lunes, 30 de marzo de 2015

Economía Planificada y Desarrollo.


Publicado  por Diario De Cuba

No es una broma, Rene Hernández Castellón, Viceministro de Economía y Planificación de Cuba, concedió una entrevista al periódico Granma para dar explicaciones respecto a distintas actividades que se están llevando a cabo en el renglón de la planificación de la economía. El trabajo periodístico firmado por O. Fonticoba Gener, constituye un laberinto semántico del cual lo único que se puede sacar en limpio es que la planificación de la economía nunca ha funcionado en todos estos años, y que además, en el 2015 van a insistir con lo mismo a ver qué pasa.
Sin embargo, el título de la crónica es rotundo, “Planificar la economía es prever el desarrollo”. ¿Qué entiende el periodista por prever? ¿De qué desarrollo está hablando? Ni el propio viceministro se atreve a definir aspectos tan delicados, todo se circunscribe a un evento cuya primera versión el año pasado no arrojo resultado alguno, fue algo así como la consabida agua de borrajas.
La conversación al parecer transcurrió en un ambiente muy entretenido refiriendo que la feria, porque así se define el evento, fue un ejercicio (sic) donde participaron un grupo de ¿empresas? circuladoras  mayoristas seleccionadas…y bla, bla, bla, incoherencias tras incoherencias, datos sin importancia, una acotación sobre la liberalización de las fuerzas productivas y dos cosas que quedaron bien claras, las doce empresas mayoristas seleccionadas para el experimento de marras incumplieron y no obstante, el plan para el 2015  fue aprobado con un crecimiento superior al 4%.
Las empresas incumplen los planes y como resultado, a los planificadores no se les ocurre nada mejor que aumentarlos para el siguiente año, como si el deseo de incrementar el Producto Interno Bruto fuera por si solo suficiente para lograrlo.
Planificar la economía sin tomar en consideración el mercado y los precios, aunque se presente como una ventaja en realidad es el mayor error del gobierno cubano al pretender que el desarrollo del país se va a lograr con profecías, que no otra cosa son los planes estatales.
En realidad está por ver que algún plan económico sea cumplido, la empresa estatal socialista con sus 55 años de planificación, es tan ineficiente hoy como el primer día. El gobierno cubano se vio obligado a legalizar empleos no calificados considerados normalmente como informales, para de esa forma disminuir la tasa de desempleo y de paso mejorar las finanzas con la aplicación de exorbitantes impuestos que al final desestimulan a los emprendedores.
La inversión extranjera, esa varita mágica de la economía cubana, también choca de frente con el muro de la planificación, la incertidumbre  da escalofríos a los que por un lado quisieran poner su dinero en Cuba, y por otro temen perder los huevos que pongan en la canasta cuando esta canasta está en las manos de burócratas fijadores de precios arbitrarios e ignorantes de las leyes del  mercado.
Aun así, en Cuba celebran por estos días el aniversario de la creación del Ministerio de Economía y Planificación, “garante del desarrollo general del país” (sic) según el “Granma”. El Ministro del ramo en persona indicó que estarán en el centro de las transformaciones a realizar dentro de la actualización del modelo económico cubano resolver los problemas estructurales – centralización y estatismo- de la economía frente al reto de la satisfacción de necesidades ilimitadas con recursos limitados, así como los relativos a principios macroeconómicos -desempleo, crecimiento, inflación, balanza comercial-.
Hay problemas básicos comunes a cualquier economía, como aquel que plantea que no se puede distribuir los que no se tiene, o dicho de otro modo, para satisfacer unas necesidades hay que sacrificar otras. La macroeconomía, por su parte, está ligada a los efectos de la política económica sobre el bienestar social y la asignación eficiente de los recursos.
Este círculo vicioso no puede ser roto con una política voluntarista, sino con las leyes del mercado, de ahí que en los sistemas de corte socialista soviético como el cubano y el que se pretende imponer en Venezuela, al incurrir en gastos paternalistas y populistas, el Estado comete lo que llamaremos  errores que al final se convierten en perjuicios a la sociedad como son la inflación, la improductividad y el desequilibrio en la  balanza comercial.
Por el momento, la solución encontrada parece ser un capitalismo salvaje donde de buenas a primeras el pueblo que confiaba en las bondades del socialismo, tiene que apretarse el cinto y sufrir los  males del capitalismo con ajustes incluidos, pero eso sí, sin ninguna de sus ventajas.





No hay comentarios: