martes, 29 de enero de 2013

Dos temas y un Presidente.




Cuba asume la Presidencia Pro Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y Raúl Castro discursa a su gusto. El señor Presidente de la República, además de repetirse hasta el infinito en los mismos temas de siempre, toca dos puntos en los que se extiende, improvisa y hasta declama.
Uno es el tema de la droga en nuestro país, promete, asegura, jura y perjura que en Cuba no hay drogas. Esto es como decir que en nuestros campos no hay marabú. El gobierno cubano ha decidido decretar la erradicación del consumo de drogas en el país como en su momento decretó que  la prostitución y el racismo eran lacras que pertenecían a un pasado bochornoso; las cuales la revolución había expulsado para siempre.
Hoy vemos que Colón, Pajarito, La Victoria y San Isidro, (antiguas zonas de tolerancia habaneras), se salieron de sus límites históricos y las putas se pueden ver en avenidas, hoteles de lujo y playas de cualquier lugar de la geografía nacional.
Con el racismo pasó igual, ya este mal no se circunscribe a clubes exclusivos o zonas residenciales, ahora se manifiesta en centros de trabajo, universidades, puestos de dirección, y ciertos lugares turísticos. La última graduación de diplomáticos cubanos lucía su reluciente blancura ante la estatua del apóstol en la Plaza de la Revolución.
La imagen puritana de una Cuba sin drogas, presentada por el señor Presidente en la mencionada reunión, no se corresponde con la realidad que nos circunda; el uso común de la marihuana, la cocaína, el crack, los psicofármacos, y el alcohol, justifica la existencia de centros de rehabilitación para adictos como el que funciona en el  Hospital Psiquiátrico de La Habana, antiguo Mazorra.
El otro tema que me interesó en las palabras del dirigente cubano, fue cuando abogó por  “…la comprensión de nuestra diversidad para fomentar la unidad  en la lucha por el objetivo común de lograr el bienestar y la dignidad de nuestros pueblos…”.
En su discurso hacia afuera Raúl Castro clama por el respeto a la diversidad, e incluso a las diferencias de pensamientos. El gobierno cubano reclama su derecho a ser uno más entre sus iguales aunque sea una tiranía. Hacia adentro, los intereses de los jerarcas están por encima de los intereses y opiniones del resto del pueblo, hasta ahí no puede llegar “la comprensión de la diversidad”. Para todo el que ose ser diverso en Cuba, hay calabozos, ostracismo, amenazas y golpes.
Los gobernantes presentes en la reunión, aplaudieron complacientes al representante de la dictadura más antigua de América.

Más Mentiras.




En franca contradicción con lo dispuesto en la Ley de Migración y su Reglamento, la actualización del pasaporte corriente sí se cobra; mediante un sello del timbre con un valor de $20.00 CUC. Esto lo declaró una ciudadana víctima del timo al salir de las oficinas de emigración y extranjería.
Pero no todo queda ahí, a pesar de que la renovación de este documento es cada dos años según la propia disposición, en mayo del presente, dentro de solo cuatro meses, la afectada deberá renovarlo otra vez.
Así sin más explicaciones, lo tomas o lo dejas. Si te quieres escapar del infierno lo tienes que pagar. Y al que quiera azul celeste, que le cueste.

martes, 22 de enero de 2013

Salto de Agua en el ICRT




Mientras a la población se le pide por todos los medios de difusión  que ahorre agua, para cooperar no se sabe a ciencia cierta con qué campaña de moda, los Estudios del ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) ubicados en los bajos del Edificio Focsa, desperdician diariamente miles de galones del preciado líquido sin que a nadie parezca importarle un comino.
Varios tanques que además de contribuir  al debilitamiento de la estructura del edificio, constituyen un atentado al ornato, vierten el agua sobrante nada menos que a la rampa que da al sótano o instalaciones soterradas del inmueble ya de por sí con un aspecto deplorable a pesar de encontrarse a pocos metros de la entrada al concurrido Café TV.
Con menos agua de la que se pierde a diario en este lugar, podría llenarse la piscina, regar el jardín que se encuentra unos metros más arriba y los residentes del edificio no se verían sin agua corriente a las diez de la noche.

Moverse o no Moverse, Que Dolor de Cabeza.




Muchos no estarán de acuerdo, pero, aunque sea tímida y sigilosamente, Raúl Castro se mueve, se separa de la línea absurda llevada por el hermano en jefe que, por conveniencia coyuntural, no se opone a que le derrumben el castillo de insensateces levantado sobre el sufrimiento de los cubanos.
Primero promovió una reforma agraria que a pesar de necesitar correcciones aquí y remiendos allá, por lo menos abre un compás de espera a que el ansiado despegue de la  producción agropecuaria algún día se haga realidad, y los niños puedan tomar leche hasta los noventa años.
La compraventa de inmuebles, si bien no ha resuelto el problema habitacional, ha logrado que unos cuantos miles de cubanos  sientan la ilusión de ser personas adultas por primera vez en más de medio siglo.
La Ley Migratoria es otra que ha traído tranquilidad a muchos y preocupación a otros tantos; al ver como el precio del pasaporte se duplica como por arte de magia, el examen médico amenaza con una subida de vértigo, y la bola escondida detrás de “si me da la gana no te doy el pasaporte” (traducción libre del Artículo 23 de la mencionada disposición), que parece ser el fantasma de la tarjeta blanca. Aunque los cubanos podrán estar ahora durante 24 meses fuera del país sin perder el derecho a regresar, podríamos preguntarnos, ¿por qué dos años?, ¿por qué no se quitó de una buena vez la amenaza de expatriación?, ¿qué la justifica?
Más reciente, vemos como la televisión cubana al fin acepta transmitir baloncesto y béisbol profesional, -NBA y Grandes Ligas incluidos-. En cuanto al Canal Telesur, del cual Cuba es patrocinadora, ya no sólo se verá “lo mejor”, sino 14 horas de lo mejor y también de lo peor, ¿por qué no?, para algo somos el pueblo más culto del mundo; si sabemos apagar la Mesa Redonda, sabremos cuando hacer lo mismo con ese canal hermano.
La postura del gobierno norteamericano hacia el gobierno cubano no ha variado en lo fundamental, sin embargo, se desmoronan las prohibiciones  establecidas por Fidel Castro para defender la patria, según él, y que en realidad solo sirvieron para humillar y expoliar al pueblo durante media centuria. Nunca debieron existir.
Es cierto que a este paso, la democracia llegará a nuestro país dentro de 150 años. No es suficiente unas decenas de periodistas, ni siquiera unos cientos o miles de activistas pro derechos civiles, el pueblo no debe seguir en espera de la buena fe de un grupo de ancianos retrógrados, ni ver la solución a sus problemas en la fuga hacia el paraíso americano, o siquiera en un ilusorio ataque del US Army, la US Navy y la US Air Force, que no se va a producir nunca. Queda otro grupo, los que lo dejan todo al tiempo, a la madre naturaleza, a la Parca impía que todo lo cura, sin tener en cuenta que los adelantos científico técnicos pueden haber hecho realidad la ficción del Cerebro de Donovan, que termina por dominarlo todo desde una cubeta conectado a tubitos y alambres en un laboratorio secreto.
Lo único que tendría que hacer el pueblo para sacudirse tanta desvergüenza y acelerar el cambio, sería no hacer. No hacer guardia del CDR ni participar en sus reuniones, no votar en elecciones donde no eligen nada, no participar en las marchas, no integrarse en las brigadas de respuesta rápida, no chivatear; no existe ninguna ley que obligue a participar en estas actividades, el que lo hace es porque quiere, por cobarde o mala sangre, no por patriota. Son cómplices del verdugo.
Cuando vea una mesa verdaderamente redonda, con la participación de opositores y periodistas independientes debatiendo en total libertad los problemas que afectan al país; cuando las publicaciones independientes puedan circular y ser leídas por cualquiera que lo desee sin ser considerado un enemigo de Cuba; cuando el Código Penal no sancione el asociarse, reunirse o manifestarse; cuando la Constitución de la República no tenga un artículo que declara a los cubanos súbditos de un partido político; cuando el presidente del país pueda ser electo de entre varios candidatos, mediante el voto libre y secreto de los ciudadanos, entonces creeré en los movimientos, cambios, reformas o actualizaciones del sistema político y social del país, lo demás son meneos de cintura de bailarinas de las Mil y Una Noches.  

martes, 15 de enero de 2013

La Trampa.


 

  
Comicios el próximo 3 de febrero. Así, con esa impudicia, anuncia el gobierno cubano la payasada  que refrendará el mandato totalitario que ya cumple 54 años.
Con una Carta Magna y una Ley Electoral hechas a su medida, la pandilla gobernante hace malabares y  se prolonga en el tiempo que les es ajeno. Los Castro y su corte de alcahuetes son intemporales, dioses de una religión que promueve la igualdad en la miseria, la ignorancia y la falta de libertades como metas ya alcanzadas y que solo queda perfeccionar como legado a las futuras generaciones.
La designación de 612 candidatos para el mismo número de plazas a cubrir en la Asamblea Nacional, es un atropello a la inteligencia de los ciudadanos. Las Comisiones Electorales y de Candidatura deciden desde arriba qué miembro del Partido Comunista, entre medio millón, es digno de ocupar un asiento en el Parlamento cubano.
El proceso electoral cubano es más bien un sorteo de lotería donde un individuo compra todos los billetes y él mismo se encarga de anunciar al ganador. Aún con estas garantías, les parece poco, y de los 612 candidatos-diputados-designados, solo un grupúsculo de 31 individuos, la mayoría de ellos atados de manos y sin capacidad de decidir por sí mismos, guiará a la nación por mares tormentosos, entre arrecifes de errores y olas de represión, hasta el naufragio final. El resto, queda para avalar dos veces al año los experimentos devenidos leyes, los dogmas que pretenden ser ideas y los reveses convertidos en victorias.
Por coincidencia, una buena parte  de los 31 miembros del Consejo de Estado se verán repetidos en el Buró Político del Comité Central del Partido, son como la quijada de abajo y la quijada de arriba, el yunque y el martillo o la mano y el mortero. Lo que queda en el medio, es Cuba.

martes, 8 de enero de 2013

Otra Extravagancia.





Es una tradición mundial que los diarios emitidos el primer día del año sean dedicados al ciclo que empieza, a los principales acontecimientos del que finalizó, a los logros económicos, científicos o sociales alcanzados, al estado de la nación, a los resultados de la gestión gubernamental, y así por el estilo, sin pasar por alto las noticias más interesantes o importantes de la actualidad nacional e internacional.
Sin embargo el “Granma”, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, ha dedicado cinco páginas, más de la mitad de su espacio, nada menos que al Cuartel Moncada  y el 26 de julio de 1953.
Será que no tienen nada que decir sobre los logros de una Revolución que arriba a su aniversario 55 con más penas que glorias y sin ningún futuro, o que prefieren no hablar sobre los millones de cubanos que no tuvieron cena de Navidad ni de Fin de Año porque la libra de carne de cerdo ronda los $40.00 M/N, la libra de frijoles negros los $15.00, y el arroz a $5.00. Una botella de vino tinto de producción nacional marca Soroa cuesta la bobería de $50.00.
Tristeza y frustración pueden ser las palabras que identifiquen el estado general de la población precisamente en la época que debería ser la más alegre del año. El pueblo no tiene medios para celebrar ni deseos de hacerlo, y el gobierno ha dejado caer los brazos en actitud del que ya reconoció su derrota y solo espera que el tiempo pase.
Dar realce propagandístico al 26 de julio nada menos que el 1º de enero es una incongruencia por extemporáneo. Otro acto de magia surgido de la mentalidad paranoica de los que convierten reveses en victorias, tierras fértiles en marabuzales, el café en chícharos y la carne de res en picadillo de soya.
El Asalto al Cuartel Moncada no es algo para celebrarse ni siquiera en julio, el triunfo del 1º de enero de 1959 no trajo la libertad a los cubanos,  y el Programa del Moncada sigue sin cumplirse. El socialismo ya demostró su incapacidad de ser mejorado, a no ser que a la dependencia del subsidio  extranjero se le pueda llamar desarrollo.
Aún así, creo  que el mensaje críptico del periódico “Granma” debe tener algún sentido, si no lógico, al menos teológico, lo que nos obligaría a creer que la libreta de racionamiento es un elemento purificador del espíritu nacional, como símbolo supremo del sacrificio que se nos exige para nuestra salvación. Por lo tanto, nuestras penurias alimenticias  y de todo tipo no son para nada reveses, sino el camino al paraíso socialista, y los disparates y horrores del mesías caribeño conforman su evangelio de la sin razón.