martes, 11 de diciembre de 2012

Lo que faltó por decir.





Oficiales de la Seguridad del Estado se quejan, dolidos, de que en mis artículos sólo  escribo sobre lo que funciona mal en el país, y tienen razón, sin embargo no me disculpo, porque la prensa plana, radial y televisiva del gobierno se deshace en alabanzas al máximo líder, al hermano del máximo líder, a los seguidores del máximo líder y a los disparates de todos ellos, es suficiente.
Qué más quisiera yo, que poder decir algo positivo, a mí tampoco me gusta lo que veo, pero espero el momento oportuno; de seguro será cuando los niños con más de siete años puedan tomarse un vaso de leche, o quizás cuando el Parque Martí vuelva a servir para jugar pelota, baloncesto, fútbol, y sus piscinas estén llenas de agua y de niños aprendiendo a nadar, o cuando se declare erradicado el marabú de nuestros campos, o tal vez cuando la carne de cerdo tenga el precio al que se vendía en los desaparecidos mercados libres campesinos, o cuando los ejecutores de la matanza del remolcador “13 de Marzo” sean juzgados y sancionados como criminales de lesa humanidad, o cuando tener acceso a Internet no se considere un delito, también podría ser cuando se ratifiquen los Pactos Internacionales sobre Derechos Civiles, Políticos y Económicos, o cuando sea derogada la Ley Mordaza y el Código Penal ya no recoja como delitos el asociarse y reunirse, o cuando no tenga que intercambiar palabras con un oficial del DSE, mientras me veo rodeado por una veintena de esbirros prestos a utilizar la fuerza bruta.
Al gobierno cubano lo mueve el miedo a la verdad, a que las personas vean sus desnudeces, sus pústulas y suciedades. Lo que no quieren que se diga públicamente, es su obra de más de medio siglo, pretenden que encubrir la inmundicia los mantendrá a salvo de lo que se avecina.

No hay comentarios: