Con el desarrollo de los medios de
comunicación los retos para el periodismo no han cambiado, puede decirse que se
han vuelto más complejos. Por una parte los periodistas han ganado en
independencia e inmediatez, pero estas ventajas obligan a ser cada vez más
creativo, a realizar un periodismo diferente que logre ser atractivo para un
nuevo público que incluye a los posibles
patrocinadores del producto.
Este patrocinio proveniente de donantes
particulares y organizaciones no gubernamentales, es de todo punto de vista
imprescindible para mantener un nivel de sustentabilidad adecuado; teléfonos,
computadoras, fax, impresoras, cámaras
fotográficas, memorias flash, acceso a las comunicaciones en línea, permiten la
existencia de órganos de prensa que si bien tienen carácter no lucrativo, son
consumidores de estos recursos. En vista de que generalmente los colaboradores
y personal de plantilla de periódicos y revistas digitales independientes se
dedican a tiempo completo a las labores de investigación, redacción, etc. el
financiamiento debería alcanzar para el sostenimiento de sus necesidades
personales.
Investigación social, presentación amena de
temas interesantes para la comunidad local o nacional y difusión de las
publicaciones dentro de la propia comunidad. Este último aspecto, bastante
difícil en sociedades con limitado acceso a Internet como la cubana, por lo que
se hace necesario en las actuales circunstancias, hallar vías alternativas con
la finalidad de hacer llegar la información al destinatario que lo mismo puede
ser un activista social que un incipiente hombre de negocios.
La realidad cubana no permite hacerse
muchas ilusiones con respecto a las nuevas formas de hacer periodismo, no
obstante, la distribución gratuita de ejemplares impresos, aún en forma
limitada, ayudaría a romper el monopolio estatal sobre la información. El
Estado y las instituciones oficiales, sin embargo, reciben de primera mano la
información que aunque sea a regañadientes, utilizan para tomar el pulso a la
sociedad salvar obstáculos y ganar
tiempo.
La prensa independiente como se ve en la
actualidad en Estados Unidos, Argentina, México y España, no será posible en
Cuba mientras los cubanos no tengan
acceso a Internet en sus casas con sus propias computadoras, ni los periodistas
puedan procurar y obtener información de bases de datos o funcionarios del Estado, así
como que sea un delito informar sin autorización sobre asuntos de interés para la ciudadanía.
Todo lo más que puede hacer el periodista independiente cubano es ser buen
observador, creativo, veraz, valiente, trabajador y fiel a sí mismo. El resto
está en las manos de otros.
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