Constitución de la República de Cuba.
“Artículo 5. El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.”
Con estas pocas líneas se refrenda a sí misma la dictadura. Se mezclan en una misma receta dos concepciones políticas y filosóficas contrapuestas; una, la de dos pensadores europeos que proveyeron de basamento ideológico lo mismo a Lenin y Stalin, que a Hitler y Mussolini, y del otro lado, la de un José Martí de pensamiento preclaro cuando manifestó: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras; el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados.”
La autoproclamación de vanguardia de la nación, a la vez que fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, convierte a un grupo político minoritario controlado por un ególatra, en un súper poder aislado de la realidad siempre cambiante de la sociedad.
El empecinamiento en construir un modelo económico-social que sólo tiene cabida en una mente obcecada seguida por no-mentes borrachas de consignas y dogmas, tiene como resultado que los encargados de organizar y orientar los esfuerzos comunes, han derrochado las riquezas de la nación en programas absurdos y populistas, viajes de placer, banquetes, guerras, desfiles con tanques y banderitas, represión y propaganda.
Al cabo de más de medio siglo, los altos fines de la construcción del socialismo están tan altos, que todo el mundo se ha dado cuenta que no hay quien los alcance, al menos por esta vía, que chinos y vietnamitas han descrito como la más corta para llegar a la miseria y la más larga y penosa para llegar al capitalismo.
Decía Martí: “Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas.”
Si bien el artículo 3 de la Constitución Socialista Cubana, es la garantía de perdurabilidad que necesita la casta gobernante, el artículo 5 es su justificación ideológica; aunque al final su objetivo no sea construir la imposible sociedad comunista, sino mantenerse en el poder hasta que la isla se hunda en el mar con ellos encima.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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