período 2004-2006:
Índice de Producción de Alimentos
(2004-2006 = 100)
|
|||||||
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
1970
|
140,38
|
1981
|
142,71
|
1992
|
127,52
|
2003
|
115,98
|
1971
|
106,8
|
1982
|
145,21
|
1993
|
93,78
|
2004
|
116,75
|
1972
|
98,13
|
1983
|
144,72
|
1994
|
93,68
|
2005
|
93,75
|
1973
|
102,99
|
1984
|
154,2
|
1995
|
88,2
|
2006
|
89,5
|
1974
|
107,91
|
1985
|
148,72
|
1996
|
105,06
|
2007
|
93,5
|
1975
|
106,26
|
1986
|
150,72
|
1997
|
98,78
|
2008
|
96,42
|
1976
|
112,18
|
1987
|
147,68
|
1998
|
94,37
|
2009
|
100,13
|
1977
|
121,64
|
1988
|
154,19
|
1999
|
110,62
|
2010
|
92,01
|
1978
|
140,58
|
1989
|
158,39
|
2000
|
123,49
|
2011
|
96,52
|
1979
|
144,46
|
1990
|
158,07
|
2001
|
119,35
|
|
|
1980
|
134,4
|
1991
|
146,8
|
2002
|
118,53
|
|
|
Fuente: Banco Mundial. Indicadores Económicos.
Cuba CUB AG.PRD.FOOD.XD
|
Índice de Cosecha
(2004-2006 = 100)
|
|||||||
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
Año
|
Índice
|
1970
|
117,58
|
1981
|
114,12
|
1992
|
116,24
|
2003
|
116,18
|
1971
|
83,56
|
1982
|
120,77
|
1993
|
79
|
2004
|
123,08
|
1972
|
75,24
|
1983
|
144,49
|
1994
|
78,1
|
2005
|
96,82
|
1973
|
81,53
|
1984
|
127,79
|
1995
|
71,41
|
2006
|
80,11
|
1974
|
90,16
|
1985
|
118,07
|
1996
|
87,19
|
2007
|
83,07
|
1975
|
87,49
|
1986
|
119
|
1997
|
84,25
|
2008
|
83,35
|
1976
|
90,37
|
1987
|
120,63
|
1998
|
77,1
|
2009
|
87,12
|
1977
|
99,33
|
1988
|
128,77
|
1999
|
94,18
|
2010
|
74,85
|
1978
|
113,23
|
1989
|
134,73
|
2000
|
111,94
|
2011
|
83,93
|
1979
|
122,51
|
1990
|
134,29
|
2001
|
110,6
|
|
|
1980
|
106,55
|
1991
|
130,78
|
2002
|
118,31
|
|
|
Fuente: Banco Mundial. Indicadores Económicos.
Cuba CUB AG. PRD.CROP.XD
|
Como se puede observar, precisamente durante los
años ochenta cuando funcionaron los Mercados Libres Campesinos, aumentó la
producción de alimentos de manera significativa. A partir de 1992, comienza la
caída en picada de la producción alimentaria debido, entre otras cosas, al
cierre de todas las actividades por cuenta propia y en alguna medida al
derroche de todo tipo de recursos desviados hacia la celebración, el año
anterior, de los Juegos Panamericanos en La Habana.
Quizás sea válido señalar que la malanga, el boniato
(tubérculos), el plátano y la calabaza, por razones obvias nunca vinieron de la
URSS y prácticamente desaparecieron del mercado junto con las frutas tropicales
y la carne de cerdo. La caída coincidente del bloque soviético reventó la
burbuja en que se mantenían los cubanos, pero no fue determinante en la
desaparición dramática de los productos agropecuarios.
El Gobierno cubano se encerró en sí mismo para
evitar a toda costa que las ideas provenientes de la ex Europa socialista echaran
raíces en la isla, dirigentes favorables a la apertura o simples simpatizantes
del proceso fueron destituidos. Se
suspendió la entrada de publicaciones exsoviéticas con el mismo nombre pero
diferente contenido, fueron retiradas licencias para trabajos por cuenta propia
a los comerciantes y los campesinos fueron obligados a cumplir sus compromisos productivos
con el Estado mientras cualquier actividad mercantil al margen de estos se
consideró delictiva.
Con muchos altibajos, por lo general más bajos que
altos, se ha desempeñado la producción de alimentos y específicamente la
agrícola, aún hoy. Después de las medidas de perfeccionamiento del modelo
económico cubano llevadas a cabo por Raúl Castro, todo sigue en los mismos
términos.
A partir del año 2005, poco antes del traspaso de
poderes, comenzó un nuevo ciclo de retroceso en los niveles de producción de alimentos,
lo que hace dudar de la validez de las medidas tomadas por el Gobierno cubano y
el Partido Comunista, fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado.
Esta vez, como en todas las anteriores, el Estado no
se decide a destrabar las relaciones comerciales y económicas entre empresarios
privados, imponiéndoles tal cantidad de prohibiciones, cargas tributarias y
regulaciones que el potencial productivo se pierde en el camino quedando todo
en la intención. La ideologización de la sociedad en todos sus aspectos,
incluido el económico, convierte a un emprendedor próspero en un enemigo del
sistema según la Constitución de la República, la cual no ha dejado de ser un
documento que excluye la propiedad privada como forma de propiedad.
Una encuesta llevada a cabo por el autor entre 27
amas de casa de la ciudad de La Habana arroja las siguientes revelaciones sobre
la situación del abastecimiento y los precios de los alimentos en los mercados
agropecuarios en el actual 2014, a siete años de comenzadas las reformas
raulistas:
Encuesta sobre los Agromercados
|
||||||
Los Agromercados están bien
abastecidos
|
Los Precios son buenos
|
Encuentra siempre el producto que
busca
|
La Calidad es buena
|
Productos preferidos
|
Gasto semanal en el agromercado
|
Ingreso mensual en pesos
|
sí 6
|
sí -
|
sí -
|
sí 3
|
tubérculos: 9
|
5 a 10: -
|
menos de 200: 3
|
no
21
|
no 27
|
no 27
|
no 24
|
hortalizas: 9
|
11 a 20: -
|
200 a 300: 15
|
|
|
|
|
frutas: 3
|
más de 20: 27
|
más de 300: 9
|
|
frijoles: 6
|
|
|
|||
|
|
|
|
otros: -
|
|
|
Fuente: Encuesta realizada por el
autor
|
Los esfuerzos de la población para mantener el
equilibrio entre calidad alimentaria y economía familiar se hacen nulos cuando
la mayor parte de las encuestadas opta por comprar los alimentos menos caros y que
aumenten la sensación de llenura, como los frijoles y tubérculos, pasando por
alto la necesidad de ingerir frutas consideradas un lujo.
Conclusión
La incapacidad del Estado socialista de garantizar la producción y
distribución de alimentos suficientes para todos está demostrada. Ni el
embargo-bloqueo norteamericano afecta la producción de alimentos en Cuba, ni la
ayuda solidaria/conveniente de la URSS y el Campo Socialista hicieron que
mejorara en treinta años de derroche.
La hasta el momento vilipendiada economía de mercado parece ser cada
vez más la solución para que Cuba pase de tener una economía de contingencia a
una economía en desarrollo basada en la inversión extrajera y el potencial que
ofrece una empresa privada nacional formada por emprendedores jóvenes y
capacitados estimulados por menos regulaciones y menos impuestos.
Al fracaso de la economía centralizada en manos del Estado no es
necesario buscarle explicación en los libros de filosofía o economía de ninguna
escuela. Sólo hay que ver los “agros”, como se les llama en Cuba, y los altos
precios al consumidor. Un país fundamentalmente agrícola convertido en importador
de azúcar del Brasil, arroz de Vietnam, frijoles de México y pollo de los
Estados Unidos.
La magra ración que conforma la dieta del cubano es,
en buena parte, importada de países donde rige la economía de mercado y
sobreabundan los alimentos. A pesar de los discursos sobre los avances de la
economía cubana, la aparición de un camión cargado de papas causa tal conmoción
que debe acudir la policía para mantener el orden en las colas.
Bibliografía
Banco Mundial. Los
Indicadores del desarrollo mundial (IDM). Base de datos, 2013.
Mesa-Lago,
Carmelo. Economía y bienestar social en
Cuba a comienzos del siglo XXI. Madrid: Editorial Colibrí, 2003. Oficina
Nacional de Estadísticas e Información de la República de Cuba (ONEI). Panorama
Económico y Social de Cuba 2012. La Habana: ONEI, 2013.