El mundo entero sabe que
de acuerdo con la Constitución cubana, en este país existe un solo empresario,
el Estado revolucionario. De ahí que el anuncio de un dialogo entre empresarios
que representarán a Cuba en la VII Cumbre de las Américas llama la atención.
¿Quiénes son estos
supuestos empresarios? Pues nada menos que directivos del Ministerio de
Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, organismo que detenta el monopolio
de la importación, exportación e inversiones extranjeras de toda la nación; la
Zona Especial de Desarrollo Mariel, megaproyecto estancado en su estado
embrionario; la Cámara de Comercio de un país que en realidad tiene un solo
comerciante; las empresas de productos insignia, Habanos S.A., Cuba Ron y Habana
Club Internacional S.A.; Alimport y Cupet, cada una de ellas propiedad del
Estado cubano en todo o en parte; y para que no digan, allá estarán también un
puñado de cooperativas despersonalizadas y trabajadores por cuenta propia
ahogados por los impuestos y sin derechos de propiedad sobre los medios de
producción.
Estos son los
“empresarios” cubanos, los que se supone llevan el peso de la producción de
bienes de consumo y servicios, los más eficientes en su aporte a la economía
del país, los que prevén la exportación al mercado norteamericano del 40% de la
producción nacional de ron y cubrir una buena parte del consumo del dañino
tabaco en los Estados Unidos. Con los ingresos provenientes de estas ventas,
Cuba podría comprar a los capitalistas del norte las maquinarias, computadoras,
medicamentos, alimentos, instrumental médico, vehículos, papel sanitario,
fertilizantes, ropa, zapatos, útiles para el hogar, materiales de oficina, etc.
, que tan bien se les dan por allá y que tanto necesitamos acá.
¿Qué le van a enseñar a
quién estos cubanos desconocedores de las leyes del mercado, sin facultades
para importar o exportar, realizar convenios con empresas extranjeras o
siquiera sostener conversaciones con verdaderos empresarios? ¿Mostrarán sin
pudor todo lo ineficiente que ha sido el Estado cubano a la hora de producir bienes
de consumo? ¿Podrán aplicar a su regreso
de la Cumbre alguna de las experiencias o ideas que allí se expondrán?
Después de desgañitarse
dando vivas a la revolución cubana, cantando loas al socialismo del siglo XXI y
despotricando de la economía de mercado, esos cubanos regresarán más
convencidos que nunca de que este sistema es una estafa, de que sin la ayuda soviética
los llamados logros jamás hubieran sido, y de que países de América Latina
cuyos gobiernos han respetado la propiedad privada y las libertades civiles,
son hoy mucho más prósperos que Cuba con sus casi sesenta años de socialismo, y
se permiten pagar cuantiosas sumas por
los servicios de los médicos cubanos, no con dinero soviético, sino con el
producido por sus propios ciudadanos en libertad.
Esto de que Cuba asista a
la Cumbre de las Américas podría ser una encerrona que el imperio le tiene
preparada al incauto Castro para contaminar al empresariado cubano con ideas
liberales. Yo que él desconfiaría de tanta sonrisita y manoseo, porque la
historia ha demostrado que cuando más fuertes se creen los dictadores más se
mueven las piezas a sus espaldas. Cuba está abocada a una era post Panamá, lo
cual no es algo que tenga que ver precisamente con el arribo de grandes buques
al puerto del Mariel, pero si con grandes cambios en la forma de pensar de los
cubanos.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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