martes, 2 de julio de 2013

De Necesitados a Cadáveres.





En el inmueble marcado con el número 205 de la calle 6 entre 11 y Línea, en el Vedado, está a punto de ocurrir una catástrofe. Por puro milagro, ayudado con vigas de madera a manera de muletas, el edificio se mantiene en pie aunque ya haya perdido una buena parte de la azotea.
Los vecinos que aún viven en él a riesgo de sus propias vidas, se niegan a ser trasladados a albergues que nunca podrían sustituir lo que ha sido su hogar durante decenas de años. Ancianos, niños, jubilados, trabajadores,  estudiantes y amas de casa son víctimas de la indolencia gubernamental.
El pueblo sufre callado mientras el Consejo de Estado, el Ministerio de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, el Poder Popular y otros organismos pertenecientes a la Administración Central del Estado, mantienen desocupados miles de inmuebles que se deterioran en el abandono y el desuso.
Capricho, egoísmo, o maldad monda y lironda, es lo que mueve a los dirigentes cubanos a no hacer nada, a esperar que por falta de mantenimiento los edificios se les derrumben encima a las personas, mientras ellos viven plácidamente en las mejores casas de los mejores barrios de La Habana, heredadas de la burguesía que abandonó el país en los primeros años después del triunfo de la revolución.

Se entiende que cuando los dirigentes hablan de defender las conquistas se refieren a sus mansiones, palacetes, fincas y cotos de caza, nunca a las cuarterías de La Habana, o a los edificios en ruinas como el de la calle 6 número 205. De qué valen las reuniones del Poder Popular cuando el país sigue gobernado por sordos a conveniencia y oportunistas insensibles.
hchaviano5@gmail.com

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