martes, 14 de mayo de 2013

Otra Mirada al Modelo Cubano de Bienestar




Algunos intelectuales cubanos tienen predilección por la catibía, plato indígena a base de yuca, insípido y de bajo nivel nutritivo. Por extensión, se le llama así a los que gustan de practicar la tontería como oficio, hablar mierda disfrazados  de científicos, defender lo indefendible y justificar lo injustificable.
El diario “Granma” dedica  este viernes más de dos páginas a lo que considera la autora del artículo “modelo de bienestar”, y se refiere en primer lugar a “el no sentimiento de exclusión, el no vivir “anomia social”. A continuación la emprende en un galimatías donde dice que “Los cubanos todos tenemos un  nombre y una biografía porque todos tenemos espacios de pertenencia (familia, escuela, comunidad, centro de trabajo) y de participación  social, todos en nuestra vida hemos asumido responsabilidades, asistimos en el barrio a las reuniones, a nuestro consultorio médico, votamos en la misma urna, compramos los productos normados en el mercado o tenemos el mismo mensajero.” ¿Quiere decir con esto que el resto de los habitantes del planeta no tiene nombre ni biografía?, ¿Que no hay vida social o pública en otros países?
Lo nombrado como anomia social, el “Tú no existes”, es la experiencia más vivida en nuestro país por todo el que se pronuncie en contra de los gobernantes, del socialismo, del picadillo de soya, del estado calamitoso del transporte público, de los malos maestros, de las sentencias dictadas desde arriba, de la falta de viviendas, del desabastecimiento en los mercados y de las elecciones donde no se elige a nadie. En otras palabras, la mayor parte del pueblo no existe, padece de anomia social según el decir de la doctora devenida articulista.
La solidaridad social, la creatividad e inteligencia colectiva, son otras de las sandeces con que se apea la susodicha; el tener que pedir “botella” (autostop) para trasladarse al trabajo, a la escuela o a un hospital, debido al deficiente sistema de transporte que padecemos, es parte del bienestar a lo cubano, lo mismo que tener que molestar al vecino para hacer una llamada telefónica, porque la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA),  no le pone el servicio a todo el que lo desee, sino a algunos escogidos.
En cuanto a lo de inteligencia colectiva, en el mejor de los casos es una soberana estupidez, somos seres humanos, no abejas o termitas, somos ante todo, individuos, con aptitudes, capacidades y necesidades materiales y espirituales muy diferentes de unos a otros. No hay pueblos inteligentes o creativos, lo que existe son personas individuales inteligentes y creativas que al gozar de libertad, son capaces de generar beneficios para ellos mismos, y para la colectividad.
Ser solidario no significa pertenecer a  un rebaño, aunque para muchos cubanos este sea el estado ideal, un paraíso de hierba, agua y sombra, donde pensar es un delito y el orden establecido no debe ser cambiado. Las ovejas felices en su redil, en espera de ser trasquiladas, de quedarse en cueros con la cabeza gacha sin emitir ni un balido.
Contrario a lo que manifiesta la doctora, en Cuba desaparecieron hace mucho las tradiciones y las relaciones de familia. Si los cubanos no chatean en la red, no es porque prefieran jugar dominó con los amigos o matar el tiempo en familia, se debe a que el gobierno tiene prohibido el acceso a Internet.
Por otra parte,  se vive en una sociedad profundamente estratificada; los cubanos están clasificados por razas cuando a los policías les enseñan en la escuela que la mayor parte de los delincuentes son de tez negra, están divididos por ingresos económicos cuando los que reciben remesas familiares comen, visten y viven mejor que los otros, sufren discriminación cuando los orientales tienen prohibido venir a residir a la capital de todos los cubanos.
Las diferencias de clase se hacen evidentes al ver indigentes comer de los contenedores de basura, mientras los líderes del gobierno y sus familiares reciben raciones periódicas de alimentos que no pagan, juegan golf, pasean en yates y vacacionan en Varadero, en los cayos, o en el extranjero, todo a expensas del sudor de los trabajadores.
En realidad, el modelo cubano de bienestar que presenta el diario “Granma”, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, carece de atractivos para los que quedan al margen de las esferas de poder. Como en el cuento, el rey está desnudo por mucho que sus lacayos insistan en lo bien que le queda el traje.

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