Pobrecita Rusia, la combinación Putin-Medvedev le ha caído como una plaga que impide el arribo definitivo de la democracia a esa nación. Al estilo de la mejor república bananera -o azucarera- de este lado del mundo, se turnan en el ejercicio del poder igual que cualquier familia caribeña apegada en exceso a la buena vida y el mangoneo.
Se formó el toca-toca, y no se trata de un baile erótico como alguien podría suponer, esto es en serio. A algunos les es difícil apartarse de las ideas totalitarias heredadas del estalinismo, son hábitos adquiridos a lo largo de muchos años de entrenamiento en la usurpación y el abuso de poder, vicios convertidos en leyes.
Pobrecita Cuba, la Ley Electoral vigente garantiza (artículo 76) mediante las llamadas Comisiones de Candidatura, que sólo van a ser delegados de las Asambleas Provinciales o diputados a la Asamblea Nacional, los escogidos por el Partido Comunista como confiables. Estos delegados y diputados, promovidos y dirigidos por el Partido Comunista, deciden cómo y por quienes quedará conformado el Consejo de Estado. De ahí a la designación del mandamás en jefe, solo resta una emocionada ovación como muestra de agradecimiento al abnegado líder que con humildad acepta la tremenda tarea de dirigir un rebaño de carneros.
En su mimetismo político, los ex estalinistas se hacen llamar demócratas, católicos, ortodoxos, socialistas de nuevo tipo o lo que sea, pero al oír las notas de La Internacional los ojos se les llenan de lágrimas y les vienen a los labios tres hurras por la dictadura del proletariado, por los tiempos en que la gente no se atrevía a salir a las calles ni a expresar sus pensamientos en voz alta y por los pogromos contra capitalistas, intelectuales, religiosos y homosexuales, que para ellos vienen a ser una y la misma cosa, desobedientes.
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