martes, 3 de diciembre de 2013

Tradiciones. ¿Truco o Trato?


A fines de los años 60 del siglo pasado, la máxima dirección de la Revolución Cubana decidió que las fiestas navideñas, los Reyes Magos y la Semana Santa, no formaban parte de las tradiciones cubanas, por lo que se hacía necesario instituir por decreto nuestras propias tradiciones. Ni la historia del país ni la cultura legada por los ancestros, eran importantes, lo importante era la zafra del 70 y la mente infalible del líder supremo.
De golpe y porrazo nos quedamos sin Nochebuena, ni Reyes Magos, ni vacaciones de Semana Santa ni verdaderos carnavales. La celebración luctuosa festiva por el asalto nocturno, alevoso y sangriento al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, lo resumiría todo. Pa’lante y pa’lante, y al que no le guste que tome purgante.
Hoy asistimos con horror a la celebración de otras tradiciones que nunca antes tuvieron nada que ver con Cuba y los cubanos. ¡En Cuba se celebra el Halloween!, o como se le conoce en la lengua de Cervantes, la Noche de Brujas.
Esta fiesta de origen celta que se practica en Norteamérica, Irlanda y el Reino Unido, y sin antecedentes en alguna otra parte del mundo, ha llegado a Cuba como la gripe, poco a poco y sin avisar, como si fuera un resfriado pasajero pero que amenaza con convertirse en una peligrosa epidemia. Ya hay escuelas y otros círculos donde los dulces y disfraces divierten a los niños y preocupan a los padres por lo costoso del asunto, aunque la mayor preocupación debe ser conseguir las dichosas calabazas.
Se podría considerar esto otro logro de la Revolución que fue verde olivo en sus orígenes, roja después y rosada en la actualidad. Un producto del chovinismo marxista, el antiamericanismo absurdo y la ruptura con la historia y la cultura nacional anterior a enero de 1959. La pérdida de identidad se une a la de los valores morales y cívicos y las nuevas generaciones ignoran quienes o qué somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, si es que vamos a alguna parte.
Es necesario recomponer el país, y si para eso debemos regresar a las fiestas, tradiciones y buenas costumbres de tiempos idos, que así sea, sin trucos ni malos tratos.


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Que Cese la Injusticia



Es inspirador escuchar al Canciller cubano declarar sin sonrojarse que “El bloqueo es un acto inculto que impide el libre movimiento de las personas, el flujo de la información, el intercambio de ideas…”, así como que “Habría que hacer prevalecer el diálogo, la negociación…”. Parece hasta mentira que este mismo personaje sea el representante de un gobierno y partido que criminalizan el flujo de información independiente y el intercambio de ideas que no les son afines.
Deberían mirar hacia adentro de Cuba y ver que lo mismo que reclaman del gobierno estadounidense, lo reclaman los cubanos  desde enero de  1959. Este es el centro de todas las discrepancias, y los Estados Unidos, en su relación con el gobierno cubano, reproducen  la situación a que se ve sometido el pueblo de la isla por sus gobernantes.
Es una relación de mimetismo político. Si la Constitución cubana restringe hasta casi hacer desaparecer cualquier vestigio de derechos civiles y políticos, y el Código penal criminaliza las libertades de expresión, reunión, asociación y manifestación, ¿de qué se queja Bruno? El régimen cubano exige un trato igual como representantes de un país soberano, pero, ¿dónde radica la soberanía, en el pueblo o en sus gobernantes?, ¿y si el pueblo no puede ejercer libremente sus derechos soberanos, hay soberanía?
Parafraseando al Canciller, el gobierno cubano debe estar dispuesto a avanzar hacia la normalización de las relaciones con los cubanos que piensan diferente  y establecer un diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto al sentido de independencia y soberanía que les corresponde, sin descalificaciones ni condicionamientos ofensivos y humillantes. Libertad es lo único que necesitan los cubanos para desarrollar el país y dejar atrás la bazofia ideológica que ha provocado tanta miseria.



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Batidos en Duelo por el Lactosoy.



Dos lectores del diario Granma se han liado en una divertida discusión sobre los méritos y deméritos del humilde, desagradable y racionado Lactosoy, producto que por su nombre debe estar compuesto de harina de soya y leche en no se sabe qué proporciones, y que por su gusto y textura no se parece a nada conocido.
Las cartas de estos lectores son sinceras y antagónicas, aunque no irreconciliables. Ambos ancianos tienen razón; el Lactosoy es decididamente repugnante al paladar, insoluble, y  anti coagulable, pero también es la única opción que tiene la mayor parte de los ancianos cubanos de acceder a algo que contenga leche, aunque sea en cantidades mínimas.
El precio de un kilogramo de leche en polvo en las tiendas en divisas asciende a 5.75 CUC, es decir, el equivalente a 143.75 pesos cubanos de los que se usan para pagar la pensión a los jubilados. De ahí el gemir del señor S. L. Velázquez cuando pide a la empresa productora del susodicho alimento, y a la empresa encargada de su distribución, que no tengan en cuenta la opinión del señor S. Menéndez, no vaya a ser que en lugar de mejorar la calidad saquen de circulación el producto y tanto él como otros miles de cubanos mayores de 65 años, se queden sin desayunar o al menos con la idea de que lo hicieron.
En cuanto al subsidio del producto por parte del Estado, alguien debe decir al señor Velázquez que lo que el Estado le da, ya se lo cobró antes en el salario miserable que le pagó durante su vida laboral y en la pensión también miserable que devenga en la actualidad.
En un país cuyo gobierno se precia de la excelente atención a las personas de la tercera edad, es un bochorno que  al final de sus vidas dos abuelos se enzarcen en una discusión bizantina acerca de la indignidad del Lactosoy, ya sea con sabor a plátano, fresa o chocolate.


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martes, 29 de octubre de 2013

El Regreso del Deporte Rentado.


Por fin reconoce el gobierno cubano que los atletas de alto rendimiento no son otra cosa que deportistas profesionales que merecen un salario  decoroso, acorde con la labor que realizan. Se acabó aquello de la diferencia entre deporte rentado y deporte revolucionario, entre profesionalismo y amateurismo; a fin de cuenta todos son amantes del deporte que practican, y tienen las mismas necesidades como seres humanos.
Que un pelotero de la serie nacional se pase largos meses alejado de sus familiares, mal alimentado -¿recuerdan los peloteros de La Habana el picadillo de cresta de gallo en el estadio “Nelson Fernández”?-, con pésimas condiciones de alojamiento y entrenando y jugando en terrenos casi potreros o potreros, para devengar un salario de doscientos o trescientos pesos CUP mensuales como sereno o vaya usted a saber que otro cargo minúsculo en una minúscula entidad estatal, era una verdadera burla.
La burla se prolongó durante más de cincuenta años en los que hubo de todo; malos resultados competitivos, deserciones, amenazas, presiones políticas, vigilancia policial a los deportistas en competencias internacionales, despojo de los premios en metálico, sanciones por mantener relaciones con deportistas considerados desertores, engaños, y una larga lista de etcéteras.
Solo los cada vez peores resultados del deporte cubano, han obligado a la máxima dirección del país a tomar las odiadas medidas de remuneración decente y trato respetuoso a deportistas que por sobre todas las cosas, son hombres y mujeres, seres humanos que no merecen ser tratados como traidores cuando deciden romper con el que los explota, ni como mantenidos que no se ganan  el poco de arroz y frijoles que se comen.
La política errónea seguida hasta ahora, no impidió que en este momento haya más de veinte peloteros cubanos en las grandes ligas norteamericanas, ni que boxeadores nacidos aquí ostenten títulos en el boxeo profesional. Condenados al ostracismo; a no ser conocidos sus éxitos por los compatriotas, y sin poder regresar nunca más al suelo que los vio nacer, por prohibición expresa del dictador en jefe.
Los mueve el peligro de quedarse sin deportistas de calidad que vendan al mundo una imagen de poderío chovinista, o sean capaces de entretener al pueblo que, a falta de otros alicientes, se conforma con ver telenovelas y eventos deportivos.
Esta “justa decisión” debió esperar más de cincuenta años a que se produjera  una profunda crisis en todos los sectores de la sociedad cubana. Es de esperar que se produzcan más decisiones de este tipo, a tono con los tiempos de capitalismo salvaje que se avecinan después de tanto soñar con un sistema que nunca dejó de ser utópico.

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Cuba es Mulata y el Policía… mi Amigo.


Qué alegría, en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana acaban de informar que científicamente Cuba no es negra ni blanca, sino mestiza. Eso quita algunas preocupaciones, al final es que todos somos afrodescendientes por aquello de la “Eva” africana.
Ahora, gracias a la ciencia,  ya la policía nacional no detendrá más negros, ni las cárceles seguirán abarrotadas de personas de este color de piel, desaparecerán las cuarterías y los barrios insalubres donde habitan en mayoría abrumadora los hasta ahora llamados negros. Por otra parte, en los hoteles y empresas de corte capitalista del siglo XXI, tampoco serán mayoría los blancos.
Todos somos mestizos, claro, que siempre habrá unos mestizos más oscuros que otros. A los más oscuros les tocarán los peores empleos, el acoso policial y ser residentes hereditarios  de cuarterías y barrios insalubres. El acceso de estos mestizos de color pronunciado a la carrera de Relaciones Exteriores, estará vedado, y cada promoción de diplomáticos cubanos posando ante la estatua del Apóstol en la Plaza, refulgirá en su blancura, perdón, en su clarísimo mestizaje. Gerentes de hoteles y de empresas mixtas que en realidad son enteramente capitalistas, también pertenecerán al grupo de los mestizos con bajo porciento de melanina.
Está científicamente probado, a más melanina menores oportunidades, si alguien lo duda, pregúntele a Sonia Garro.



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martes, 15 de octubre de 2013

Por Celebrar Una Fecha Patria



El opositor pacífico Agustín Figueroa Galindo fue detenido en su domicilio del Reparto La Fortuna a las seis de la mañana del día 11 de octubre y retenido en el centro de reclusión de detenidos conocido por “El Vivac” hasta las diez de la noche del lunes 14.
La esposa de Agustín, Miladys Pelier Marzo, fue detenida el mismo día 11 a las diez de la mañana y estuvo en esa condición hasta las dos y media de la tarde. Junto con ella fue detenido  Gregorio Díaz Torres, el cual fue conducido posteriormente a “El Vivac”.
Miladys es amenazada por los oficiales de la policía política con retirársele la custodia de sus menores hijos de diez y doce años de edad para que no les inculque sus ideas, según ellos. Así mismo, la madre de Miladys fue advertida de que no puede visitar la casa de su hija ni recibir visitas de ella o su esposo porque podría perder el trabajo.

Réquiem por Camilo.



El oficial del Departamento de Seguridad del Estado conocido por “Camilo”, es famoso por su disposición a usar la fuerza bruta contra hombres y mujeres de la oposición pacífica cubana. Amparado en el órgano que representa, este “Camilo” que no tiene nada que ver con el legendario de la barba y el sombrero tejano, hace gala de su poca valía como hombre, al agredir  físicamente a personas indefensas que cometen el error de pensar que una Cuba mejor es posible.
Pero no basta con ello; ahora el susodicho está al frente de una banda de gamberros que se ufanan de ser el “grupo de asalto de Camilo”, denominación esta, usada por el propio esbirro durante un operativo parapolicial realizado el día 3 de octubre en el municipio Playa. Es posible que después de todo, esta sea la labor que le viene bien al  abusador, se puede ver su futuro como jefe de una tropa de asaltantes de camino.
Los torturadores del gobierno de Batista, antes de aprender ese oficio, eran jóvenes, muchos provenientes del campo, que se incorporaban a la policía o al ejército como una forma más de ganarse la vida, algunos quizás con el ideal de servir a la justicia y a la patria; pero en medio de los odios desatados por la dictadura, aquellos jóvenes descubrieron que les daba placer dar palos  a los prisioneros, que sacar uñas podía ser divertido, y que una cara machacada a golpes,  un cráneo roto de un batazo o unas costillas molidas a patadas, eran mérito suficiente para ascender hasta convertirse un día en cabecilla  de su propio grupo represor.
Va mal este Camilo y van mal sus jefes que le ordenan, autorizan o permiten  los desmanes que comete y, lo que pudo ser un ciudadano digno,  se ha convertido en uno de los personajes más tristes de la triste historia de la Revolución Cubana. Este Camilo, también se perdió.

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Preparación Contra el Abuso.



Ciudadano cubano, no te dejes engañar, tú puedes reunirte, manifestar públicamente tu opinión sobre cualquier asunto de importancia para ti o para los demás cubanos, y asociarte con quien tú quieras para fines lícitos y de forma pacífica. Estos hechos solo son considerados delitos en los regímenes dictatoriales. No tengas miedo, el Apóstol de la independencia de Cuba decía a los niños de América: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”.
Si un agente de la autoridad te pide el carné de identidad, entrégaselo, se cortés; si te ordena  montar en un auto patrulla, obedece. Memoriza el número de identificación del agente que te detiene y el número del vehículo. Nunca discutas, porque los policías no están programados para argumentar. No uses improperios ni palabras obscenas, marca la diferencia.
Si oficiales de la Seguridad del Estado  vestidos de civil se te acercan, deben identificarse previamente. Cuando personas civiles no identificadas te agreden físicamente, evita el contacto físico con ellos, pero de ser necesario, bloquea y esquiva los golpes que te lancen y empújalos por el pecho para apartarlos de ti, no los golpees ni respondas sus agresiones verbales. Lucha pacífica es lucha sin armas, de ideas, eso no quiere decir dejarse golpear a mansalva por una turba de energúmenos.
Si eres conducido a una unidad de la Policía Nacional Revolucionaria, no estás obligado a firmar ningún documento a no ser el comprobante de los objetos personales que te hayan sido ocupados. Tienes derecho a una llamada telefónica, úsala para llamar a algún familiar o amigo del que hayas memorizado el número telefónico, esta persona a su vez, debe tener los teléfonos siguientes y cualquier otro que sirva para denunciar la detención:
Hildebrando Chaviano Montes, Asesor Legal OCCD*: 8350171 y 52634154
Juan del Pilar Goberna, Derechos Humanos: 8678631 y 52783840
Juan González Febles, Director Semanario Digital Primavera: 6988238 y 52759831
*Observatorio Ciudadano Contra la Discriminación

Delitos que con más frecuencia son imputados a los disidentes:
Estado Peligroso
Artículo 72. Se considera estado peligroso  la especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista.
Propaganda Enemiga
Artículo 103.1. Incurre en sanción de privación de libertad de uno a ocho años el que:
a)      incite contra el orden social, la solidaridad internacional o el Estado socialista, mediante la propaganda oral o escrita o en cualquier otra forma;
b)      confeccione, distribuya o posea propaganda del carácter  mencionado en el inciso anterior.
Atentado
Artículo 142.1. El que emplee violencia o intimidación contra una autoridad, un funcionario público, o sus agentes o auxiliares, para impedirles realizar un acto propio de sus funciones, o para exigirles que lo ejecuten, o por venganza o represalia por el ejercicio de estas, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años.
Resistencia
Artículo 143.1. El que oponga resistencia a una autoridad, funcionario público o sus agentes o auxiliares en el ejercicio de sus funciones, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.
Desacato
Artículo 144.1. El que amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro a una autoridad, funcionario público, o a sus agentes o auxiliares, en ejercicio de sus funciones o en ocasión o con motivo de ellas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
Desórdenes Públicos
Artículo 200.1. El que, sin causa que lo justifique, en lugares públicos, espectáculos o reuniones numerosas, de gritos de alarma, o profiera amenazas de un peligro común, incurre en sanción de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
Asociaciones, Reuniones y Manifestaciones Ilícitas
Artículo208.1. El que pertenezca como asociado o afiliado a una asociación no inscripta en el registro correspondiente, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres meses o multa hasta cien cuotas.
Artículo 209.1. El que participe en reuniones o manifestaciones celebradas con infracción de las disposiciones que regulan el ejercicio de estos derechos, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres meses o multa hasta cien cuotas.
Clandestinidad de Impresos
Artículo 210.1. El que confeccione, difunda o haga circular publicaciones sin indicar la imprenta el lugar de impresión o sin cumplir las reglas establecidas para la identificación de su autor o de su procedencia, o las reproduzca, almacene o transporte, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.
Lesiones
Artículo 272.1. El que cause lesiones corporales graves o dañe gravemente la salud a otro, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años.
2. Se considera lesiones graves las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima, o dejan deformidad, incapacidad o cualquier otra secuela anatómica, fisiológica o síquica.
3. Para adecuar la sanción, el tribunal tiene en cuenta, especialmente, el grado en que la intención del culpable coincide con la naturaleza y entidad de las lesiones causadas.
Artículo 273.1. El que ciegue, castre o inutilice para la procreación a otro, incurre en sanción de privación de libertad de cinco a doce años.
Artículo 274.1. El que cause lesiones corporales o dañe la salud a otro que, aun cuando no ponen en peligro la vida de la víctima, ni le dejan las secuelas señaladas en los artículos 272 y 273, requieren para su curación tratamiento médico, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas.
(Nota del Autor: En el caso de que las lesiones no requieran tratamiento médico para su curación, se consideran leves según la práctica en uso.)
Difamación
Artículo 318.1. El que, ante terceras personas, impute a otro una conducta, un hecho o una característica, contrarios al honor, que puedan dañar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida para el desempeño de su cargo, profesión o función social, es sancionado con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cotas o ambas.
Calumnia
Artículo 319.1. El que, a sabiendas, divulgue hechos falsos que redunden en descrédito de una persona, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas.
Injuria
Artículo 320.1. El que, de propósito, por escrito o de palabra, por medio de dibujos, gestos o actos, ofenda a otro en su honor, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas.

Esta larga lista de delitos, es usada por el gobierno cubano para mantener maniatado y amordazado el ejercicio de derechos civiles fundamentales de la ciudadanía. De algunos habrá que cuidarse para  no cometerlos, pero vale la pena correr el riesgo y poder sentirse más digno al despertar cada día.



martes, 1 de octubre de 2013

Vivir la Pesadilla.


Este 28 de agosto se conmemoró medio siglo de la Marcha por los derechos civiles sobre Washington, medio siglo del discurso del Dr. Martin Luther King Jr. conocido en el mundo entero por la frase que aún resuena como el doblar de una campana de iglesia llamando a los fieles, “Yo tengo un sueño”.
En esta ocasión, la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, convocó a la celebración a un grupo tan heterogéneo de personas que parecía imposible que se hubiera logrado; clérigos, intelectuales, artistas, periodistas, opositores al gobierno, amigos del gobierno, mantenidos por el gobierno y agentes del gobierno, racistas y antirracistas, homosexuales, y homofóbicos, todos revueltos saludándose, tolerándose, y hasta odiándose cordialmente.
A pesar de todo, o quizás gracias a todo, reinó la armonía, aunque como en cualquier festejo, siempre hay detalles que se salen del programa, y en este caso el detalle estuvo en la respuesta a los discursos. Fueron poco aplaudidos; ni el de Luther King, ni el de Leonardo Calvo, ni el del Jefe de la sede diplomática señor John Caulfield, ni el de Barack Obama, parecieron causar demasiado entusiasmo entre los asistentes, como si el tema de la  desigualdad  racial fuera algo poco importante o demasiado penoso para ser hablado en público.
A los cubanos les queda una larga marcha para resolver sus problemas; en primer lugar, ese ajiaco de personalidades demostró que nadie es tan  importante como pueda pensar de sí mismo, ni tan insignificante como puedan creer los demás. En segundo término, el camino a la democratización de Cuba pasa necesariamente por la solución legal, moral y material del capítulo discriminación racial, mal que les pese a algunos, y no a la inversa.


(Publicado en Primavera Digital)



Realidades Cercanas. Injusticia y Racismo.



El tema de la racialidad, o por mejor decir, el tema del racismo en Cuba, es uno que nada tiene que ver con capitalismos o socialismos y mucho menos con  siniestros intereses de imaginarios enemigos del país. Este drama, que no es un simple tema, fue ignorado en la Cuba republicana con los mismos argumentos que hoy en día esgrimen el gobierno y la prensa oficial cubana; el peligro de la desintegración del cuerpo de la nación. Quiere decir esto que la lucha contra la discriminación racial en Cuba no es algo que esté de moda, como alguien  a todas luces desconocedor de la historia ha dicho, sino que data de siglos de justicia postergada.
Aunque el gobierno de turno se preste en ciertas circunstancias coyunturales a emitir un discurso conciliador y tomar medidas más bien tibias. Para nada incomoda que en la televisión nacional se vean cada vez más rostros de tez oscura, o que haya aumentado el número de representantes de la raza negra en los órganos del Poder Popular, estos se pueden considerar logros de la lucha que llevan a cabo desde hace muchos años los miembros de la sociedad civil no reconocida por el régimen, pero que así y todo existe.
Errores, carencias –sobre todo de libertad- y horrores, han plagado el camino de la solución a problemas no tanto heredados de la colonia y la etapa republicana, sino reasumidos por la nueva sociedad que ya es vieja y achacosa. Bajo la égida de un partido político excluyente que no acaba de encontrar la solución al racismo, ni a la improductividad de los campos, ni a las villas miseria, ni a la baja industrialización, ni a la grosería y la mala educación imperantes; la unidad nacional a ultranza es un atentado contra los ideales de José Antonio Aponte, Evaristo Estenoz, Pedro Ivonet y los miles de negros masacrados en 1912 en aras de la unidad y la soberanía de la nación.
Si el racismo, como alguien dijo alguna vez, “es una naturalización de la desigualdad entre las personas”, en Cuba sobran las condiciones para que este mal perdure. La sociedad igualitaria promovida por los comunistas fracasó hace mucho tiempo y mientras las personas de raza blanca continúen como los máximos beneficiarios del poder económico y político, los de raza negra seguirán en espera de que alguien se acuerde de ellos, pero sin pronunciarse, para que no los acusen de enemigos de la unidad y del socialismo.
El discurso ambivalente de los gobernantes cubanos y sus portavoces, plantea que hay que decirlo todo para poder superar lo mal hecho, pero el que lo haga debe asumir las injurias, amenazas y persecución oficialistas y aceptar que, a fin de cuentas, las cosas van a seguir así de mal porque el  socialismo como sistema es más importante para ellos que los cubanos como seres humanos y Cuba le pertenece a un grupúsculo de ancianos y advenedizos que se encargan de que nada cambie.


(Publicado en Primavera Digital)

martes, 24 de septiembre de 2013

Viva la Paz, Pero Que no Sea la de los Sepulcros.

 

Parece que todo no va a ir más allá de una exhibición de músculos, la diplomacia montada en portaviones de Obama ha dado frutos, por ahora. A la propuesta del Secretario de Estado norteamericano de que el golpe militar podría evitarse si el dictador sirio entregaba las armas químicas, el Kremlin se apuró a recoger la señal y el gobierno sirio encontró la puerta por la que salir con un poco más de tiempo y algo de dignidad.
Una guerra nunca es deseable, pero la posición del Presidente norteamericano dejó establecido con total claridad que los abusos genocidas de un gobernante contra su propio  pueblo, no pueden ampararse en los tan llevados y traídos principios de la soberanía y la libre determinación, ambos preferidos por las dictaduras izquierdistas, árabes y otras hierbas que ni los chivos se comen.
A nadie se le ocurriría alegar que ni los vecinos, ni la policía pueden penetrar en una casa para detener la golpiza que el cabeza de familia le propina con todo entusiasmo a la madre de sus hijos en presencia de estos, solo porque la casa está a su nombre  y el los mantiene. Lo mismo pasa con Bashar Al Assad y otros, que ahora lo pensarán dos veces antes de hacer lo mismo.
Mientras los sirios eran masacrados en las calles durante más de dos años, Rusia, China y algunos gobernantes de América Latina y otras regiones del mundo, hicieron silencio, o culparon a los que caían por alzarse contra la tiranía. Nadie veía los crímenes, esos muertos no eran importantes para los amigos de Al Assad. Ahora sí, están preocupados porque Estados Unidos  decidió poner fin a  la carnicería aunque tenga que ser por la fuerza que es el único lenguaje que entienden algunos.

(Publicado en Primavera Digital)





Por fin, ¿qué se celebró?

 

Los jóvenes fueron convocados a guarachear con derroche de decibeles en el Malecón habanero. En medio de una confusión de eventos donde  algunos adoraron a Ochún, la santa diosa de los más liberales en lo que a impulsos sexuales se refiere; otros celebraron por todo lo alto el encarcelamiento de los cinco espías, que se estarán preguntando a estas horas por qué los jóvenes en Cuba estaban tan alegres mientras  ellos siguen presos; el golpe de estado a Salvador Allende en Chile y  la aciaga fecha del derribo de las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York también fueron celebrados en la misma estruendosa y televisada  festividad.
¿Se habrán vuelto locos los organizadores de semejante disparate?, o ¿es que en este país ya no hay lugar para la sensatez y todos los esfuerzos se vuelcan en demostrar que la alegría, el buen humor y la música acompañarán a los cubanos por más luctuosas que sean las circunstancias? Tenían razón entonces los organizadores de aquella fiestecita que entre tragos y risas esperaban la muerte del jefe supremo, mientras hacían planes para la sucesión.
Al pueblo pan y circo, diría el emperador romano, y a falta de pan suficiente, pues, más circo. Entre conmemoraciones y discursos ha transcurrido la vida de cuatro generaciones de cubanos, ya los discursos están agotados, pero quedan las marchas por la victoria, las celebraciones de  efemérides y la inalcanzable zanahoria socialista.
Para los gobernantes cubanos sería bueno que los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales de cualquier deporte fueran anuales, y la serie nacional de pelota durara once meses, la televisión y las fiestas populares son drogas que no permiten el uso adecuado del cerebro a gran cantidad de personas que prefieren enajenarse a buscarse problemas, y se visten de amarillo cobarde para no señalarse.


 (Publicado en Primavera Digital)

martes, 17 de septiembre de 2013

Sonia, Ramón y la Dictadura.


Sonia Garro y su esposo, Ramón Muñoz, fueron asaltados en su casa por tropas de la Policía Nacional Revolucionaria y del Departamento de Seguridad del Estado (policía política), el 18 de marzo del 2012, -¿cuál es el problema de la dictadura con las primaveras?- Sonia fue herida con balas de goma y Ramón arrojado por los sicarios desde la azotea de su casa, donde se había refugiado. No estaban armados, se encontraban dentro de la casa cuando fueron agredidos, y no tenían forma de repeler la agresión injustificada y bestial.
A partir de ese momento, la vida de la pareja ha sido un calvario entre golpes y celdas de castigo, sin juicio ni derecho a nombrar abogado ya que no se habían formulado cargos hasta este mes de septiembre, año y medio después del secuestro. De pronto, la Fiscalía presenta un expediente amañado, lleno de mentiras, racismo y odio, en el que solicita la pena de 14 años de privación de libertad para Ramón Muñoz, y 10 años de privación de libertad para Sonia Garro, por los supuestos delitos de atentado, tentativa de asesinato y  desorden público en la Causa 418 del 2013.
En esta Cuba nuestra que tanto sufre, levantar el brazo para protegerse de la golpiza policial, es atentado, gritarle hijos de puta a los sicarios como única respuesta posible al atropello, es alteración del orden, y lanzar un objeto a la vía pública para llamar la atención del abuso que se comete, es tentativa de asesinato.
¿Será que todo no es más que la justificación para criminalizar el color de la piel de ambos opositores cívicos? Los cargos imputados no se sostienen ante un análisis legal serio, pero es que en Cuba el gobierno no es serio, ni la justicia es seria, la pantomima montada para castigar la dignidad de esta pareja de afro descendientes, debe ser denunciada por todas las personas honradas de Cuba y del mundo. Está bueno ya de presenciar impávidos y cómplices como el gobierno de Raúl Castro, siguiendo el ejemplo del hermano, se ensaña con los jóvenes de piel oscura.


martes, 3 de septiembre de 2013

Esquina Caliente.


 
17 Y M
La intersección de las calles 17 y M en el Vedado, es conocida por ser la esquina donde se encuentra la entrada principal del edificio FOCSA y el restaurante El Conejito, pero además, por ser una de las intersecciones habaneras más dadas a los accidentes de tránsito.
Cada año se producen en dicho lugar cinco o seis encontronazos vehiculares, con las consabidas pérdidas materiales y en ocasiones humanas. Hace unos meses, después de muchos años sin ningún tipo de señalización; se marcaron las áreas de prohibición de estacionamiento, fue colocada una señal de Pare y se trazaron las líneas para el cruce de peatones, pero… vehículos particulares, así como otros pertenecientes a las entidades COPEXTEL, ETECSA y TRANSTUR, se estacionan sobre las zonas de prohibición, limitando la visibilidad a los conductores de vehículos que transitan por la calle M, lo cual obliga a estos últimos a asomarse más de la cuenta, entorpeciendo el  cruce de los peatones y creando la posibilidad de una colisión.
Por si fuera poco, la ruta 37 de Ómnibus Metropolitanos tiene una parada oficial en esa misma intersección, por lo que con tantos vehículos estacionados a todo lo largo de esa cuadra, no queda espacio para la parada del ómnibus, el cual debe recoger y dejar pasaje en medio de la calle.
Vendría bien un agente de la policía de tránsito ubicado de manera permanente en dicho lugar, hasta que los usuarios de la vía se acostumbren a respetar las señales y esta esquina habanera deje de ser un lugar peligroso donde impera la voluntad de los que se creen por encima de leyes y reglamentos.




martes, 27 de agosto de 2013

Cercanas Realidades. Injusticia y Racismo.



El tema de la racialidad, o por mejor decir, el tema del racismo en Cuba, es uno que nada tiene que ver con capitalismos o socialismos y mucho menos con  siniestros intereses de persona alguna. Este drama, que no es un simple tema, fue ignorado en la Cuba republicana con los mismos argumentos que hoy en día esgrimen el gobierno y la prensa oficial cubana; el peligro de la desintegración del cuerpo de la nación. Quiere decir esto que la lucha contra la discriminación racial en Cuba no es algo que esté de moda, sino que data de siglos.
Aunque el gobierno de turno se preste en ciertas circunstancias coyunturales a emitir un discurso conciliador y tomar medidas más bien tibias. Para nada incomoda que en la televisión nacional se vean cada vez más rostros de tez oscura, o que haya aumentado el número de representantes de la raza negra en los órganos del Poder Popular, esto se puede considerar un logro de la lucha que llevan a cabo desde hace muchos años los miembros de la sociedad civil no reconocida por el régimen, pero que así y todo existe.
Errores, carencias –sobre todo de libertad- y horrores, han plagado el camino de la solución a problemas no tanto heredados, sino reasumidos por la nueva sociedad que ya es vieja y achacosa. Bajo la égida de un partido político excluyente que no acaba de encontrar la solución al racismo, ni a la improductividad de los campos, ni a las villas miseria, ni a la baja industrialización, ni a la grosería y la mala educación imperantes; la unidad nacional a ultranza es un atentado contra los ideales de José Antonio Aponte, Evaristo Estenoz, Pedro Ivonet y los miles de hombres negros masacrados en 1912.
Si el racismo, como alguien dijo, “es una naturalización de la desigualdad entre las personas”, en Cuba sobran las condiciones para que este mal perdure. La sociedad igualitaria promovida por los comunistas fracasó hace mucho tiempo y mientras las personas de raza blanca continúen como los máximos beneficiarios del poder económico y político, los de raza negra seguirán en espera de que alguien se acuerde de ellos tranquilos, en silencio, sin pronunciarse para que no los acusen de enemigos de la unidad y del socialismo.
El discurso ambivalente de los gobernantes cubanos y sus portavoces, plantea que hay que decirlo todo para poder superar lo mal hecho, pero el que lo haga debe asumir las injurias oficialistas y aceptar que a fin de cuentas, las cosas van a seguir así de mal porque el  socialismo como sistema es más importante para ellos que los cubanos como seres humanos y Cuba le pertenece a un grupúsculo de ancianos y advenedizos que se encargarán de que nada cambie.

martes, 20 de agosto de 2013

Soñar Despierto.


Publicado en Primavera Digital

A favor del actual Presidente cubano se puede decir que recibió un país en bancarrota económica, moral y política. En contra está todo lo demás; siete años son suficientes para mostrar algo más que intenciones. Lo que ha hecho hasta el momento al frente del gobierno ha sido obligado por las circunstancias, le ha tocado continuar la partida que el hermano le dejó perdida y en posición de  ”zeitnot”, que en términos ajedrecísticos equivale a decir se te está acabando el tiempo,  el enredo en que se ha visto envuelto, el que le impide mover las piezas con soltura política se debe, ante todo, al empecinamiento en continuar la “obra” del hermano.
¿Qué obra?, hasta el Primero de enero de 1959, el saldo de las acciones de Fidel Castro al liderar  la lucha insurreccional contra la tiranía de Fulgencio Batista, se puede considerar positivo con aciertos, errores, y correderas a campo traviesa incluidas, pero a partir de esa aciaga fecha, el líder histórico de la Revolución no ha dado pie con bola, su ineptitud como gobernante pretendió suplirla con largos discursos llenos de frases rimbombantes, promesas, amenazas y derroche de actitud anti imperialista. En la concreta, cada vez más fusilamientos, confiscaciones, exiliados y presos, a la vez que menos comida, menos viviendas, menos industrias, menos producción de cualquier cosa y más corrupción social y administrativa, más prisiones y más epidemias.
Mientras el responsable de los 313 disparates, convertidos en otros tantos lineamientos en el último Congreso del Partido Comunista continúe como ejemplo a seguir en pensamiento y acción por todas las generaciones de cubanos dirigentes y dirigidos, Cuba seguirá jodida. Raúl Castro debe sacudirse el lastre que significa la figura del hermano y su obra si de verdad le interesa el destino de su país.
Lo primero que tendría que hacer, es llenarse de valor y derogar la Ley 88, conocida como Ley Mordaza; modificar los artículos 53 y 54 de la Constitución de la República, los que quedarían redactados de la siguiente manera: “53. Se reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa.”  “54. Se garantizan los derechos de reunión, manifestación y asociación a todos los ciudadanos.”; así mismo, derogar los artículos 208 al 210 del Código Penal, referentes a las asociaciones, reuniones y manifestaciones ilícitas.
Las anteriores disposiciones legales, tal como aparecen en la actualidad,  son injustas y no se corresponden con el discurso del Presidente cuando aboga por la libre expresión de la crítica y el ejercicio del debate que, en las actuales circunstancias, serían cosas de risa si no fueran tan peligrosas. Pregúntenle sino a Roberto Zurbano, que de prestigioso intelectual y modesto dirigente en la Casa de las Américas, se convirtió de la noche a la mañana en un apestado empleado, condenado a la humillación y al ostracismo, condena esta muy del gusto de las dictaduras.
Podría el Presidente, en lo que se reformulan, debaten y aprueban en la Asamblea Nacional las modificaciones propuestas, liberar a Sonia Garro y a su esposo Ramón Muñoz del injusto encarcelamiento a que los tiene sometidos desde hace más de un año sin fecha de juicio a la vista y ni siquiera habérseles formulado cargos.
Estos serían pasos en la dirección correcta y, aunque ya no tiene oportunidad de ganar la partida, quizás podría salir con unas tablas, lo cual siempre sería algo mejor que el mierdero heredado del innombrable en jefe. Anímese General, y haga historia, acabe de darle un puntapié al andamiaje que mantiene a Cuba en la ruina y sin esperanzas.



La Política del Capricho.


Publicado en Cuba Prensa Libre

Ante los flacos resultados de la economía cubana, no obstante  las reformas aplicadas por el gobierno de Raúl Castro, aquí van algunas sugerencias  que podrían ayudar a que el país salga del desastre en que lo mantiene sumido el empecinamiento de los líderes.
-         Conversión de las ineficientes empresas socialistas en cooperativas privadas regidas por las leyes del mercado.
-         Reducción del aparato burocrático del Estado al mínimo posible, subastando las instalaciones y demás bienes ociosos.
-         Entrega de tierras a los campesinos a perpetuidad, con pleno derecho a decidir  qué cultivan, a quién le venden, y a qué precios según las leyes del mercado.
-         Establecer una política de créditos realista sin ánimos de usura.
-         Levantamiento de las prohibiciones y controles absurdos que afectan por igual a productores y comerciantes.
El descontrol, las indisciplinas, la corrupción administrativa y demás lacras inherentes al sistema establecido, desaparecerán en cuanto los campesinos tengan sentido de propiedad real tanto sobre los medios de producción – jerga marxista -, como de sus beneficios económicos. Los obreros, por su parte, serán productivos cuando no se sientan timados por un gobierno que mientras les roba la mayor parte del salario, se las da de dadivoso con supuestas gratuidades que no compensan la falta de libertad.
El llamado desarrollo de las fuerzas productivas, depende en primer lugar  del nivel de independencia  que disfruten los trabajadores respecto al Estado. En la misma medida  que  el Estado pretenda controlar la actividad económica- mercantil de la nación, se medirá la falta de productividad y la mala calidad de las producciones y servicios.
Todos los latigazos infligidos a los esclavos en la Cuba colonial, no impidieron que inexplicablemente los machetes se rompieran, los trapiches se trabaran, y que el azúcar producido fuera cada vez menos, a pesar de que la dieta de uno de aquellos infelices,  superaba con creces la cantidad de  proteínas y calorías que puede procurarse un “maceta” de estos tiempos.
La cuestión, al parecer, no depende de lineamientos económicos de eficacia dudosa, o de la inversión extranjera; ni siquiera de la aplicación de los últimos descubrimientos de la ciencia y la técnica, sino de algo en apariencia tan sencillo como que los hombres se sientan humanos.
Por más vueltas que se le den al sistema de economía estatal centralizada, mejor conocido como socialismo o capitalismo monopolista de estado, no es potable, no funciona, no es siquiera un sistema, ya que se basa en el método empírico de ensayo/error/ensayo…, hasta el infinito, lo cual ha convertido al país en un laboratorio manejado por locos, con once millones de conejillos de Indias a su disposición.
Los gobernantes que eligen el socialismo, poseen un enfermizo gusto por el poder, una personalidad sociópata escondida en un sospechoso interés mesiánico por los pobres, a quienes convierten en víctimas propiciatorias de su egoísmo.
No debe extrañar que después de siete años de “pragmatismo” raulista, la producción agrícola sea este año inferior al anterior, y que el principal renglón exportable sean los dóciles y explotados médicos internacionalistas. Un vistazo a la prensa oficialista cubana, basta para comprobar que  los problemas y discursos de hoy, son los mismos de ayer.

Inocencia.

 

Mis recuerdos se remontan al cubo de cangrejos vivos que mi hermano llevó a la casa una  vez. Lo puso detrás de la puerta y no dijo nada, o al menos así me pareció entonces. Aquel traqueteo de caparazones, patas y muelas que trataban de escapar y resbalaban una y otra vez me intrigaba, los que había visto en la playa eran mucho más pequeños.
En realidad la escena no era agradable, porque los cangrejos me parecían arañas gigantes (estoy convencido que tienen algún parentesco), aunque sin el sigilo que convertía a aquellas en seres tenebrosos que en cualquier momento podían saltar sobre uno y devorarlo,  aunque fuera una picada, sería suficiente para morir envenenado o de miedo sin tiempo a nada.
Pero los cangrejos no tenían nada de sigilosos, hacían bulla y eso los convertía para mí en seres más amistosos que las arañas. Me atreví a acercarme al cubo y ahí estaban, brillantes, con sus ojitos saltones, más asustados que yo, pidiendo ayuda. Con cuidado metí la mano y toqué uno, no hizo nada, se quedó quieto y eso me envalentonó, lo cogí de la forma que me pareció más segura y él hizo lo mismo, me agarró  un dedo y la aventura se hizo dolorosa, saqué la mano lo más rápido que pude y con ella salió el cangrejo, me sacudí con fuerza y el crustáceo salió despedido hacia cualquier lado. Lo busqué por debajo de los muebles, en los rincones, incluso pensé que había salido de la casa, pero la puerta estaba cerrada.
No sabía cuánto podía vivir un cangrejo,  pero por si acaso me aseguraría de andar siempre con los zapatos puestos y al acostarme mirar debajo de la cama, no conocía las costumbres de estos animales y la posibilidad de que subiera a la cama me mantuvo desvelado un buen rato esa noche. Oía los ruidos que hacía o  quizás fueran los ratones, pero el sabría defenderse de los ratones, acorazado como estaba y armado de afiladas tenazas eran más bien los ratones los que tendrían que cuidarse.
Al día siguiente ya no estaba el cubo de zinc con los cangrejos, mi hermano no se dio cuenta que faltaba uno que a lo mejor todavía anda por ahí, viviendo con los ratones y metiéndose dentro de los zapatos de los niños, o tal vez llegó a la orilla del mar, donde sería recibido por los otros cangrejos que oirían muertos de risa como había escapado de ser hervido gracias a un comemierda que se las quiso dar de explorador.


martes, 30 de julio de 2013

La Nación Perdida.



El 23 de julio de 1953, Raúl Gómez García redactó el llamado Manifiesto del Moncada, 60 años después, parece un documento escrito en este año 2013. Hasta ese punto llega el incumplimiento de los ideales que llevaron a un grupo de jóvenes a alzarse contra la dictadura de turno. Sirva de referencia su párrafo J, “La Revolución declara su respeto absoluto y reverente por la Constitución que se dio el pueblo en 1940 y la restablece como Código Oficial.”
Debieron pasar 17 años después del triunfo de la revolución, para que los cubanos tuviéramos una constitución, pero esta no fue la prometida durante todo el proceso insurreccional, sino una espuria constitución socialista que constituye una burla a toda la sangre derramada por los ideales de democracia, libertad y desarrollo económico.
No obstante, hay algunos detalles que diferencian la dictadura de Fulgencio Batista de la actual; los miles de cubanos presos, fusilados, exiliados y ahogados en el Estrecho de La Florida, marcan la diferencia. Si sumamos el retroceso económico, la falta absoluta de libertades ciudadanas y lo prolongado de esta dictadura, en una escala del 1 al 10 los Castro tendrían 10 puntos y Batista 1.
Si de conciencia cívica se trata, la juventud cubana actual no sabe ni siquiera qué es eso, más de cinco décadas de adoctrinamiento, engaño y terror, ha embotado la capacidad de razonar de los cubanos. Cuando un cubano de estos tiempos llega a formarse un juicio que se aparta de los conceptos oficiales, de inmediato su policía interno le dice que está equivocado, que si el partido y el máximo líder quieren las cosas torcidas, es porque así están mejor. Si insiste, ya otros se encargarán de hacerle ver lo confundido que está, y lo peligroso de su confusión.
De esta juventud aletargada, materialista e hipócrita, que solo ve la solución a sus problemas en un viaje de no regreso  a los Estados Unidos, España, Italia o Angola, no se puede esperar civismo ni rebeldía, el egoísmo es su filosofía y la sobrevivencia a cualquier precio su razón de ser.
Las ideas de Marx, Lenin, Fidel, El Ché;  los formadores del “hombre nuevo”, son las que han llevado a la degeneración social de la que se lamentan hoy los que la provocaron, solo el regreso a los universales valores cristianos salvará a Cuba de la desaparición a que está condenada por la irresponsabilidad de sus líderes.
Se necesita un trabajo profundo que reinstaure los valores morales y cívicos que permitieron a la generación del Centenario percatarse de que las cosas no estaban bien en Cuba. Martí debe bajar de las academias y los altos centros de estudio y ser conocido en las escuelas primarias, La Edad de Oro debe ser asignatura permanente en la enseñanza de los niños y jóvenes.
hildebrando.chaviano@yahoo.com




martes, 23 de julio de 2013

Perro Huevero…



Después de tantos años de querer limpiar la imagen guerrerista, pendenciera y torpe que le es consustancial, el gobierno cubano, una vez más y como quien no quiere tener buenas relaciones con el vecino del norte, acaba de cagarla. De nada valdrán las explicaciones infantiles de que el armamento era antediluviano, o que el viaje era de ida y vuelta.
En el manifiesto del barco no aparecían las armas declaradas entre las mercancías llevadas a bordo, las escondieron chapuceramente como un perro esconde un hueso, y lo más importante, está prohibido por las Naciones Unidas llevar armamento de guerra a la dinastía anti-popular y anti-democrática de Corea. O bien alguien se quiso pasar de listo y ayudar aunque fuera simbólicamente a un amigo en desgracia, o a Raúl Castro le están serruchando el piso.
Estos disparates son una costumbre en la política exterior cubana, sobre todo cuando más mala es la situación interna, como si quisieran desviar la atención del fracaso de los cambios, actualizaciones y cacharreos al socialismo del siglo XXI. Carter aflojó la mano y Castro I le mandó más de cien mil cubanos por el Mariel entre ellos presidiarios, locos y agentes del G-2. Clinton buscó acercarse, incluso se negó a firmar en un inicio la Ley Helms-Burton, y fueron derribadas dos avionetas que no constituían ningún peligro para la seguridad cubana, ahora Obama reinicia las conversaciones sobre temas migratorios con esperanzas de más, y justo en este momento se les ocurre que hay que reparar cohetes y aviones en el país que se lleva las palmas en agresividad y desafío al mundo entero.
Parodiando a un enemigo inveterado de la paz; en los castristas no se puede creer ni un tantico así, son terroristas desde antes de la toma del poder en 1959, y amigos de terroristas. ¿Qué dirán los defensores de los viejitos de Birán en los Estados Unidos y en el resto del mundo? …aunque le quemen el hocico, huevero se queda.


Siempre fue así.



Los recientes resultados del equipo cubano de béisbol de mayores (promedio de edad de 26,6 años), frente a un equipo universitario de los Estados Unidos (edad promedio alrededor de los 21 años), son los mismos que tenían aquellos equipos de la época dorada del deporte revolucionario recibidos como héroes por el comandante en jefe en persona, cuando lograban ganar apretadamente en un enfrentamiento contra los “yanquis”.
El patrioterismo obligaba a ver como enemigos a jóvenes estudiantes que se divertían jugando pelota sin presiones gubernamentales ni odios chovinistas. Ganaban y perdían apretadamente sin que aquellos encuentros provocaran una conmoción nacional en Norteamérica.
Ya en Cuba se ha tomado conciencia de que ni los peloteros norteamericanos son enemigos, ni  el béisbol cubano es el mejor del mundo, ahora se ve con claridad que aquellas victorias frente a equipos escolares hicieron más daño que bien al desarrollo de la pelota nacional, la visión de la realidad se distorsionó por completo empañada en la euforia triunfalista de un deporte politizado en beneficio de un gobernante.



martes, 16 de julio de 2013

El Hombre Nuevo.


Según el diario Granma, las investigaciones realizadas en centros de estudio cubanos sobre el tema de la formación de conductas, servirán para que las congregaciones religiosas ayuden a los comunistas, ateos y marxistas leninistas gobernantes, a reeducar a una ciudadanía descarriada en lo que a valores y hábitos de conducta se refiere.
No se dice nada de regresar a los valores cristianos que formaron a tantas generaciones de patriotas y hombres de bien, ni de devolver a las iglesias los inmuebles que estas dedicaban a la educación y que fueron decomisados por las autoridades de la revolución triunfante en 1959.
Ahora los centros de estudios del gobierno causante de la deformación moral y educacional de los cubanos, trazarán las pautas a las iglesias sobre qué es lo más conveniente para el Estado socialista en cuanto a educación se refiere. Todo seguirá igual, ni la economía irá a ninguna parte con estos personajes en el poder, ni se recuperarán los valores perdidos en tantos años de grosería institucional.
Las familias cubanas perdieron la posibilidad de criar a sus hijos en los principios y valores útiles a la sociedad, porque el pensador en jefe decidió que serían mejor criados lejos de los padres, en becas donde el contacto familiar sería una vez al mes  y los niños y jóvenes podían ser deformados como hombres nuevos, ateos, irrespetuosos con los mayores, desobedientes a la autoridad y agresivos como perros de presa, guerrilleros internacionalistas dispuestos a matar negros en África, árabes en Argelia o mestizos en América, como el Ché.


Destrucción.



El FOCSA, edificio ubicado entre las calles M, N, 17 y 19 en el Vedado, es considerado una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana. Su construcción duró dos años y cuatro meses. Cuando se terminó en el año 1956, despertó sensación en la población por su novedad tecnológica y marcó el comienzo de la era de los edificios altos habaneros. Posee una altura de 121 metros, consta de 29 pisos con 373 apartamentos con vista al mar. Tiene un área de estacionamiento con capacidad para 500 automóviles, un piso de oficinas, un jardín con piscina y la planta baja está ocupada por tiendas, restaurantes, cafeterías, un banco y una oficina de correos. En la torre, se encuentra el restaurante que lleva precisamente este nombre.
Hasta aquí la historia. A lo largo de sus casi seis décadas de existencia, el FOCSA se ha visto sometido a la agresión de la ineptitud revolucionaria. Escuela de becarios de secundaria básica, hotel, albergue para estudiantes extranjeros, oficinas  y unidades militares con radares incluidos. Su hermoso jardín donde crecían cocoteros y almendros, llegó a ser una huerta ruinosa, una de las piscinas desapareció al ser convertida en  cisterna, la otra permanece vacía nadie sabe por qué razón. Su fauna; caracoles, mariposas, grillos, lagartijas, lombrices de tierra, la rana más pequeña del mundo, todo murió, a duras penas un jardinero con un machete lo mantiene con algo de decoro.
La prolongada reparación que sufrió hace unos años, fue una verdadera chapucería que sirvió para justificar un gigantesco desvío de recursos (fraude) que nunca ha sido aclarado a pesar de que fue algo escandaloso.
Hoy se asiste a otra etapa en el desguace del edificio. Algunas entidades como la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba Sociedad Anónima (ETECSA) y COPEXTEL, se han dado a la tarea de convertir en oficinas los locales originalmente diseñados como apartamentos familiares, sin tener en cuenta cuantas paredes haya que derribar. El exceso de personal burocrático traerá aparejado el sobre uso de los ascensores y las bombas de agua, con el consabido perjuicio a los propietarios residentes.
La entidad administradora del inmueble, Palacio de Convenciones (PALCO), cobra una cifra exorbitante a las empresas arrendatarias, pero es el caso que dado que todas las entidades involucradas pertenecen al monopolio Estado Cubano, el dinero pasa de un bolsillo a otro del mismo dueño, aunque de vez en cuando, con tanto trasiego, algo  cae en otras manos.
El resto de los apartamentos vacíos seguirá así, entre el canibalismo y el abandono hasta que las afectaciones sean de tal magnitud que no haya nada que salvar o arrendar o robar.


Periodismo Digital. Desafío.

 


Con el desarrollo de los medios de comunicación los retos para el periodismo no han cambiado, puede decirse que se han vuelto más complejos. Por una parte los periodistas han ganado en independencia e inmediatez, pero estas ventajas obligan a ser cada vez más creativo, a realizar un periodismo diferente que logre ser atractivo para un nuevo público que incluye a  los posibles patrocinadores del producto.
Este patrocinio proveniente de donantes particulares y organizaciones no gubernamentales, es de todo punto de vista imprescindible para mantener un nivel de sustentabilidad adecuado; teléfonos, computadoras, fax,  impresoras, cámaras fotográficas, memorias flash, acceso a las comunicaciones en línea, permiten la existencia de órganos de prensa que si bien tienen carácter no lucrativo, son consumidores de estos recursos. En vista de que generalmente los colaboradores y personal de plantilla de periódicos y revistas digitales independientes se dedican a tiempo completo a las labores de investigación, redacción, etc. el financiamiento debería alcanzar para el sostenimiento de sus necesidades personales.
Investigación social, presentación amena de temas interesantes para la comunidad local o nacional y difusión de las publicaciones dentro de la propia comunidad. Este último aspecto, bastante difícil en sociedades con limitado acceso a Internet como la cubana, por lo que se hace necesario en las actuales circunstancias, hallar vías alternativas con la finalidad de hacer llegar la información al destinatario que lo mismo puede ser un activista social que un incipiente hombre de negocios.
La realidad cubana no permite hacerse muchas ilusiones con respecto a las nuevas formas de hacer periodismo, no obstante, la distribución gratuita de ejemplares impresos, aún en forma limitada, ayudaría a romper el monopolio estatal sobre la información. El Estado y las instituciones oficiales, sin embargo, reciben de primera mano la información que aunque sea a regañadientes, utilizan para tomar el pulso a la sociedad  salvar obstáculos y ganar tiempo.
La prensa independiente como se ve en la actualidad en Estados Unidos, Argentina, México y España, no será posible en Cuba  mientras los cubanos no tengan acceso a Internet en sus casas con sus propias computadoras, ni los periodistas puedan procurar y obtener información de  bases de datos o funcionarios del Estado, así como  que sea un delito informar sin  autorización sobre asuntos de interés para la ciudadanía. Todo lo más que puede hacer el periodista independiente cubano es ser buen observador, creativo, veraz, valiente, trabajador y fiel a sí mismo. El resto está en las manos de otros.


Otro Agujerito en el Muro.

 

Como ocurrió en el caso del marabú, el Presidente se acaba de enterar que los niveles de corrupción y mala educación entre la población cubana son olímpicos. Lo que la prensa independiente se ha encargado de denunciar durante decenios y  últimamente algunos amigos ingenuos del régimen, hoy forma parte de otra campaña en la que los gobernantes se quitan de encima la responsabilidad, y como por arte de magia hacen aparecer ante la opinión pública los efectos como  causas. Los  valores éticos y las buenas costumbres fueron declarados valores y costumbres burguesas y por ende, proscrita su práctica por ser contrarios a los principios revolucionarios y marxistas leninistas. La acción concertada de todos los factores sociales será inútil cuando los encargados de revertir los males son ellos mismos portadores de estos.
Entre las transformaciones que el proceso iniciado el 1° de enero de 1959 ha traído a Cuba, están precisamente estas,  que junto a la improductividad, conforman el modelo socialista cubano. En los primeros años de la República se hizo famosa una frase muy afín con el sentido moral imperante en la época, “Tiburón se baña, pero salpica”, en la Cuba de hoy, los tiburones son muchos, y las salpicaduras alcanzan todos los niveles de la sociedad.
De ahí que a partir del acceso al trono de Castro II, los decapitados por corrupción se cuenten por decenas entre la dirigencia partidista, y pueden estar seguros que la saga de delincuentes de cuello blanco continuará, pues no es la falta de control ni la indisciplina social lo que provoca la malversación, sino el mal ejemplo, la miseria imperante y la falta de transparencia.
Los delitos de carácter económico ocupan los primeros lugares en la tasa de criminalidad del país, y no puede ser de otro modo en un lugar donde hay un único dueño al que todos se sienten con derecho a arrebatarle algo de lo usurpado, vaya, algo así como aquello de que “ladrón que roba a otro ladrón tiene cien años de perdón”.
Este dueño acaba de declarar en la voz del obeso vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo Jorge, que “el 81% de la tierra es propiedad del pueblo, representado por el Estado” (sic, versión taquigráfica del diario Granma).  Expresión más cínica es difícil de hallar en el discurso de un dirigente, aunque es habitual entre los jefes en Cuba. Hace años, en una asamblea de servicios donde uno de los temas a debate era la calidad de la comida en el comedor obrero, el representante de la administración en la mesa, sostuvo que el almuerzo ofertado  sí era opcional aunque el menú consistiera solo en huevo frito, chícharos y arroz. La opción para este personaje consistía en que el trabajador era libre de decidir si se lo comía o no.
El Presidente cubano, en su discurso ante la Asamblea Nacional, no ha hecho otra cosa que repetir lo que aparece a diario en la prensa independiente, aunque sin dar el crédito de las denuncias a los llamados “mercenarios”, ¿de dónde sino extrae la información que los periodistas oficiales no se atreven o no les es permitido publicar?
Ahora los cubanos deben prepararse para otra ofensiva revolucionaria en la que decir coño puede ser penado o merecer aunque sea un mitin de repudio (sin malas palabras, por supuesto), y salir del aula con un mocho de tiza en el bolsillo puede conllevar la expulsión del sistema de educación.

Se Cayó la Grúa.


La grúa que de forma permanente presta servicios en la Tribuna Anti imperialista, se vino a tierra este jueves sin causar víctimas y solo daños materiales que no son nada, comparados con los gastos que acarrea el uso del mencionado equipo, más la limpieza, pintura y mano de obra utilizada en el mantenimiento de las astas de las banderas.
Este conjunto monumental  faraónico y feo, ubicado frente a la entrada principal de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, fue concebido por Fidel Castro en una perreta provocada por el letrero lumínico informativo que entró en funcionamiento  en la fachada del inmueble durante el mandato del señor James Cason al frente de dicha sede diplomática.
El letrero en cuestión apenas era visible, pero de todos modos el máximo líder lo tomó como una afrenta personal y de ahí la idea de ocultarlo con un bosque de banderas, unas veces negras y otras la enseña nacional en versión múltiple, a lo Andy Warrol. Un día el letrero no apareció más pero las astas quedaron allí, enhiestas, fálicas, utilizadas solo en alguna que otra celebración de rutina y con una grúa para solo para ellas.


martes, 9 de julio de 2013

Enhorabuena



El domingo 30 de junio se rompió la maldición sobre la pelota de las Grandes Ligas Norteamericanas en la televisión nacional. Algo ocurrió, unas llamadas telefónicas de un aficionado por aquí, algún que otro artículo referente al asunto en la prensa digital independiente, y como por arte de magia se cayó el muro.
Al ser excomulgado el deporte profesional de la isla, por decisión unilateral de quien lo decidía todo en Cuba, la pelota de Grandes Ligas pasó a ser un enemigo más de la Revolución, nadie se lo pudo explicar nunca y nadie se atrevió a pedir razones de semejante disparate; quizás todo tuvo su origen cuando el otrora joven estudiante fue rechazado por los caza talentos del deporte rentado debido a su ineptitud, o a su odio visceral a Norteamérica. Lo cierto es que debido a la brillante y revolucionaria medida de levantar una muralla alrededor del deporte, la calidad de la pelota cubana se alejó cada vez más de la realidad circundante.
Amparado en el espejismo creado al competir los peloteros profesionales y mal pagados del patio con los imberbes peloteros-estudiantes del norte, o con los trabajadores-aficionados a la pelota de otras partes del mundo, se creó el mito de la invencibilidad de los equipos cubanos de béisbol. De pronto, todo se derrumbó, Cuba dejó de coleccionar campeonatos cuando los profesionales de otras partes del mundo incursionaron en las competiciones que de fiestas patrias pasaron a ser fechas de duelo nacional.
La señal que llega es clara, el gobierno cubano necesita ideas, su manantial de pensamiento está seco hace decenios y es la ciudadanía la que puede aportar ideas frescas a un sistema momificado basado en las elucubraciones, fantasías y caprichos de una sola persona llena de odios y resentimientos.
Lo que hace apenas un mes era considerado un sueño imposible por los conocedores del tema, hoy es realidad como si siempre hubiera estado ahí, justo en Tele Rebelde, el canal de los deportes. Los mismos locutores aparecen tan tranquilos narrando un partido entre los Bravos de Atlanta y los Nacionales de Washington. ¿Dónde estaba entonces el peligro? ¿Qué cambió en los comentaristas deportivos? ¿Dejaron estos de ser cubanos? ¿Dejarán los industrialistas a su equipo, por seguir a los Tigres de Detroit? Esto demuestra que las censuras y prohibiciones absurdas padecidas por los cubanos a lo largo de más de medio siglo, han sido, en el mejor de los casos, aberrantes comeduras de mierda.
Ahora falta el otro paso, televisar partidos donde aparezcan la docena o más de cubanos que ponen el nombre de Cuba bien alto en las ligas mayores, los que harán olvidar la vergüenza de perder o ganar con apuros ante equipos sin historia, y mirar adelante, a un futuro con peloteros bien alimentados, bien entrenados, y mejor pagados.

Los Rosenberg, Manning, Snowden, Aspillaga y Borges.



El espionaje se ha puesto de moda. Ocupación tan antigua como  la prostitución, es, como esta, celebrado por unos y criticado por otros, según el lado que ocupen en la ecuación. Héroes, villanos, patriotas o traidores, de todo un poco, de James Bond a Mata Hari, a veces no se sabe con certeza dónde empieza o termina la ficción.
En 1953, casi finalizada la Guerra de Corea, los esposos Ethel y Julius Rosenberg fueron detenidos, enjuiciados y ejecutados por espiar a favor de la Unión Soviética. Acusados de facilitar información vital a la potencia extranjera para fabricar la bomba atómica y con ello, quitar la hegemonía nuclear a los Estados Unidos de Norteamérica, la patria de la pareja.
Las fuerzas de la izquierda a nivel mundial lanzaron una campaña en defensa de la inocencia de los esposos que todavía hoy, a 60 años de los hechos, insisten en sostener a pesar de que en 1990, al publicarse las memorias de Nikita Kruschev, pudo verse como este alaba al matrimonio por su “muy significativa ayuda en acelerar la producción de nuestra bomba atómica”. En 1995, después de terminada la Guerra Fría, investigaciones realizadas demostraron que en efecto, Julius Rosenberg hizo labor de espionaje a favor de la Unión Soviética.
Los Rosenberg, o más bien Julius, como todo espía, sabía lo que arriesgaba y aun así lo hizo. Su esposa fue una víctima de los odios que se generan por razones políticas e ideológicas y que consumen con sus llamas a países enteros.
Manning y Snowden, por su parte, no son los espías clásicos, son reveladores de secretos que han puesto en peligro la seguridad de su país en un quimérico afán  de hacer justicia o en un personal deseo de venganza a la vez que de satisfacción del ego, sin medir el daño que podrían causar con su acción. Está bien lo de ir en contra de los poderes establecidos por defender supuestos principios, pero el que lo hace debe también estar dispuesto a asumir las consecuencias.
En Cuba se han dado casos de espías que en algún momento hicieron crisis de fe, uno de ellos, Aspillaga, fue objeto de un atentado  organizado y ejecutado por la Seguridad del Estado cubana en un país europeo, como represalia por haber hecho pública una lista de agentes de la Inteligencia destacados en diferentes países. El otro, Ernesto Borges, ni siquiera llegó a pasar información, solo lo intentó, y por eso, cumple en estos momentos  30 años de cárcel.
Durante todos los años  que lleva Borges en prisión, sus amigos, familiares y defensores de los derechos civiles, han abogado por el trato justo al reo, la atención médica y hospitalaria, y el cumplimiento del Reglamento de Cárceles y Prisiones; de acuerdo con las leyes cubanas, cometió un delito y a nadie se le ha ocurrido pedir la libertad o reclamar la inocencia del ex oficial de la Contra Inteligencia.
Para los antinorteamericanos,  toda acción que vaya en detrimento de los Estados Unidos, está justificada;  locos, delincuentes, fanáticos y terroristas, se convierten en héroes para comunistas frustrados, envidiosos y otras malas hierbas que pueblan el planeta. Para estos personajes, lo de las Torres Gemelas fue una autoagresión planeada por el Gobierno norteamericano o un castigo divino, y los que ayudaron con su información al derribo bestial de las dos aeronaves de Hermanos al Rescate, son inocentes ciudadanos que querían evitar  el bombardeo del Malecón habanero con peligrosas hojitas de papel.










martes, 2 de julio de 2013

De Necesitados a Cadáveres.





En el inmueble marcado con el número 205 de la calle 6 entre 11 y Línea, en el Vedado, está a punto de ocurrir una catástrofe. Por puro milagro, ayudado con vigas de madera a manera de muletas, el edificio se mantiene en pie aunque ya haya perdido una buena parte de la azotea.
Los vecinos que aún viven en él a riesgo de sus propias vidas, se niegan a ser trasladados a albergues que nunca podrían sustituir lo que ha sido su hogar durante decenas de años. Ancianos, niños, jubilados, trabajadores,  estudiantes y amas de casa son víctimas de la indolencia gubernamental.
El pueblo sufre callado mientras el Consejo de Estado, el Ministerio de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, el Poder Popular y otros organismos pertenecientes a la Administración Central del Estado, mantienen desocupados miles de inmuebles que se deterioran en el abandono y el desuso.
Capricho, egoísmo, o maldad monda y lironda, es lo que mueve a los dirigentes cubanos a no hacer nada, a esperar que por falta de mantenimiento los edificios se les derrumben encima a las personas, mientras ellos viven plácidamente en las mejores casas de los mejores barrios de La Habana, heredadas de la burguesía que abandonó el país en los primeros años después del triunfo de la revolución.

Se entiende que cuando los dirigentes hablan de defender las conquistas se refieren a sus mansiones, palacetes, fincas y cotos de caza, nunca a las cuarterías de La Habana, o a los edificios en ruinas como el de la calle 6 número 205. De qué valen las reuniones del Poder Popular cuando el país sigue gobernado por sordos a conveniencia y oportunistas insensibles.
hchaviano5@gmail.com

martes, 11 de junio de 2013

Carta Histórica



A propósito de la carta de Fidel Castro a Celia Sánchez en ocasión del bombardeo por la Fuerza Aérea Cubana contra la casa de un campesino. Dicha carta merece ser transcrita, para que los inocentes no sigan con la idea de que los americanos empujaron a Fidel Castro en los brazos de la Unión Soviética, y que de no ser por el embargo esto habría sido una democracia en un país desarrollado.
“Sierra Maestra
Junio 5-58
Celia:
Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande; la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que esto va a ser mi destino verdadero.”
Qué dirían los angolanos de los soviéticos y sus bombas y cohetes, lanzadas por pilotos cubanos contra las chozas de los campesinos de aquel país, o los guajiros del Escambray cubano, cuyos bohíos también fueron destruidos bajo el fuego de ametralladoras, lanzacohetes y granadas de origen belga, checoeslovaco, y soviético. ¿Estaría justificado el odio de los campesinos angolanos o de las montañas del Escambray contra belgas, checos, eslovacos y rusos?
La irracionalidad del pensamiento del máximo líder de la revolución cubana raya en la paranoia. Con el triunfo de la revolución no se empezaba a cumplir el Programa del Moncada, se iniciaba la guerra personal de Fidel Castro contra los americanos; el odio y la egolatría  como política de gobierno.  En un párrafo de apenas cuatro líneas, utiliza tres veces la palabra guerra y en cinco ocasiones se refiere a sí mismo –guerra, guerra, guerra, yo, yo, yo, yo, yo-. La paz y la felicidad del pueblo no estaban en los planes.
La restitución de la Constitución del 40, el problema de la tierra, el problema del desempleo, el problema de la vivienda, los derechos civiles y políticos; todo quedó subordinado al ansia de venganza no contra un gobierno, sino contra un país entero y sus habitantes, los americanos. En esta guerra personal, el gobernante involucró a todo el país, sus gentes, sus recursos; el destino de Cuba y de los cubanos siempre le importó bien poco, él y sólo él derrocaría Norteamérica, humillaría al Tío Sam y le haría pagar bien caro el bombardeo al bohío de un campesino.
Bohíos como aquel, caen por centenares cada vez que pasa un huracán por la isla. De acuerdo con la línea de pensamiento del comandante, en lugar de construir casas con materiales más resistentes, se le debe declarar la guerra a los ciclones. El bombardeo a la casa del campesino es bien pobre como justificación para desatender sus obligaciones al frente del gobierno, y dedicar toda su inútil vida a una guerra inútil,  igual le hubiera servido la predilección de Eisenhower por el golf, o que los Yanquis de Nueva York ganaran la Serie Mundial.
José Martí dijo que los hombres se dividen en dos bandos: “los que aman y fundan y los que odian y destruyen”. Al analizar la obra de Castro I de Birán durante medio siglo, el saldo hacia afuera es de muchas guerras con su secuela de muerte y destrucción en África y América Latina, en lo interno, es el desmoronamiento de la economía y la sociedad cubanas.
El actual desmontaje del sistema llevado a cabo por el heredero del trono, obedece más que nada a la necesidad de que las atrocidades cometidas por el hermano mayor, queden, cuanto antes mejor, como un recuerdo borroso de lo que nunca debió ser. Para eso cuenta con la mala memoria de los cubanos.
Quizás cuando le llegue el retiro, lo haga como el reformador de no se sabe qué, y el hermano se mencione en los libros de historia como el dictador que en cincuenta años de gestión solo se apuntó como éxito una campaña de alfabetización.