Educación y salud
pública gratuitas.
El salario de los trabajadores es sometido a un descuento forzoso
como contribución a los gastos por concepto de seguridad social, salud,
educación y maternidad. Por otra parte, los estudiantes que terminan estudios cumplen
dos años de servicio social, para pagar la inversión realizada. El resto de su
vida laboral será como jornaleros del Estado por, a lo sumo, un dólar diario.
Después, recibirán una jubilación equivalente a 10-15 dólares al mes.
La canasta básica de
alimentos.
Cada vez más menguada, esta canasta consiste en la venta
mensual a bajo precio, de: 7 libras de arroz, 10 onzas de frijoles, media libra
de aceite, 5 libras de azúcar, 4 onzas de café mezclado con chícharos, 10
huevos, 1.11 libras de pollo y 1 pan de 4 onzas diario. El resto debe adquirirse
en el mercado negro o en las tiendas en divisas, donde los precios de los
productos suelen ser tres veces más altos que lo normal; 1 litro de aceite
cuesta 2.50 CUC, esto es, el equivalente de 62 pesos moneda nacional; el precio
de 1 kilogramo de leche en polvo
asciende a 5.25 CUC o lo que es lo mismo, 131 pesos moneda nacional.
La tierra es de quien
la trabaja.
Las tierras pertenecen al Estado, el cual las da en
usufructo temporal y con la condición de que la mayor parte de lo producido
debe ser vendido al propio Estado, que es quien además fija los precios.
Cuba es una potencia
médica.
Nuestro país sufre en estos momentos por enfermedades desaparecidas
desde el siglo XIX. La Clínica “Cira García” y el “CIMEQ”, son centros
hospitalarios destinados a la atención de extranjeros, dirigentes y sus
familiares, cuentan con medicamentos y modernos equipos de cualquier parte del
mundo, incluidos los Estados Unidos; mientras, los hospitales y consultorios
médicos que brindan atención a la población, dan grima y carecen de equipos,
medicamentos y especialistas.
Nada hay más
importante que un niño.
Coincidente con la caída de los primeros dientes, se les
retira a los menores la cuota de leche normada. Los juguetes solo se venden en
moneda convertible al igual que la ropa y los zapatos. La merienda escolar
(almuerzo) consiste en un vaso de yogur de soya y un pan con una fritura
también de soya.
Las elecciones del
Poder Popular son democráticas.
La población es compulsada a participar en unas votaciones
donde los candidatos necesitan la aprobación del partido comunista, y ni así
tienen poder legislativo ni ejecutivo, son utilizados para embaucar incautos y
sostener la injusticia. Al Presidente, lo eligen sus allegados.
Cuba es una potencia
deportiva.
Solo hay que ver el estado ruinoso de las instalaciones
deportivas, los pobres resultados obtenidos después del derrumbe de la URSS, y
el abandono que padecen las glorias del deporte.
Las tropas cubanas
fueron a África para saldar una deuda histórica.
El ejército cubano cumplió en África el papel de testaferro
de los intereses de la URSS. En el caso de Angola, las tropas cubanas estuvieron
más de una década masacrando angolanos.
La culpa de los
padecimientos del pueblo cubano la tiene el “bloqueo”.
La algarabía antibloqueo se armó al desintegrarse el campo
socialista. Los más de cien mil millones de dólares provenientes de tres
décadas de subsidio soviético, fueron dilapidados en guerras, aventuras
económicas, fiestas, viajes de placer, propaganda y represión. Lo que quedó,
está en las cuentas particulares de los jerarcas.
Cuba, país soberano.
Como satélite de la URSS, Cuba acató los dictámenes
económicos, políticos y militares de la metrópoli, se llenó de bases militares
extranjeras y, en 1976, se adoptó una Constitución dictada desde Moscú. Hoy, a
los gobernantes cubanos les viene bien Venezuela.
Fidel Castro fue un
gran estadista.
Los más de trescientos lineamientos del Sexto Congreso del
Partido Comunista, son resultado de otros tantos errores, horrores, desvaríos y
caprichos del máximo líder, que durante su mandato; colocó el mundo al borde de
una guerra nuclear, marabutizó tierras cultivables, salinizó otras con sus
planes hidráulicos, exterminó la masa ganadera, deforestó los campos, mandó a
la muerte a miles de cubanos que creyeron en él, envió religiosos y homosexuales
a campos de concentración, televisó juicios y fusilamientos, encarceló, fusiló
y humilló a todo el que fuera diferente, y convirtió al pueblo cubano en un
pueblo de simuladores, oportunistas, intolerantes e incapaces con miedo a
pensar.