Escribir sobre la Ley 88 o “Ley Mordaza” constituye todo un ejercicio de voluntad, es tal la falta de profesionalismo de sus redactores, que no se necesita mucho esfuerzo para darse cuenta de que fue concebida en alguna oficina del Departamento de Seguridad del Estado y a solicitud del máximo líder.
Tanta falta de respeto por la libertad de opinión e información retrata de cuerpo entero al dictador y su obra. Amenazas, vituperios, descalificaciones y mentiras conforman un documento que es el monumento a la chapucería jurídica, algo así como, “el Código Penal no me alcanza, inventen algo mejor”.
Esta “Ley” procura la defensa de una soberanía más que pisoteada en la era soviética; con bases militares extranjeras incluidas las de cohetes atómicos y submarinos nucleares, envío de tropas a cumplir misiones afines a los intereses imperiales de la Unión Soviética, imposición de una Carta Magna con mención explícita de la metrópoli, economía subordinada a y dirigida por esa misma potencia y un sistema educacional sovietizante sin nada que ver con las fuentes de pensamiento pedagógico y filosófico que forjaron nuestra nación.
Igualmente el engendro jurídico busca defender un sistema económico que logró en unos cuantos años exterminar la masa ganadera, la industria azucarera y la agricultura en general, convirtiendo a Cuba de exportador en importador de más del setenta por ciento de los alimentos que se consumen; sumir el sector industrial en el atraso tecnológico del campo socialista; convertir en chatarra la flota pesquera, a los médicos en taxistas, ingenieros en porteros y licenciados en guías de turismo y damas de compañía por cuenta propia. Sistema económico este que hoy depende más que nunca de la inversión del capital extranjero, las ideas del extranjero y la dirección del extranjero, capitalista, se entiende, porque los nacionales no tienen capital, ni experiencia, ni permiso para desarrollar proyectos inversionistas de ningún tipo.
La “Ley” 88, pretende justificar la ineficiencia propia del sistema y la ineptitud de los máximos dirigentes del país, con un “bloqueo” que convierte a Estados Unidos en el primer suministrador de alimentos y una de las principales fuentes de ingreso de moneda fuerte gracias a la remesa familiar de aquellos de los que una vez se dijo “que se vayan, no los queremos, no los necesitamos”, una agresión militar que no se ha producido ni se va a producir, y una subversión del orden interno que habría que ver dentro de tanta corrupción imperante, a qué tipo de orden se refiere, porque gracias al socialismo y a nuestros líderes, Cuba es un gran relajo más digno de choteo que de un bombardeo.
La “Ley Mordaza” demuestra que la dirección del país está huérfana de ideas desde hace mucho tiempo, desde que echó a un lado el programa expuesto en “La Historia me Absolverá”, para acogerse al programa dictatorial por el que están condenados. Se puede decir que con ella pretendieron huir hacia delante, jugárselo todo a la carta de la represión feroz y hacerse los sordos aunque la isla se hunda en el mar como le gusta vaticinar a cierta apocalíptica persona que llegado el momento, procurará ponerse a buen resguardo al estilo del asalto al Cuartel Moncada o del tiroteo en Alegría de Pío.
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