Durante varias semanas la prensa y gobierno cubanos han sometido a la población a un gran despliegue informativo sobre el terremoto de Haití. Los pormenores de cada horror vivido por el pueblo haitiano han sensibilizado al pueblo de Cuba con aquella tragedia que vino a agravar la ya de por si grave situación de aquel país.
Al producirse hace algunos días uno de los acostumbrados temblores de tierra que afectan a Santiago de Cuba de manera esporádica, el régimen la ha emprendido con su difusión que podría llamarse exagerada, así como con la toma de medidas preventivas que han logrado atemorizar a la ciudadanía y desviar en algo la atención de la actual crisis nacional caracterizada por el desabastecimiento de los mercados, la falta de liquidez financiera, la muerte heroica de Orlando Zapata Tamayo y el escándalo internacional subsecuente, las golpizas a las Damas de Blanco y su victoria al adueñarse de las calles (¿de Fidel?), la huelga de hambre de Guillermo Fariñas Hernández, “El Coco”, en reclamo de la liberación de 26 presos políticos en mal estado de salud, y la falta de un programa de gobierno coherente que permita salir del atolladero.
Esto me trae a la memoria la situación de Argentina bajo el gobierno de los militares, que se inventaron la reivindicación por la fuerza de la soberanía sobre las Islas Malvinas, para darse un poco más de tiempo. Estos viejitos ex revolucionarios renuentes al dialogo que gobiernan desde hace más de medio siglo nuestro país, ya no saben que van a inventar para darse tiempo, dinero o prestigio, que de las tres cosas carecen.
Ahora son los terremotos, antes fueron las invasiones que nunca llegaron, o los ciclones, o cualquier otra justificación que viniera al caso. Las medidas serán las mismas; purgas intestinas, más represión, menos productos en la “canasta básica”, más “mesas redondas” que no son redondas y “reflexiones” que a nadie interesan.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
http://hchaviano5.blogspot.com
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