Cuba asume la Presidencia Pro Tempore de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y Raúl Castro discursa a su
gusto. El señor Presidente de la República, además de repetirse hasta el
infinito en los mismos temas de siempre, toca dos puntos en los que se
extiende, improvisa y hasta declama.
Uno es el tema de la droga en nuestro país, promete,
asegura, jura y perjura que en Cuba no hay drogas. Esto es como decir que en
nuestros campos no hay marabú. El gobierno cubano ha decidido decretar la
erradicación del consumo de drogas en el país como en su momento decretó
que la prostitución y el racismo eran
lacras que pertenecían a un pasado bochornoso; las cuales la revolución había
expulsado para siempre.
Hoy vemos que Colón, Pajarito, La Victoria y San Isidro,
(antiguas zonas de tolerancia habaneras), se salieron de sus límites históricos
y las putas se pueden ver en avenidas, hoteles de lujo y playas de cualquier
lugar de la geografía nacional.
Con el racismo pasó igual, ya este mal no se circunscribe a
clubes exclusivos o zonas residenciales, ahora se manifiesta en centros de
trabajo, universidades, puestos de dirección, y ciertos lugares turísticos. La última
graduación de diplomáticos cubanos lucía su reluciente blancura ante la estatua
del apóstol en la Plaza de la Revolución.
La imagen puritana de una Cuba sin drogas, presentada por el
señor Presidente en la mencionada reunión, no se corresponde con la realidad
que nos circunda; el uso común de la marihuana, la cocaína, el crack, los psicofármacos,
y el alcohol, justifica la existencia de centros de rehabilitación para adictos
como el que funciona en el Hospital
Psiquiátrico de La Habana, antiguo Mazorra.
El otro tema que me interesó en las palabras del dirigente
cubano, fue cuando abogó por “…la comprensión de nuestra diversidad para
fomentar la unidad en la lucha por el
objetivo común de lograr el bienestar y la dignidad de nuestros pueblos…”.
En su discurso hacia afuera Raúl Castro clama por el respeto
a la diversidad, e incluso a las diferencias de pensamientos. El gobierno
cubano reclama su derecho a ser uno más entre sus iguales aunque sea una tiranía.
Hacia adentro, los intereses de los jerarcas están por encima de los intereses
y opiniones del resto del pueblo, hasta ahí no puede llegar “la comprensión de la diversidad”. Para
todo el que ose ser diverso en Cuba, hay calabozos, ostracismo, amenazas y
golpes.
Los gobernantes presentes en la reunión, aplaudieron
complacientes al representante de la dictadura más antigua de América.
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