La victoriosa revolución socialista se apresta a lanzarse a la construcción de un capitalismo ramplón sin respetar las leyes económicas y financieras propias de este sistema. No pueden engañar a nadie con el cuento de que esto es el perfeccionamiento del viejo socialismo porque ya eso lo hemos oído otras veces.
¿Recuerdan aquello de: “...ahora sí vamos a construir el socialismo...? o, “la rectificación de errores y tendencias negativas” o, “convertiremos los reveses en victorias”, y así hasta el cansancio una consigna tras otra, un plan loco seguido de una euforia salvaje que los lleva a dar de bruces contra el fracaso más estrepitoso y vuelta a buscar culpables, en primer lugar el imperialismo norteamericano y los traidores internos, sin olvidar a Gorbachov, que los destetó sin miramientos.
Entre errores y horrores ha transcurrido más de medio siglo de ineptitud gubernamental, durante el cual se han violado todos los principios y leyes por los que debía regirse un país que supuestamente era marxista-leninista, pero en realidad sólo seguía la voluntad de un hombre que nunca tomó con seriedad las doctrinas marxistas, porque se considera a si mismo por encima de la Ley, de la Patria, de la Constitución, del marxismo y de la propia Revolución.
Ahora resulta que el culpable es nada menos que el propio pueblo que ha sufrido y resistido los experimentos caprichosos del líder, y por eso debe pagar con desempleo, impuestos abusivos y más represión.
Los 187 países que acaban de votar en las Naciones Unidas en contra del embargo financiero impuesto al gobierno cubano, deberían votar contra el verdadero culpable de la miseria en que está sumido el pueblo de Cuba. Aunque hoy mismo fuera levantado el embargo, el hundimiento del país seguiría su curso indetenible y los cubanos serían cada vez más pobres y más reprimidos.
Dijo Jesús: -“Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie hecha vino nuevo en odres viejos¸ de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán.”
Querer construir el capitalismo, que no es otra cosa lo que quieren, con los viejos métodos totalitarios del socialismo, los mismos dirigentes ineptos y corruptos con la misma descarada impunidad, es posible que sea el principio del fin y se queden sin odre y sin vino.
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