martes, 11 de marzo de 2014

Cumbre Borrascosa

(PD)
Terminó la cumbre de la CELAC con una proclama sin sustos, la izquierda emergente hizo prevalecer los principios que le son gratos; no injerencia en los asuntos internos para poder reprimir a la oposición con total libertad, soberanía para perpetuar dictaduras, y mucha paz, todo tranquilo para llenarse los bolsillos y dar migajas al pueblo.
Como en cualquier reunión de este tipo, fueron más los ruidos que las nueces, muchos discursos,  compromisos entre los gobiernos que no quiere decir compromiso con los pueblos, y un mensaje claro a los Estados Unidos; aléjense de nosotros, no inviertan en nuestros países, no hay espacio para el capitalismo en esta América al sur del Río Bravo, vayan a poner las fábricas en otras regiones del mundo porque aquí no las queremos ni las necesitamos, los países latinoamericanos y caribeños pueden valerse por sí mismos, vender y comprar entre ellos poniendo un precio justo a los productos, y al que no pueda pagar se le seguirá ayudando solidariamente  hasta donde alcance.
En América se va a demostrar que sí es posible construir el socialismo, los europeos no supieron hacerlo bien y por eso se derrumbó el campo socialista, pero tenemos el ejemplo de Cuba para seguir adelante, en el continente habrá más médicos por habitantes que en ninguna otra parte del mundo, y trabajarán por la comida, sin egoísmo, viajando en carretas y durmiendo en barracones compartidos con las hospitalarias familias, que no tendrán que aceptar la democracia y la economía de mercado impuestas por el amo imperialista.
Todo el mundo va a saber leer y escribir, y el gobierno socialista se encargará de que no les falte el periódico oficial para mantenerlos orientados, encantados, hipnotizados y  encadenados.
Mientras tanto, dice Raúl Castro; se trabaja para enfrentar los desafíos del escenario internacional y se realizan esfuerzos para impulsar la equidad y la inclusión social, y para erradicar la discriminación, las desigualdades, la marginación, las violaciones de los derechos humanos y las transgresiones al estado de derecho. El líder opositor Manuel Cuesta Morúa, procesado en la Causa número cinco del año 2014, puede dar fe de ello.
Los pueblos esperarán pacientemente durante medio siglo, a que se cumpla el sueño socialista de Gengis Khan  y Atila. Después de eso, será necesario otro medio siglo para dar oportunidad a que las nuevas generaciones de dirigentes  socialistas tengan su propia cuota de errores y el pueblo pueda dar muestra de la firmeza que lo caracteriza soportando callado cualquier penuria.
Los más de cincuenta años sin capitalismo en Cuba es la prueba de que no hace falta una guerra para que se derrumben los edificios, ni la enfermedad de las vacas locas para que desaparezcan la leche y la carne.
 A la América nuestra, como la llamara Martí, le va a reventar  la unidad en las manos, y Bolivia volverá a reclamar su salida al mar cada día más lejana, porque la hermana Chile y el hermano Perú se acaban de estrechar las manos con el cuello de la plurinacional hermana trabado en el medio. En poco tiempo las viejas rencillas tomarán cuerpo para culpar al vecino de los males propios, en tanto Venezuela, exhausta, no podrá sostener a los petro-seguidores del ALBA, México seguirá su estrecha relación con el Norte y Brasil tiene demasiados pobres de los que ocuparse.
Es una paradoja que en el país donde se originó la amenaza de bombardeo atómico a los Estados Unidos, en el que se entrenaron, alentaron y promovieron  todos los movimientos guerrilleros que asolaron América Latina, y desde donde zarpó no hace mucho un barco coreano cargado de armas ilegales, se lance la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz. Este planeta está lleno de hipócritas.


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