Según el diario Granma, las investigaciones
realizadas en centros de estudio cubanos sobre el tema de la formación de
conductas, servirán para que las congregaciones religiosas ayuden a los
comunistas, ateos y marxistas leninistas gobernantes, a reeducar a una
ciudadanía descarriada en lo que a valores y hábitos de conducta se refiere.
No se dice nada de regresar a los valores
cristianos que formaron a tantas generaciones de patriotas y hombres de bien,
ni de devolver a las iglesias los inmuebles que estas dedicaban a la educación
y que fueron decomisados por las autoridades de la revolución triunfante en
1959.
Ahora los centros de estudios del gobierno
causante de la deformación moral y educacional de los cubanos, trazarán las
pautas a las iglesias sobre qué es lo más conveniente para el Estado socialista
en cuanto a educación se refiere. Todo seguirá igual, ni la economía irá a
ninguna parte con estos personajes en el poder, ni se recuperarán los valores perdidos
en tantos años de grosería institucional.
Las familias cubanas perdieron la
posibilidad de criar a sus hijos en los principios y valores útiles a la
sociedad, porque el pensador en jefe decidió que serían mejor criados lejos de
los padres, en becas donde el contacto familiar sería una vez al mes y los niños y jóvenes podían ser deformados
como hombres nuevos, ateos, irrespetuosos con los mayores, desobedientes a la
autoridad y agresivos como perros de presa, guerrilleros internacionalistas
dispuestos a matar negros en África, árabes en Argelia o mestizos en América,
como el Ché.
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