martes, 9 de abril de 2013

Detrás de la Cortina de Bagazo.



¿Por qué tantas prohibiciones, trabas y misterios burocráticos en lo referente a las libertades de información, comunicación y expresión en Cuba? Parece una pregunta de Perogrullo, pero estas son precisamente las razones que permiten la perdurabilidad de los sistemas totalitarios, a la vez que causa principal del atraso económico y la corrupción rampante que impera en esta Cuba del siglo XXI.
Protegidos por la falta de transparencia, los dirigentes y funcionarios gubernamentales se han llenado los bolsillos durante más de medio siglo de dictadura, nada se sabe de lo que ocurre en las altas esferas, si llega a saberse no se puede decir, so pena de ir a prisión o caer en desgracia.
El hecho de que un dirigente mande a comprar en Europa una reja electrónica para su coto de caza particular, es secreto de estado; las dos cosas, la reja y el coto de caza. La información se maneja en susurros para que el enemigo imperialista no se entere de la gran vida que se dan los sacrificados líderes del socialismo. Pretender averiguar de dónde salió el dinero para el encarguito, puede considerarse alta traición.
Cuestionar públicamente el disparate de las escuelas secundarias en el campo, la falsedad de la merienda escolar, los maestros emergentes, el marabú, la moringa y la morera, las vacas del tamaño de chivas, los trabajadores sociales en las gasolineras, la desaparición de la flota cubana de pesca o la instauración de la economía del timbiriche como solución para el desempleo y el hambre en Cuba, es tarea de mercenarios.
De ahí que aunque lleguen otros tres cables de fibra óptica desde Venezuela,  uno de Haití, cinco desde México y doce desde los Estados Unidos, los cubanos no tendremos acceso a Internet. Peligra la Revolución si nos enteramos de que el mundo a nuestro alrededor cambia para bien todos los días, que los males que afectan a la humanidad no los genera el capitalismo, y que los países donde el Estado es el dueño de los medios de producción como Corea del Norte y Cuba, son cada vez más pobres.
Los gobernantes totalitarios se protegen a sí mismos y no a la patria, a costas de la cual viven a sus anchas. No dan nada gratis, ni educación, ni salud, pues todos los recursos utilizados en estos servicios, provienen  del sudor de  los obreros y campesinos que son los que producen. Pero nada de esto se puede debatir en público, porque el enemigo no debe saber que lo sabemos.

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