martes, 23 de abril de 2013

En Cada Cuadra.




Los Comités de Defensa de la Revolución, es una organización producto  de la efervescencia revolucionaria y el romanticismo ingenuo del pueblo, manipulado por su líder máximo con fines aviesamente antidemocráticos.
Hoy, ese organismo que lo mismo ha servido para realizar campañas de vacunación anti polio, guerra contra los mosquitos, y mítines de repudio (golpizas incluidas) a los opositores pacíficos, es exhortado a actuar con firmeza ante las manifestaciones de delito e indisciplina social en cada barrio.
Los CDR, como se les conoce popularmente, son una red nacional que alcanza la cifra de 133, 000 dependencias con una membrecía de 8 millones de cubanos a partir de los 14 años de edad. La pertenencia o no a la organización puede ser determinante a la hora de acceder a puestos de trabajo de cierta importancia.
Su labor fundamental es la de vigilancia, aunque esta, como cualquier otra tarea revolucionaria, se ve relegada por la búsqueda de soluciones a las necesidades más elementales que ocupa la mayor parte del tiempo y las energías de la población.
Es precisamente una buena parte de esos 8 millones de cederistas,  la que comete indisciplinas sociales y delitos, sobre todo económicos; son cederistas los que llaman eufemísticamente al robo “lucha”, los que llenan las cárceles desde edades tempranas, los que rompen los teléfonos públicos y apedrean los ómnibus, los que se van de su patria para donde sea, porque aquí no tienen esperanzas.
Empresa difícil la que espera a la presente generación de miembros de los CDR, denunciar a los propios hijos, al esposo, al padre y a la madre que “luchan” día a día para traer al fogón algo que no sea arroz y picadillo de soya, o comprarle los tenis y la mochila al más pequeño de la casa que empieza el curso escolar lleno de ilusiones.

martes, 16 de abril de 2013

Herencia.



Los que defienden la herencia dejada por nuestros próceres independentistas, no tienen en cuenta que ninguno de ellos era socialista, todo lo contrario, eran capitalistas en ciernes que defendían su derecho a ser más prósperos, libres de comerciar con quien les viniera en ganas y no con la metrópoli española lastrada por el atraso tecnológico y la corrupción de sus militares y políticos.
Independencia y liberalismo venían a ser la misma cosa para aquellos hacendados, el monopolio impuesto por la corona los tenía asfixiados y por esa razón se alzaron. Para nada pensaron en los indios, ni en los negros traídos como herramientas de trabajo; aquellos ilustres señores fueron en realidad la matriz de las oligarquías caudillistas que han asolado la América nuestra, como la llamara Martí.
El socialismo del siglo XXI hoy de moda en América Latina, no es más que otra versión de todos los males unidos en uno: monopolio estatal, caudillismo político y clientelismo, explotación y engaño de los más pobres, usados y manipulados según los intereses de cada cual.
Esto a pesar de que el socialismo o economía estatal planificada, ha demostrado sobradamente su incapacidad de producir bienes suficientes y de calidad. La República Popular China dejó a un lado los pruritos populistas del tercer mundo y se sumó al tren de la economía de mercado con todos los riesgos y beneficios que esto acarrea. Como resultado, China se ha convertido en pocas décadas en una potencia económica de primer orden.
Otra cosa es la democracia, que no hay que confundir con la economía de mercado; democracia es tener leyes justas que no coarten las libertades individuales, sino que las protejan, acceso a la información, derecho al debate y al ejercicio del control y la crítica de la gestión gubernamental; democracia es poder elegir mediante el voto libre y directo al presidente del país y no aceptar uno designado por un partido divorciado del pueblo; democracia es equilibrio de los tres poderes del estado: poder judicial, poder legislativo y poder ejecutivo, independientes entre sí y al servicio de los ciudadanos.
Como vemos, volviendo al caso del modelo chino, han arribado por fin al tan odiado capitalismo… sin democracia. Mientras, en América Latina la experiencia ha sido una longaniza de democracias frustradas por la corrupción, al no existir un sistema jurídico que proteja, tanto a las instituciones creadas, como a los ciudadanos.
La política latinoamericana es como un tiovivo de feria dando vueltas en el mismo lugar, de vez en cuando algunos  bajan, o son bajados,  para dar paso a otros que se creen dueños del caballito hasta que se caen.

A la Próxima va la Vencida.


Ganó Maduro, como era de esperar, con o sin trampas, es el resultado más lógico al contar el candidato oficialista con los petrodólares para financiar la campaña y el control casi absoluto sobre los medios de difusión. En la cresta de la ola populista dejada por Chávez y a menos de dos meses del anuncio de su fallecimiento, la maquinaria socialista se lo jugaba todo frente a un Capriles en ascenso.
La diferencia entre Chávez y Capriles en los anteriores comicios (55% vs. 44%), ahora se vio reducida dramáticamente a sólo 200,000 votos (50,6% vs. 49%), en un país que ronda los 29 millones de habitantes, de ellos alrededor de 19 millones con derecho al voto.
Los seguidores de Chávez, ahora de Maduro, alegan como consuelo que al fin y al cabo, el gobernador del estado Miranda ganó la gubernatura con una diferencia de solo 45,000 votos de ventaja sobre el candidato del chavismo Elías Jaua.
Si analizamos fríamente los números, los 200,000 votos de diferencia, legítima o no, entre Maduro y Capriles, equivalen al 6,9 % del total de habitantes de la república, mientras que los 45,000 que separaron a Capriles de Jaua corresponden al 14,8% del total de habitantes del estado Miranda.
Es aritmética simple, sin apasionamientos de derecha o de izquierda. Si este pírrico triunfo ha sido todo lo que ha podido lograr el nuevo Presidente de Venezuela, aún a la sombra carismática de Chávez y con dinero sobrado para comprar voluntades, ¿qué será de él dentro de un año cuando se le vengan encima las promesas incumplidas, la caída del precio del petróleo, la corrupción y ambiciones de los camaradas, la inexperiencia, la incultura y el olvido paulatino del líder desaparecido?, todos los pájaros silbantes de Sabaneta no van a alcanzar para salvar al flamante líder del socialismo bolivariano.


martes, 9 de abril de 2013

Rehenes Políticos.



El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha respondido con ira al dictamen del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el cual declara arbitraria la detención y encarcelamiento del ciudadano norteamericano Alan Gross.
La respuesta de que “Alan Gross fue detenido, procesado y sancionado con todas las garantías y derechos sobre el debido proceso judicial y cumpliendo los principios relativos a la independencia judicial.”  , es impúdica. En Cuba ningún proceso cumple los principios relativos a la independencia judicial, y menos aún cuando se trata de casos en que se ve envuelta, como parte interesada, la policía política del régimen.
La historia es larga en ejemplos: el General Arnaldo Ochoa fue fusilado sin haber sido probado en juicio qué delito cometió, pues el proceso se inició por tráfico de drogas, después cambió a actos hostiles contra estado extranjero, y por último, en medio de una cacería de brujas, lo que le valió la pena de muerte fue la traición al Máximo Líder (¿?); los setenta y cinco condenados en la primavera del 2003, no eran culpables de ningún hecho que mereciera tan largas condenas, incluso con las leyes draconianas vigentes; el español Ángel Carromero fue sancionado a prisión a pesar de haber sido víctima del acoso a que lo sometiera un misterioso vehículo, que terminó por sacarlo de la vía provocando las muertes de Oswaldo Payá y Harold Cepero; Sonia Garro y su esposo Ramón Muñoz, llevan más de un año en prisión sin que se les hayan levantado cargos; por otra parte, los ejecutores del abordaje y hundimiento del remolcador “13 de Marzo”  jamás fueron llevados a juicio.
Lo de Alan Gross es sólo otro caso entre muchos, en un país donde el detenido es culpable mientras no demuestre su inocencia, poco hay que decir sobre la parcialidad de los tribunales.
El señor Gross es otra víctima de la pandilla que gobierna este país, donde no existe tal independencia judicial al no haber tripartición de poderes, pues tanto el poder judicial, como el legislativo, están sometidos al poder ejecutivo con el partido gobernante a la cabeza. En Cuba, hasta los bufetes de abogados son controlados por la Seguridad del Estado.
Hace ya algunos años, durante la ola represiva desatada contra los artesanos de la Plaza de La Catedral, conocida por “Operación  Adoquín”, los trabajadores cuentapropistas que iban a juicio sin nombrar abogado, eran sancionados a multa; los que quisieron hacer valer sus derechos y probar debidamente su inocencia asistidos de letrados, fueron a parar a la prisión sin más explicaciones.

Juana de Arco y Nicolás Maduro.




Juana de Arco, (Francia 1412 - 1431), tuvo una revelación místico-religiosa y se dio a la tarea de expulsar a los ingleses de su país. Todos le creyeron a pesar de la corta edad y su condición de mujer.
El Rey Carlos VII la puso al frente del ejército y ella no se arredró, dio valor a unas tropas de hombres avezados pero faltos de fe, y los condujo de victoria en victoria hasta que la envidia, la cobardía  y los chismes, la llevaron a la hoguera. Hoy es una santa venerada en Francia y conocida en todo el mundo.
Nicolás Maduro también ha tenido su revelación, no se le aparecieron santos ni ángeles, sino el mismísimo Comandante Presidente Hugo Chávez, solo que no vestido de uniforme, ni siquiera con la camisa roja que lo hizo tan popular por su mal gusto, sino convertido en un emplumado, silbante, revoloteante y cagón pajarito de Sabaneta.
La encomienda del pajarito, -“Vayan a la victoria”. ¿Qué victoria?, ¿van a derrotar la inflación, la violencia urbana, el desabastecimiento y la baja productividad que el socialismo chavista ha dejado después de doce años de discursos maratónicos, amenazas a los medios y confiscaciones?
Ya tenemos un Papa latinoamericano, ahora sólo faltaría la canonización de San Hugo de Sabaneta, patrón del ALBA, y de San Nicolás de los Pajaritos, protector de los choferes de autobús.
Si algo le quedaba a Maduro para no ser creíble, ya lo logró, ahora; que acusen a la infeliz ave, si es que alguna vez existió, de ser enviada por la CIA para confundir el cerebro del mandatario y hacerlo decir boberías sin sonrojarse.

Detrás de la Cortina de Bagazo.



¿Por qué tantas prohibiciones, trabas y misterios burocráticos en lo referente a las libertades de información, comunicación y expresión en Cuba? Parece una pregunta de Perogrullo, pero estas son precisamente las razones que permiten la perdurabilidad de los sistemas totalitarios, a la vez que causa principal del atraso económico y la corrupción rampante que impera en esta Cuba del siglo XXI.
Protegidos por la falta de transparencia, los dirigentes y funcionarios gubernamentales se han llenado los bolsillos durante más de medio siglo de dictadura, nada se sabe de lo que ocurre en las altas esferas, si llega a saberse no se puede decir, so pena de ir a prisión o caer en desgracia.
El hecho de que un dirigente mande a comprar en Europa una reja electrónica para su coto de caza particular, es secreto de estado; las dos cosas, la reja y el coto de caza. La información se maneja en susurros para que el enemigo imperialista no se entere de la gran vida que se dan los sacrificados líderes del socialismo. Pretender averiguar de dónde salió el dinero para el encarguito, puede considerarse alta traición.
Cuestionar públicamente el disparate de las escuelas secundarias en el campo, la falsedad de la merienda escolar, los maestros emergentes, el marabú, la moringa y la morera, las vacas del tamaño de chivas, los trabajadores sociales en las gasolineras, la desaparición de la flota cubana de pesca o la instauración de la economía del timbiriche como solución para el desempleo y el hambre en Cuba, es tarea de mercenarios.
De ahí que aunque lleguen otros tres cables de fibra óptica desde Venezuela,  uno de Haití, cinco desde México y doce desde los Estados Unidos, los cubanos no tendremos acceso a Internet. Peligra la Revolución si nos enteramos de que el mundo a nuestro alrededor cambia para bien todos los días, que los males que afectan a la humanidad no los genera el capitalismo, y que los países donde el Estado es el dueño de los medios de producción como Corea del Norte y Cuba, son cada vez más pobres.
Los gobernantes totalitarios se protegen a sí mismos y no a la patria, a costas de la cual viven a sus anchas. No dan nada gratis, ni educación, ni salud, pues todos los recursos utilizados en estos servicios, provienen  del sudor de  los obreros y campesinos que son los que producen. Pero nada de esto se puede debatir en público, porque el enemigo no debe saber que lo sabemos.