En cualquier lugar de La Habana, a cualquier hora del día o de la noche, pueden ser vistos los agentes y oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria en el acto de detener, registrar e identificar a jóvenes de la raza negra que, solos o en grupos, disfrutan de un paseo.
Al cuestionar a un oficial de la PNR sobre la preferencia de los policías por la piel más oscura, de manera insólita respondió: “en la escuela nos enseñan que hay que detenerlos, porque la mayoría de los delincuentes son de tez negra… y eso es verdad”.
Sin entrar en detalles de las razones por las que muchos jóvenes de la raza negra, nacidos y educados en este modelo social son forzados a delinquir, podríamos asegurar, sin miedo a equivocarnos, que en la Cuba de hoy la casi totalidad de los más grandes delincuentes, son blancos-dirigentes-militantes del PCC.
De todos modos, vale aclarar a los profesores-racistas-militantes del Partido de la susodicha Escuela de Policías, que en este país existe una Constitución que acoge los siguientes preceptos:
“Artículo 41. Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos e iguales deberes.
Artículo 42. La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley.
Las instituciones del Estado educan a todos, desde la más temprana edad, en el principio de la igualdad de los seres humanos.”
La institución estatal Escuela de la Policía Nacional Revolucionaria, debe comenzar por revisar su programa de enseñanza, pues está convirtiendo jóvenes campesinos-policías, en racistas de la peor clase.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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