La clandestinidad, el Escambray, Girón, Angola. Mira que me he jodido por esto para que ahora le deba a esta gente un refrigerador que no pedí y una pila de cacharros inservibles. No piensen que me voy a apurar para pagarlos, en un final, la pensión no me alcanza ni para comprar una bolsa de leche en polvo. Gracias a Dios que los muchachos me han salido buenos y mandan ropa, comida, dinero y medicinas, si no, me hubiera ido del aire hace rato. El más chiquito insiste en que vaya de visita, pero, ¿para qué?, a estas alturas no quiero hacer comparaciones ni flagelarme por lo que hice o dejé de hacer. Pero lo que es el refrigerador, ese se lo van a terminar de cobrar a mis huesos, porque yo, ya lo pagué hace rato. Y si no, ¿para qué hicimos una revolución socialista en las mismas narices del imperio? Gracias a ella me van a enterrar los vecinos y no mis hijos, porque el comandante les tiene prohibido entrar al país. Ahí están los viejitos en la cola del pan, mis amigos de los juegos de pelota y los bailables en la Tropical, que flacos y sucios están, eso sí, revolucionarios a más no joder, compran el “Granma” en el estanquillo para revenderlo y denuncian al que instaló una antena parabólica. Quizás mis hijos tienen razón y lo mejor es que vaya de visita diez o doce años, pero molesta tener que liquidar la deuda del refrigerador para poderme ir, y da tanto gusto saber que les debo algo, que sólo por eso me quedaría. hildebrando.chaviano@yahoo.com http://hchaviano5.blogspot.com http://www.twitter.com/@hildebrandoch
No hay comentarios:
Publicar un comentario