Publicado en Diario De Cuba
-¿Qué ha dicho esa? -¡Se oyó clarito, clarito! Podemos
hablar y hablar por los siglos de los siglos, pero nuestro modelo de dictadura
no es negociable, aquí se hace lo que al dictador comunista le plazca y además,
al pueblo cubano parece que le gusta la esclavitud y eso a los americanos no
les interesa porque a fin de cuentas es una esclavitud soberana y autóctona.
Lo anterior es una versión libre de la declaración de la
funcionaria de la Cancillería cubana Josefina Vidal al término de las
conversaciones entre los gobiernos de Cuba y de los Estados Unidos de América.
Entre tanta jerga diplomática, insinuaciones, amenazas encubiertas, promesas y
bla, bla, bla, una cosa quedó en claro, el bloqueo interno seguirá intacto.
No obstante, coincido con la posición del gobierno cubano en
el tema referente a la Ley de Ajuste y la política de Pies Secos Pies Mojados,
pero por diferentes razones; si la emigración hacia los Estados Unidos se
resume a las más de veinte mil visas anuales por reunificación familiar, y
queda proscrita la lotería mortal de los balseros, esos miles de posibles emigrantes
ilegales podrían llegar a ser quizás, los protagonistas de nuevos “Maleconazos”,
versión popular cubana de un plebiscito. Ambas medidas son una válvula de
escape que evita la presión social sobre la dictadura al constituir un
permanente, silencioso y conveniente Mariel.
Es evidente que para los Estados Unidos solo cuentan sus
intereses como nación; decretaron el embargo cuando fueron expropiados sus ciudadanos
y no antes cuando comenzaron los fusilamientos en la Fortaleza de La Cabaña, donde
el Ché pasó noches enteras sin pegar un ojo atendiendo personalmente las
ejecuciones, y lo levantan ahora cuando quieren mejorar sus relaciones con
América Latina y explotar las posibilidades de Cuba como mercado. Los intereses
del pueblo cubano son colaterales y accesorios, no creo que a demócratas y
republicanos les cueste mucho ponerse de acuerdo sobre el levantamiento de un
embargo que no les rinde dividendos.
Al parecer la única ventaja que obtendremos los cubanos de
estos controvertidos acuerdos, es el prometido acceso a Internet. Eso a quien
le interese, porque la mayor parte del pueblo no sabe qué es Internet, ni la
Web, Facebook o Tweeter. Para enterarse si llegaron los mandados del mes a la
bodega no hace falta un blog.
Aun así, la oposición cubana puede tener la oportunidad de
utilizar los medios modernos de comunicación para conciliar políticas y
proyectarse hacia dentro del país. Como dicen por ahí, “del lobo un pelo aunque
sea de…la cola”
Con el lloriqueo y las recriminaciones a Obama no se
resuelve nada, es ridículo culpar a otros de nuestras propias debilidades y
carencias como líderes políticos. El
embargo de más de medio siglo no trajo una pizca de libertad al pueblo cubano,
su levantamiento tampoco servirá al régimen para realizar una mejor gestión de
gobierno, la situación es la misma y todo depende de nosotros los cubanos.
Lejos de constituir un abandono traicionero a la defensa de
los derechos humanos en Cuba, el levantamiento del embargo podría ser el
destete necesario para definir quienes buscan lo mejor para el pueblo cubano, dejando
de lado odios y rencores, y quienes prefieren que sean los Estados Unidos
quienes nos liberen del comunismo, nos organicen y establezcan el gobierno y
nos redacten la constitución.
En la historia más o menos reciente de América, nos
encontramos el ejemplo de Chile, nadie de afuera tumbó a Pinochet, fueron los propios chilenos quienes a pesar de tener que
hacer de tripas corazón, se sentaron a la mesa con el dictador, conversaron,
exigieron y concedieron y al final se alzaron con la democracia restituida.
Para llegar a ese punto, los políticos opositores de ese
país previamente conciliaron posiciones, pusieron a un lado sus diferencias y
echaron mano de toda la tradición democrática de la nación.
Los cubanos, en cambio, no tenemos tradición democrática entre
otras cosas, porque llevamos 62 años ininterrumpidos de dictadura, nuestros
políticos opositores, en su mayoría, carecen de una cultura del debate lo cual
es herencia castrista desde luego, les repugna la sola idea de sentarse a la
mesa con los actuales gobernantes en el caso de que estos accedieran a tan
peregrina iniciativa y esperan en cambio que los comunistas se larguen
voluntariamente del poder y hasta del país si es posible. A algunos les repugna
incluso la idea de sentarse con otros opositores.
Hay bastante trabajo por hacer en la oposición, que no tiene
nada que ver con Obama; ponerse de acuerdo entre sí, escapar del círculo
vicioso de chismes y acusaciones que tanto divierten a la policía política, llegar
al pueblo aunque sea persona a persona con proyectos sociales y económicos de
interés para las comunidades, promoviendo las virtudes de la economía de
mercado y del respeto a las libertades, derechos y valores universales de los seres
humanos, son tareas pendientes de los opositores políticos cubanos.
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